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La educación requiere un cambio de paradigma

Por: Artemio Espinosa | Publicado: 04.01.2021
La educación requiere un cambio de paradigma |
En 2020 cerca del 20% de los estudiantes del país no pudieron acercarse a los contenidos de ninguna forma y, prácticamente, perdieron un año de estudios, lo que constituye un fracaso para todos quienes estamos en el sistema educativo; pero aún mayor para las autoridades que no sólo no estuvieron a la altura con las respuestas, sino también se encargaron de estar constantemente dando pistas erróneas respecto a lo único que parecía importar por parte del Ministro de Educación: retornar presencialmente en medio de la pandemia. 

El pasado 2020 vivimos un cambio gigantesco en el modelo de educación: de la sala presencial pasamos a la sala virtual, pero sin capacitaciones, sin estudios, sin asesorías, sin recursos, sin apoyo de ningún tipo. Los docentes tuvieron que enfrentar el desafío con sus propios medios y recursos y con una creciente crítica por parte de las autoridades, en primer lugar, pero también de muchos apoderados disconformes con lo poco efectivo que este sistema resultó de manera inmediata. Los jefes de Unidades Técnicas Pedagógicas (UTP, o también llamados directores académicos de los establecimientos educacionales) tuvieron que inventar fórmulas para hacer que los programas continuaran funcionando, con una adecuación curricular entregada por el Mineduc, que se presentó muy exigente y fuera de toda realidad, salvo para los colegios con recursos (importante recordar que los colegios “Particulares Pagados” son sólo el 6% de los establecimientos del país).

Para todos los profesionales de la educación fue un aprendizaje no exento de dificultades, donde los estudiantes tuvieron que adaptarse, mientras sus profesores y profesoras hacían malabares para lograr transmitir los contenidos e intentar que el aprendizaje ocurriera. Los docentes se transformaron en Youtubers, animadores de TV y hasta opinólogos, disfrazándose y haciendo uso del inagotable ingenio que caracteriza a este grupo de profesionales. En algunos casos impactó ver docentes que llevaban guías directamente a la casa de sus estudiantes, uno por uno, mientras otros los reunían semanalmente para entregarles material y recibir los trabajos para corregir. Algunos llamaban por teléfono a sus estudiantes y hacían clases prácticamente de manera personalizada. No conocí a ningún docente que trabajara menos que antes o terminara su jornada laboral a la hora señalada. La mayoría tenía un ritmo de hasta 12 horas de trabajo incluidos sábados y domingos. A eso podríamos sumar el desgaste emocional y el sobrecargo de trabajo que significa estar pendientes del hogar.

Así y todo, en el año 2020 cerca del 20% de los estudiantes del país no pudieron acercarse a los contenidos de ninguna forma y, prácticamente, perdieron un año de estudios, lo que constituye un fracaso para todos quienes estamos en el sistema educativo, pero aún mayor para las autoridades que no sólo no estuvieron a la altura con las respuestas, sino también se encargaron de estar constantemente dando pistas erróneas respecto a lo único que parecía importar por parte del Ministro de Educación: retornar presencialmente en medio de la pandemia.

Al parecer, el año 2021 se presentará de manera muy similar al anterior, sin embargo tenemos el aprendizaje de un 2020 muy complejo, donde se dieron pasos gigantescos en algo que se gritaba como necesario, pero nadie quería asumir: un cambio de paradigma en la educación.

El año 2005 el teórico de la educación George Siemens escribió un artículo llamado “Conectivismo: Una teoría de la enseñanza para la era digital”, donde plantea una nueva forma de enfrentar la educación en el mundo de hoy. Ahí señala que el conocimiento no reside en las personas, sino que en los aparatos y, por lo tanto, tenemos que utilizar toda la tecnología disponible para que nuestros estudiantes aprendan. Un buen ejercicio para comprender esto es tratar de recordar cuántos números telefónicos sabemos de memoria (yo no me sé ni siquiera el de mi esposa). Las famosas TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) han ido dando paso a las TAC (Tecnologías del Aprendizaje y el Conocimiento), incorporándose de manera definitiva en nuestra vida diaria y más aún en el sistema educativo. Hoy vemos que los jóvenes utilizan el celular para todo, inclusive para la toma de decisiones. No se separan de este ni un minuto y lo peor que puede pasarles es que se les acabe la batería. Son multitareas, capaces de hacer más de una cosa a la vez y mantenerse concentrados, incluso pueden interactuar con mucho ruido y caos y eso les acomoda. La “autodidaxia” se ha convertido en la manera en que aprendemos hoy: si necesitamos saber algo, buscamos un tutorial que lo explique, o navegamos en busca de un foro que nos dé información de otros usuarios que están más adelantados que nosotros, o simplemente “googleamos” en busca de una respuesta. Todo debido a estos aparatos pequeñitos que nos acompañan a todas partes.

Gracias a estas tecnologías los estudiantes han tenido contacto con sus docentes, se han conectado con su entorno y han interactuado a través de redes sociales. Justamente es debido a estas tecnologías que el año escolar se haya salvado para el 80% de los estudiantes. A la vez estos cambios han dado pie a que niños, niñas y jóvenes se vuelvan más autónomos y puedan trabajar de manera sincrónica y/o asincrónica. El conectivismo se presenta como un nuevo paradigma en la era digital, que debemos conocer y poner mucha atención, ya que es el único enfoque teórico actual que es capaz de ofrecer una comprensión adecuada de este tipo de aprendizaje; el resto de paradigmas teóricos tienen un alcance limitado para mostrar la influencia del mundo digital interconectado sobre la persona que aprende, puesto que para ellos el aprendizaje siempre es individual y voluntario, cualidades contrarias al aprendizaje actual en la era digital.

Esto no quiere decir que las teorías anteriores de aprendizaje estén obsoletas o no sirvan, sino que el conectivismo suma para explicar las actuales formas de aprendizaje y adquisición de conocimiento, al considerar el aprendizaje en red, la amplia gama de ambientes y la conexión especializada en conjuntos de información.

El pasado 2020 se ha vivido una mayor cercanía a la era digital, para poder acercar los contenidos curriculares a los estudiantes y avanzar de esta forma hacia la entrega de conceptos priorizados, evitando dar por perdido el año escolar. Entonces las autoridades deberían visualizar esto como algo importante y poner todos los recursos disponibles en favorecer la utilización de aparatos que acerquen el conocimiento a los estudiantes, permitiendo que este año no se repita que un grupo importante se quede sin educación.

Tal vez el momento histórico de cambio hacia una nueva Constitución Política de la República de Chile deba garantizar efectivamente la anhelada educación gratuita y de calidad, donde todos los estudiantes, tengan acceso a ella y puedan tener un aprendizaje significativo acorde a los tiempos y necesidades del futuro. Sin duda que el cambio de paradigma resulta prioritario si queremos como sociedad avanzar hacia los tiempos que se avecinan, considerando que nuestros niños, niñas y jóvenes son el futuro de nuestro país y serán quienes llevarán las riendas del desarrollo que buscamos, para avanzar hacia un Chile más inclusivo, justo y socialmente digno.

Artemio Espinosa
Comunicador audiovisual y licenciado en Educación. Director del largometraje “Residencia”.