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Opinión

Copia o Muerte (o la urgencia de la coevolución)

Por: Rodrigo Astorga | Publicado: 05.03.2020
Copia o Muerte (o la urgencia de la coevolución) Los autores del libro. | Fuente: cedida (archivo).
Chile se enfrenta un doble desafío: acelerar la transición a una sociedad más justa e inclusiva y alinear el desarrollo económico con la capacidad de nuestros recursos sociales y ambientales. La construcción de capacidades sociales, como estrategia de desarrollo, implica la necesidad de armonizar ambos objetivos. El saber es poder.

Estrategias de desarrollo

Chile, al igual que la mayoría de los países de la región, se enfrenta a uno de los mayores desafíos de las economías emergentes: ¿cómo, en vista de la morfología del comercio y la política internacional actual, además de los problemas ambientales globales, podemos hacer una transición hacia una economía que promueva la inclusión social y la sustentabilidad ambiental como requisito fundamental para la sostenibilidad a largo plazo del proceso de desarrollo?

En términos simples y genéricos, el paradigma que ha estado vigente durante décadas proponía que los países de menor ingreso per cápita simplemente tienden a crecer más rápido y «ponerse al día» de los países ricos, en la medida que aumentan su stock de capital y logran imitar de cierta forma las instituciones (reglas del juego) de las economías desarrolladas. La estrategia en esta lógica plantea una ruta que permitiría alcanzar a las economías desarrolladas en términos de eficiencia productiva pari passu de mayor equidad en el acceso a bienes públicos. Sin embargo, para el país el proceso de cierre de brecha de ingreso per cápita con las economías avanzadas no ha logrado tener la continuidad y profundidad deseada, estando fuertemente marcada por una pétrea desigualdad en múltiples dimensiones.

En la actualidad existen principalmente dos miradas analíticas sobre el proceso de desarrollo que se siguen debatiendo. La primera de ellas, la más conocida y de tradición neoclásica, se centra en la idea de equilibrio dónde el proceso de crecimiento en el largo plazo es el resultado de combinar trabajo, capital y un factor de sinergia que representa tecnología u otras mejoras en eficiencia (PTF). Dicha estrategia propone dejar actuar a los mercados, con un Estado preocupado de resolver fallas de mercado, aprovechando las ventajas comparativas.

A diferencia de ella, la segunda lo hace a partir de la idea de que la innovación y la destrucción creativa son el motor del capitalismo. La construcción de capacidades sociales de organización de la producción y el conocimiento (aprendizaje colectivo), la aparición de nuevas instituciones y de formas más complejas de interacción entre los individuos, constituyen parte central de la explicación de por qué algunas economías logran un mayor desarrollo que otras a través del tiempo. En esta estrategia el crecimiento de la economía es una manifestación de la expansión del conocimiento y su apropiabilidad.

La diferencia entre una y otra manera de entender el proceso de desarrollo, las estrategias que provienen de dichas perspectivas, y las políticas públicas que devienen de los análisis, no son menores y están asociadas a una interpretación de la realidad y concepción de la organización social y productiva. ¿Por qué esto es relevante para el debate actual de Chile? ¿De qué forma los autores de “Copia o muerte” relevan dicha discusión?

Una estrategia agotada

A partir de la recuperación de la democracia, el país entró en un ciclo de mayor estabilidad política y económica, donde a pesar de persistir fuertes niveles de desigualdad, ha habido un clima macroeconómico relativamente estable, junto con políticas sociales focalizadas -aparejadas a una caída fuerte en la pobreza e indigencia-, inserción en la economía global, inversión en infraestructura y servicios públicos, ampliación de la cobertura educacional, de vivienda, salud y seguridad social, etcétera. Sin embargo, tras la Crisis Asiática de 1998 la economía chilena consolidó sectores productivos provenientes del ciclo anterior, pero sin mayor diversificación de la matriz productiva, con un movimiento de la economía hacia el sector de los no transables. Ahora bien, un elemento distintivo de este ciclo económico (1999-actualidad) es el estancamiento del crecimiento de la productividad, sólo interrumpido por breves periodos de tiempo, pero sin cambiar la tendencia.

