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Opinión

El porvenir de un alcalde desahuciado

Por: Maximiliano Morel | Publicado: 03.07.2021
El porvenir de un alcalde desahuciado Miguel Ángel Aguilera, alcalde de San Ramón |
Las próximas semanas no permiten medias tintas: los concejales opositores debemos articularnos en contra de la corrupción y el narcotráfico parásito que hoy se mueve con soltura dentro del edificio municipal de San Ramón. Es ahora cuando impera poner fin a la administración de la pobreza de las últimas tres décadas, y algo más importante todavía: revertir la estigmatización que nos heredó Aguilera y sus amigos.

Escuchamos los disparos y bombazos ya cerca de la medianoche. Sé que no fue sólo cerca de La Bandera, donde vivo y donde esperaba el conteo de votos; los apoderados de mesa también los sintieron, y ellos estaban desplegados en gran parte de la comuna. La triste ironía de esa noche del domingo 16 de mayo fue que el sonido coincidía con el triunfo de Miguel Ángel Aguilera Sanhueza, el otrora socialista y alcalde reelecto, quien hoy en día es sujeto de investigación por sus posibles vínculos con el narcotráfico, enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.

El Concejo Municipal fue su gran derrota: de tener cinco de los ocho escaños abiertamente simpatizantes con Aguilera (que permitieron, por ejemplo, el ocultamiento de actas del mismo concejo por tres años, entre otras cosas), sólo quedaron tres de sus cómplices: dos socialistas y uno progresista. Lo oposición, por tanto, somos mayoría. La relevancia que adquiere la misma composición del concejo se vuelve relevante por dos motivos: el primero lo conocimos hace pocos días, que es la nueva votación en el 25% de las mesas, según resolvió el Tribunal Electoral. El segundo motivo es la formalización de Aguilera programada para el próximo 5 de julio.

Pero vamos por parte. Una lectura rápida del resultado en el 75% de las mesas, considerando participación sobre el universo de votantes y número de votos para cada candidato, deja un bajo margen de cambio en los resultados finales. Además, y como antecedente, podríamos usar la participación en la última fecha de votación, la de gobernadores, que en nuestra comuna no logró una asistencia de más del 19%. No obstante, dependerá del compromiso que vayan a tener la próxima fecha de votación los vecinos y vecinas de la comuna para cambiar el futuro de San Ramón y lograr una salida republicana del feudo del aguilerismo. (Volveré a lo de “republicana” más adelante).

En la competencia de los concejales y concejalas, los resultados actuales –incluso con la resolución del Tribunal Electoral y la participación precedente– conservarían la minoría de los representantes afines a Aguilera. Sin embargo, la responsabilidad que recae en aquellos y aquellas que votaron por opciones distintas, y puntualmente por la lista del Frente Amplio más los independientes, se vuelve imprescindible: de ellos depende que ese día voten y mantengan y repliquen sus preferencias. Sólo así se lograría que el actual Concejo Municipal siga estando del lado de la comunidad y no de parte de la vergonzosa administración actual.

En lo que respecta a alcaldes, uno de los escenarios considera la irrupción de un nuevo rostro para encabezar la municipalidad. Para que ello ocurra, debería existir una participación alta que, desde la puesta en marcha del voto voluntario en Chile, no ha existido en San Ramón. Un segundo escenario resuelve la continuidad de Aguilera dada la ventaja numérica. Y es aquí donde vuelvo a lo republicano: la formalización por los delitos mencionados más arriba podría conllevar una rápida imputación y, en consecuencia, al cese del ejercicio de cargos públicos para el ex vicepresidente del Partido Socialista.

De ser este último el caso y el cargo de alcalde quedara vacante, el Concejo Municipal deberá votar y elegir al sucesor o sucesora, quien será el o la que logre la mayoría absoluta (cinco de los ocho votos). De no haber un ganador mediante esta primera instancia, la segunda vuelta la encabezarán las dos mayorías (por ejemplo, si los votos se distribuyeron en una relación tres-tres-dos, entonces avanzan los que empataron). Si no hay triunfo con mayoría absoluta en la segunda instancia o se produjera un nuevo empate, queda como alcalde o alcaldesa aquel de los dos concejales que llegó a segunda vuelta y que haya tenido mayor cantidad de votos ciudadanos en las elecciones municipales: podría ser Estefany Ñanculef, quien entró con cupo del Frente Amplio, o la perpetuidad del aguilerismo con Roxana Riquelme, candidata socialista reelecta e íntima del vecino de La Reina.

Las próximas semanas no permiten medias tintas: los concejales opositores debemos articularnos en contra de la corrupción y el narcotráfico parásito que hoy se mueve con soltura dentro del edificio municipal. Es ahora cuando impera poner fin a la administración de la pobreza de las últimas tres décadas, y algo más importante todavía: revertir la estigmatización que nos heredó Aguilera y sus amigos.

Maximiliano Morel
Vecino de La Bandera, San Ramón. Analista político y académico de la USACH. Concejal electo (por el Frente Amplio) de la comuna de San Ramón.