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Opinión

No, la respuesta es No

Por: Sebastián Alvarado | Publicado: 12.07.2021
No, la respuesta es No Pantallazo de debate de primarias 2021 |
¿Alguna vez se le preguntó a algún candidato de derecha en algún país del mundo si condenaba las violaciones a los derechos humanos en Chile? No, la respuesta es No. Nunca he visto que se le pregunte a un candidato de derecha si condena los más de 40 muertos, 129 desaparecidos, miles de heridos y decenas de personas con daño ocular en las últimas protestas en contra del gobierno de Iván Duque en Colombia. Tampoco he visto siquiera que se mencione el tema de las miles de personas asesinadas por militares colombianos durante sucesivos gobiernos de derecha, en lo que se conoce como «falsos positivos».

El debate Boric-Jadue de Anatel hizo evidente el filtro ideológico con el que funciona la prensa tradicional de este país. Un poco antes de comenzar y mientras, supongo, afinaba los detalles de la pauta de preguntas, Matías del Río habla con el productor Marcelo Hilsenrad. Matías le dice que está preocupado de que no se presione lo suficiente con la situación de Cuba, a lo que Marcelo le responde que si se habla sobre ese país cuando no pasa nada, obviamente se hará ahora. Luego, cuando se desarrolla el debate, Mónica Rincón, con un tono más propio de una acusación que de una entrevista, le pregunta en reiteradas ocasiones a Jadue si condena lo que sucede en Cuba, si condena las violaciones a los derechos humanos que sucedieron en las protestas de ese mismo día domingo. Jadue, notoriamente cansado (me imagino que por responder preguntas similares en todas las entrevistas que le han hecho en su vida), responde que, si se estas se confirman, sí, las condena. En ese momento, Rincón arremete: sí, están confirmadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por lo que el candidato PC termina, en consecuencia, condenándolas.

El problema es que no están confirmadas por el CIDH ni por nadie. El CIDH dijo que respaldaba información que le llegó de la oposición cubana y exigió aclaraciones al gobierno cubano al respecto (no han generado un informe y menos hecho una visita). Frente a este caso, pareciera que sólo basta que un sector diga algo para que se crea que es verdad. Actitud que se distancia del mes y medio que se demoró en pronunciarse sobre las violaciones a los derechos humanos en Chile. Recuerdo bien que la respuesta del gobierno al respecto fue que no le importaba lo que dijeran, porque la información interna era más válida. Luego, unos meses después, hubo una visita de esta organización que terminó elogiando la institucionalidad democrática del país. Ahí quedó el asunto. No hubo otros informes del CIDH y en Chile siguió pasando lo mismo (gente siguió muriendo, perdiendo sus ojos, siendo golpeada o siendo víctima de montajes por parte de carabineros). ¿Alguna ONG respaldó a la oposición chilena en las primeras 24 horas de las manifestaciones? ¿Alguna se pronunció cuando le disparaban a escolares, a niños, al interior y a la salida del Metro? No, la respuesta es No.

Las protestas en Cuba comenzaron hace poco más de un día. Los distintos medios o portales de internet, que no se han demorado nada en informar la situación, dicen que en ellas han participado miles de personas (ninguna precisa o aproxima un número), y que están motivadas por la pandemia y la falta de libertades. Llama la atención la repercusión de esto, comprendiendo que en los dos últimos años se han manifestado en Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile, cientos de miles y hasta millones de personas y no parece haber tenido una repercusión tan rápida y ni siquiera similar a nivel internacional. Reitero: esto comenzó este domingo en Cuba y ya protagonizó parte de un debate presidencial el mismo día en Chile.

¿Alguna vez se le preguntó a algún candidato de derecha en algún país del mundo si condenaba las violaciones a los derechos humanos en Chile? No, la respuesta es No. Nunca he visto que se le pregunte a un candidato de derecha si condena los más de 40 muertos, 129 desaparecidos, miles de heridos y decenas de personas con daño ocular en las últimas protestas en contra del gobierno de Iván Duque en Colombia. Tampoco he visto siquiera que se mencione el tema de las miles de personas asesinadas por militares colombianos durante sucesivos gobiernos de derecha, en lo que se conoce como «falsos positivos».

