Más participación, más municipio

Es una historia como muchas en el desarrollo de proyectos. En una villa en Ñuñoa se enteran de la peor manera de que se realizarán unas obras en su emblemático parque. Alguien de la comunidad da aviso de que en el lugar pareciera que están  talando árboles sanos y varios salen a detener tan irracional acto y exigir alguna explicación. Como pueden, vecinos y vecinas empiezan a buscar respuestas en el municipio, escriben cartas, mandan mensajes, y la información que reciben  es confusa e insatisfactoria. No era tala, sino traslado, no es solo un proyecto, son dos y así suma y sigue. A estas alturas la molestia y desconfianza se ha instalado y la comunidad ve que ante la evasiva información completa, no le queda otra que hacer ruido como pueda.

¿Cómo puede ser que proyectos que intentan mejorar el espacio público se transformen en motivo de conflicto?

El problema es el mismo que se repite desde hace 24 años: la comunidad no fue incluida en ningún momento en la planificación o ejecución del proyecto municipal. Luego del despertar de octubre sorprende que las autoridades no hayan incorporado aún que las personas deben ser parte de las decisiones que los afectan, ya sean nacionales o locales.

En realidad, cambiar cómo nuestras instituciones funcionan en el día a día no se dará de la noche a la mañana ni por arte de magia. Ponerse los lentes de la participación ciudadana transforma por completo la gestión y desafía aquellas maneras de hacer las cosas que “siempre han funcionado”. Desarmar ese entramado de usos y costumbres, desconfianzas e incluso prejuicios negativos hacia la ciudadanía, es una necesidad y nuestras instituciones o bien se lo toman en serio, o arriesgan seguir cosechando dolores de cabeza a partir de buenas intenciones.

Para avanzar de verdad en estas transformaciones, se requieren liderazgos altamente comprometidos con  construir junto a la comunidad, y que entiendan que su rol es canalizar las inquietudes, conocimiento y habilidades de las y los habitantes de su comuna para así tomar mejores decisiones. Hoy es vital que las alcaldías sean espacios democráticos, que incluyan una participación que esté presente desde los diagnósticos territoriales hasta decisiones más complejas de la administración municipal. Es momento de crear y creer en gobiernos locales con carácter ciudadano y vecinal, donde exista participación real de sus habitantes, para que sean los actores fundamentales de las decisiones que les afectan.

El proyecto de #GanemosÑuñoa es una invitación a trabajar por un municipio de puertas abiertas, que ponga en movimiento la inteligencia colectiva que existe en nuestra comuna. Las vecinas y los vecinos Ñuñoa deben ser y van a ser los principales protagonistas de las transformaciones que pondremos en marcha.