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Opinión

El choque en Rapa Nui y el daño al espíritu de los ancestros

Por: Pedro Edmunds Paoa | Publicado: 06.03.2020
El choque en Rapa Nui y el daño al espíritu de los ancestros Choque en Rapa Nui |
El moai, para nuestro pueblo rapa nui, es mucho más que cultura, mucho más que patrimonio. Son nuestros ancestros, es nuestra historia, que respetamos y resguardamos.

Como todos saben, producto de un accidente colapsó un sitio sagrado en la costa norte de nuestra Isla, en el sector de Pu A Pau. La colisión dañó de manera irreparable un ahu, conocido occidentalmente como la plataforma que sostiene el moai, pero para nuestro pueblo es, también, mucho más que eso. Es el lugar donde descansan los restos de nuestros antepasados, es un lugar sagrado que contiene su espíritu, que irradia la cosmovisión mentora de nuestro pueblo rapa nui.

Por ello, más allá de los pasos judiciales a seguir, o de planificar labores de reconstrucción, con la supervisión arqueológica requerida, es necesario retomar nuestras raíces y mirar hacia atrás para, a través del Mo´a, el respeto, un valor fundamental que guió los pasos de los ancestros, reconstruir el pensamiento de que el moai no es solo una gran estatua de piedra que se yergue en éste, el lugar poblado más lejano del planeta, sino que debemos rescatar su valor intrínseco, que está íntimamente engarzado con nuestra desarrollo como civilización.

Si bien es necesario que los turistas respeten el valor arqueológico y cultural de nuestro pueblo originario, es imperativo que la comunidad residente asuma esta realidad y comience a honrar esta visión. Si esta norma estuviese acendrada, este lamentable accidente se pudo haber evitado, pues el conocimiento de esos códigos habría derivado en la imposibilidad moral de estacionar a metros de un sitio sagrado. Pero no fue así, y eso es inexplicable, especialmente cuando se convive día a día, y por más de 12 años, con una cultura viva, como la nuestra, que lucha por conservarse y protegerse.

En ello hay también, un grado de error de la administración del parque, pues hace mucho tiempo que el acceso en vehículo a dichos sitios debió estar prohibido. Es más, es injustificable que en dichos lugares aún se mantenga el libre tránsito, porque no solo se expone la arqueología, también está en juego el pasado de nuestro pueblo, que orienta nuestro presente y define nuestro futuro.

Adelantándome a un hecho tan lamentable como el ocurrido el pasado domingo, hace ocho años propuse al Concejo Municipal una ordenanza para resguardar los sitios sagrados, pero mi moción fue rechazada. Más tarde insistí, ante el actual Concejo y ante la Administración del Parque, pero también recibí un No como respuesta. Espero que este accidente haga meditar a quienes en su momento se opusieron y miren hacia adelante, protegiendo nuestra historia y el legado que nos dejaron nuestros antepasados.

Pedro Edmunds Paoa