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Opinión

¿Es posible vivir a espaldas de nuestros ríos?

Por: Jaime Sáez Quiróz | Publicado: 30.04.2021
¿Es posible vivir a espaldas de nuestros ríos? Río Damas |
Las empresas involucradas deben hacerse responsables de sus acciones y la política debe dejar de mirar hacia el lado, haciéndose cargo del estado de nuestras vitales cuencas de agua. La contaminación en el Río Damas no impacta sólo a los y las habitantes de Osorno, sino también a los cauces y ecosistemas aledaños y finalmente, al mar. No vivamos de espalda ni del mar, ni de nuestros ríos, ni de nuestra gente. 

“Chile vive de espaldas al mar”. ¿Quién no ha oído esta frase? La verdad es que todos hemos escuchado a alguien mostrarnos lo poco que pensamos en la pesca, que no conservamos los océanos y que Chile es un caso raro, donde se capturan muchas especies de los océanos y se consume muy poco de la recolección. Sin embargo, ¿somos conscientes de lo que está ocurriendo con nuestros ríos? En el caso del río Damas en Osorno vemos día a día que las autoridades deciden ignorar la crítica situación que lo aqueja.

El Damas es un cuerpo de agua que fluye por Osorno y que ha acompañado el desarrollo de la ciudad. Hoy se encuentra amenazado por múltiples factores, en primer lugar, el impacto que tienen las descargas de la empresa Watts. Estas consisten en residuos industriales líquidos y lodos, los cuales se suman a la forma en que Essal utiliza el río como lugar de descarga de lo recopilado en los aliviaderos de tormenta, que son escasamente mantenidos por la empresa. Esta situación ha generado un sucesivo aumento de los malos olores que rodean el río, causando un importante perjuicio a la población osornina. Hoy, estos desechos, sumados al material que el río arrastra en su curso natural, ha generado la acumulación de materia generando un verdadero “tapón”, el cual dificulta el flujo de agua y potencia la intensidad de los olores molestos.

Lamentablemente, el gobierno, nuestros representantes y las empresas involucradas, no han sido capaces de hacer frente a esta situación. Mientras Essal, Watts, el municipio y el Gobierno Regional se cobran responsabilidades cruzadas, el río se sigue contaminando cada día más. Las fiscalizaciones no se fortalecen, a pesar de la existencia de numerosos estudios que avalan la compleja realidad del Damas y la simple experiencia de las personas que transitan y residen en su ribera. Tal como han señalado las investigaciones, no existen soluciones sencillas para este conflicto. Las empresas involucradas deben hacerse responsables de sus acciones y la política debe dejar de mirar hacia el lado, haciéndose cargo del estado de nuestras vitales cuencas de agua. La contaminación en el Río Damas no impacta sólo a los y las habitantes de Osorno, sino también a los cauces y ecosistemas aledaños y finalmente, al mar. No vivamos de espalda ni del mar, ni de nuestros ríos, ni de nuestra gente. 

Jaime Sáez Quiróz
Activista ambiental de la Región de Los Lagos.