Daniel, un optimista depresivo

Jorge Sepúlveda, cuya chapa fue “Daniel“, mantuvo este nombre en su exilio en Alemania. Los germanos no podemos pronunciar “Jorge“. Lo conocí a él y su esposa, Nora, cuando llegaron de su primer exilio en Italia a Frankfurt, Alemania (RFA), junto con su hija, Daniela, de pocos meses. Hablar con ellos era un repaso de los tantos discursos heroicos retóricos del exilio chileno. Pero los dos hablaban muy poco de su trabajo en la clandestinidad. En los actos de solidaridad dejaron que hablaran otros, y nosotros nos dedicamos a comer empanadas en la antesala.

Del trabajo de la resistencia contra la dictadura que hicieron ellos, me enteré por Sibylle Riethmiller, una de los “4 alemanes” que ayudaron a chilenos, corriendo riesgo de detención durante la dictadura (otra historia muy poco conocida).

Daniel y Nora eran sus enlaces en la Juventud del Partido Socialista, casi el único núcleo de esta colectividad que operaba en los años duros de la DINA. Este grupo cayó por la traición de Jaime López Arellano. Lo integraban, entre otros, Exequiel Ponce, Carlos Lorca, Ricardo Lagos Salinas, Ariel Mancilla, Michelle Peña, Carolina Wiff, Sara Donoso.

Cuando esto ocurrió, “Daniel” lo recibió como derrota personal. Cayó en silencio. Durante el tiempo que forjamos nuestra amistad compartimos esos dolores y colaboró conmigo en mis investigaciones sobre Colonia Dignidad y sobre la dictadura de Pinochet. Tuve el honor y orgullo de haber obtenido mucha información relevante de él, además grabar entrevistas de los “4 alemanes”. Si no, Daniel (y a lo mejor los alemanes, que aún viven) se la hubiera llevado a la tumba.

A mediados de 2021, “Daniel” me dijo que un ayudista de la Juventud Socialista le dijo que había visto a Exequiel Ponce vivo en Colonia Dignidad. Pero la identidad de esta fuente se la llevó a la tumba.

La última vez lo vi fue en Hamburgo. Ordenamos su biblioteca. Era como la escena en Don Quijote, donde el cura y el farmacéutico limpian los libros del hidalgo, pasando las novelas que hicieron volver loco a Quijote. “Daniel” hacía años que venía perdiendo la vista, pero aun así se reservaba un montón de novelas para sí mismo.

Daniel se quejó fuertemente de Carlos Altamirano, este seudo-héroe del PS, y yo tuve que salvar los libros altamiranistas del tacho de basura. Daniel, ya prácticamente ciego, se reservó otro montón de libros para leerlos. Así era: un optimista depresivo. Jorge Sepúlveda, “Daniel”, murió de cáncer el 3 de enero de 2022, en Hamburgo.