Nunca he visto que se le pregunte a un candidato de derecha si condena la masacre de 37 personas en Bolivia, bajo el gobierno de Jeanine Áñez, la que se encuentra siendo procesada y la que, de hecho, en la actualidad ha sido defendida públicamente por Piñera. Tampoco he visto que se toque el tema de que Macri envió material bélico a Bolivia para propiciar el golpe de Estado, que terminó en la ejecución de estas masacres. Nunca he visto siquiera que se mencione una vez los asesinatos de líderes indígenas en Brasil, por parte de terratenientes que quieren explotar los recursos naturales del Amazonas, y que han aumentado estrepitosamente durante el gobierno de Bolsonaro, ya que los propicia a través de artimañas legales (como congelar el proceso de demarcación de tierras). Al parecer, para periodistas como Matías del Río o Mónica Rincón ningún político de derecha debe responder por lo que hace la derecha en el mundo.

Esto explicaría por qué nunca se le pregunta a alguien si condena el asesinato de civiles por bombardeos de EE.UU. en Medio Oriente. O por las torturas en la cárcel de Guantánamo, en la cual los norteamericanos hasta se sacaban fotografías sonriendo mientras las ejecutaban. O por pensar en un hecho más temporalmente cercano, por el uso excesivo de fuerza policial para reprimir las manifestaciones contra el racismo institucional, lo que fue acompañado, además, por ataques a la prensa (por dar un ejemplo, una periodista, de nombre Linda Tirado, perdió la visión de un ojo tras un disparo policial en esas jornadas).

O por qué a nadie se le consulta si condena al Estado de Israel, que se ha caracterizado por desplazar a población palestina (o sea, echar a civiles de sus casas), destruir todo tipo de edificación, crear asentamientos ilegales y asesinar a decenas de miles de civiles con bombardeos. Por dar un ejemplo del nivel de atrocidad al que ha llegado ese país: en 2014, el ejército israelí utilizó un dron, armado con misiles, para asesinar a 4 niños que jugaban en una playa. El asesinato de infantes por parte de Israel se ha convertido en un patrón a lo largo del conflicto. O por qué no se pidió a nadie que se pronunciara sobre cómo la policía española, por orden de Rajoy, golpeaba a manifestantes pacíficos, entre ellos a ancianos y mujeres, en Cataluña hace algunos años.

¿A la prensa tradicional chilena le importan los derechos humanos a nivel nacional e internacional? ¿Cuántas veces le han pedido explicaciones, de frente y con el mismo tono que utilizan con Jadue, a Piñera por los apremios ilegítimos, por las mutilaciones o por los asesinatos del Ejército de Chile y Carabineros? O, si les importa de verdad a nivel internacional, ¿alguna vez le han preguntado a algún Presidente si piensa cortar relaciones, por ejemplo, con Arabia Saudita, una monarquía absolutista en donde las mujeres no gozan de ningún tipo de derecho (tanto así que una mujer, de nombre Samar Badawi, ha sido condenada, entre otras cosas, por pretender casarse sin permiso de su padre y por querer conducir un auto)? Sobre esas situaciones, sobre esos países o sobre esos presidentes nunca se pregunta, pase o no pase algo. ¿Alguna vez le han preguntado a algún mandatario si piensa cortar relaciones con Turquía, país que, aliado con el Estado Islámico, ha cometido atrocidades contra el pueblo kurdo (entre ellas: asesinatos, desapariciones, tortura, prisión política, etcétera)?

No, la respuesta es No. Nunca le han preguntado a un candidato de derecha en Chile por los crímenes o acciones cometidas por países capitalistas o gobernantes de derecha. Y probablemente nunca lo harán.

Sebastián Alvarado
Escritor. Licenciado en Lingüística y Literatura. Profesor de Lenguaje y Comunicación.