Dicho lo anterior, la incapacidad para sustentar conjuntamente incrementos tanto de empleo como productividad estables, ha sido una de las principales razones por la cual en Chile no ha sido posible cerrar la brecha tecnológico-productiva con las economías desarrolladas. Aparece entonces la investigación y desarrollo (I+D), así como la innovación y la propiedad intelectual, como elementos fundamentales para incrementar la productividad y transformar el aparato productivo mediante nuevos productos, procesos y servicios.

Sin embargo, los beneficios de la innovación son difíciles de internalizar por el primer inversor, ya que pueden ser utilizadas de manera redituable en muchas otras actividades. Ante lo cual, diversas voces, entre ellas la profesora de UCL Mariana Mazzucato, han planteado que en las etapas de prospección sea necesaria la colaboración pública, creando oportunidades en el mercado mediante la fijación de estándares, la creación de instituciones e incluso la coordinación y apoyo en la comercialización. Desde este punto de vista, se requiere una caja de herramientas de políticas públicas coherentes y con continuidad para reducir la incertidumbre y desencadenar los Animal Spirits, acuñando un concepto de Keynes, para dar un impulso a nuestro potencial de desarrollo.

Copia o muerte

Tal como proponen los autores, este texto es un profundo cuestionamiento al actual estado de la propiedad intelectual, en tanto mecanismo de admi­nistración del conocimiento. Un sistema que ha establecido históricamente un modo de entendimiento y administración del conocimiento que se ha fundado en la idea de exclusión: unos pueden y otros no. El argumento central pretende abrir el debate para pensar cómo hacer del acceso al conocimiento un ejercicio justo y democrático. Nunca más el “baile de los que sobran”.

Copia o muerte es una refrescante propuesta a una sociedad que clama por entender los desafíos del siglo XXI desde una mirada moderna. Quiebra el paradigma de la exclusividad del conocimiento planteando que muchas veces el valor de una idea es precisamente liberarla para que todo el mundo pueda operar mediante o sobre ella, y la sociedad en su conjunto se beneficie de la misma. A lo largo del libro los lectores se verán interpelados sobre las apreciaciones que se tienen sobre la propiedad de las ideas. A través de una multiplicidad de historias, narradores y pensadores ejemplifican párrafo a párrafo diferentes aspectos del argumento central; la naturaleza o el origen de las ideas, la organización de la información y el conocimiento, la copia como mecanismo de transformación, mancomunión y aprendizaje, entre otros.

En la era digital, donde la información intercambiada es apabullantemente ilimitada al punto que somos incapaces de procesarla e interiorizarla como individuos, urge una forma de canalizar la creatividad bajo reglas en pos del bien común. Las ventajas comparativas dinámicas (largo plazo) se basan, en buena medida, en la capacidad comparativa de aprendizaje y la complejidad económica. La importancia de la complejidad de la estructura productiva de una economía para el potencial de crecimiento sugiere la necesidad de implementar políticas que fomenten la acumulación de capacidades y promuevan el desarrollo de nuevos productos más complejos. Una estructura productiva más compleja permite a los países participar en actividades de alta productividad que conducen a un desarrollo más rápido, acumulando más conocimientos en las redes de personas.

La conclusión en sí es inspiradora; copiar a priori no es malo, depende quienes se benefician efectivamente de las ideas. Entre líneas el texto va dando luces sobre la capital importancia de una estrategia de desarrollo donde su dinámica es un fenómeno coevolutivo entre fuerzas económicas, tecnológicas e institucionales.

Chile se enfrenta un doble desafío: acelerar la transición a una sociedad más justa e inclusiva y alinear el desarrollo económico con la capacidad de nuestros recursos sociales y ambientales. La construcción de capacidades sociales, como estrategia de desarrollo, implica la necesidad de armonizar ambos objetivos. El saber es poder.

Rodrigo Astorga