Error gráfico

En 1992 los anuncios de Pepsi inundaron los periódicos, las radios y la televisión de Filipinas con un eslogan cautivador: «¡Hoy usted podría ser millonario!». La intención de Pepsi era recortar la distancia que por aquel entonces tenía con Coca Cola, que manejaba el 75% del mercado, mediante el sorteo de un suculento premio a través de un número en las tapas de sus bebidas.

El 25 de mayo de aquel año, Pepsi anunciaba al ganador: el número 349. Sin embargo, un grave error destruyó la campaña y el auge de la marca, debido a que en lugar de un único ganador, había 800 mil tapitas impresas con el mismo número. Horas más tarde, la empresa señalaba que se habría tratado de un error gráfico en la línea de producción. Explicaciones que no importaron a las decenas de miles de filipinos que reclamaron ser los ganadores.

“Debe ser un error de gráfica. Lo corroboré con la Secretaría de Comunicaciones”, dijo la ex subsecretaria de Salud Pública del gobierno de Piñera, la doctora María Teresa Valenzuela, luego de que este sábado se viralizara la actualización del Plan Paso a Paso, en donde aparecía que la presencialidad de clases escolares pasó de ser «obligatoria» a «voluntaria».

“Yo espero de verdad, aunque esté fuera hoy día, que el ministro Paris se responsabilice de este cambio y saber si efectivamente estuvo de acuerdo el ministro Figueroa», sostuvo el nuevo líder de la cartera de Educación, Marco Antonio Ávila, luego de verse sorprendido ante el cambio aparecido en el sitio web del Minsal.

La confianza es un elemento crucial en épocas de incertidumbre. La pandemia vino a dejarlo muy en claro, sobre todo, en las instituciones educativas. Sólo en aquellas comunidades escolares donde se confiaba de los procesos instalados en su interior, fue donde el regreso presencial se produjo de manera constante. ¿Se trata efectivamente de un error involuntario o  hay algo más? Claramente el hecho de que se haya actualizado un día antes que asumiera la nueva administración, no ayuda mucho. “No entendemos esta modificación del Plan Paso a Paso, menos aún a un día del cambio de mando”, insistió Marco Ávila.

“Volver a lo híbrido, teniendo la mayoría de los alumnos de manera presencial, no sólo sería un retraso enorme sino que también una desmotivación enorme”, se leía en Twitter. Las clases híbridas fueron la respuesta al regreso paulatino a la presencialidad, pero nunca fueron una solución del todo efectiva ni menos eficaz. Y no porque los profesores no lo hayan hecho bien (muy por el contrario, fueron ellos quienes, sin contar con ninguna preparación previa, sostuvieron todo un sistema), sino porque este tipo de clases se transformó en un verdadero elemento estresor y de agobio, tanto para los docentes como para sus propios alumnos y familias. “Imagínense el desincentivo que significaría esto para venir al colegio”, tuiteaba otra persona.

Por ahora, las comunidades escolares siguen esperando. Si bien el “error” se corrigió el mismo día luego de una serie de fuertes cuestionamientos, aún no se conocen cuáles serán los nuevos protocolos y lineamientos que han sido anunciados desde el nuevo gobierno. ¿Se mantendrá la presencialidad como regla principal? ¿Existirá flexibilización sobre lo que ya conocemos y hemos estado implementando hace semanas? Por ahora, nada es seguro.

Urge que la nueva autoridad entregue lineamientos claros con la debida anticipación. Luego de dos años de pandemia, exacerbación de brechas de aprendizaje y un tremendo desgaste emocional, nuestras escuelas merecen más certezas y menos “errores gráficos”.