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Opinión

Más que una cuenta pública, un diseño estratégico de gobierno

Por: Sebastián Farfán | Publicado: 02.06.2022
Más que una cuenta pública, un diseño estratégico de gobierno Gabriel Boric en la Cuenta Pública 2022 | Agencia Uno
El gobierno ha logrado no solo volver a enfatizar el relato que logró darnos mayoría electoral, sino que sobre todo ha marcado los ritmos de implementación de las reformas que vienen. Un dato sobre la cuenta pública es aleccionador: se dieron 60 anuncios de medidas y más de una treintena de iniciativas de ley comprometidas para este año.

En la mañana de este primero de junio del 2022 antes de salir camino a Valparaíso para estar atento al discurso presidencial de Gabriel Boric, abrí mis redes sociales como por rutina lo hago. Abrí la parte dedicada a recuerdos y me salió una publicación de hace un año atrás. En esa publicación se daba cuenta de la disputa de primarias que se daba entre Gabriel Boric y Daniel Jadue al interior del conglomerado Apruebo Dignidad. Durante todo el día ese recuerdo ha estado rondando mi cabeza a la hora de calibrar la primera cuenta pública del ahora presidente Gabriel Boric.

Por una parte, el camino de constante ascenso de Boric a la presidencia, como una enorme capacidad de dar una construcción discursiva en clave progresista a la crisis social que vive el país desde el 2019. La enorme capacidad de juntar diversos mundos fragmentados para conformar un ascenso irresistible hacia el gobierno. Una historia difícil de creer si nos la decíamos hace un año atrás. Toda esa potencialidad magnética y en muchos sentidos épica, es una potencia que sigue presente de forma latente en la base del gobierno de Gabriel Boric.

Pese a esto, el meteórico ascenso ha traído consigo un enorme problema. La mayoría electoral, con toda su carga épica y simbólica, no es lo mismo a la conformación de un bloque político. Apruebo Dignidad es un proyecto aún verde y que debió enfrentar la consolidación electoral, antes que la consolidación política. El problema de esto es que, si bien existían un conjunto de ideas comunes y bases programáticas transversales, es muy distinto administrar esto desde la institucionalidad teniendo a cargo la obligatoriedad de llevar los ritmos e implementación de estas ideas.  En este difícil equilibrio es donde está el peligro de la implementación de políticas públicas. Como hace un tiempo decía Hassan Akram o, por un lado, se pone toda la carne en la parrilla quemando el asado, o, por el otro, se hace tan lento que se apaga el fuego. La secuenciación de las reformas es la clave de un gobierno de transformaciones.

La dificultad que hemos enfrentado desde el triunfo de Gabriel Boric hasta acá es que, si bien el programa está claro, no estaba del todo definida la secuencia e implementación. Muchos de nuestros partidos están en procesos de ordenamiento interno (Comunes, Convergencia Social), descoordinados con las urgencias del gobierno.  En esa dificultad es que la derecha y sus sectores más duros habían tomado toda la iniciativa. Los permanentes ataques a la ministra del interior o las burlas de la extrema derecha de Kast diciendo que solo había poesía en los discursos de Boric, atacaban ese desconcierto inicial.

La cuenta pública toma así un curso diferente en este contexto. El gobierno ha logrado no solo volver a enfatizar el relato que logró darnos mayoría electoral, sino que sobre todo ha marcado los ritmos de implementación de las reformas que vienen. Un dato sobre la cuenta pública es aleccionador: se dieron 60 anuncios de medidas y más de una treintena de iniciativas de ley comprometidas para este año. La presunta “sequía legislativa” que reclamaba la derecha se da vuelta. Ahora es la derecha la que deberá responder si está a favor de políticas tan emblemáticas como la ley de educación sexual integral o la ley de eutanasia, por poner dos ejemplos que se mencionaron en la cuenta.

En este sentido el discurso de cuenta pública es a la vez la explicitación de todo un mapa estratégico de lo que viene. Corresponde ahora a todos quienes apoyamos este gobierno a entenderlo, explicarlo pacientemente y ayudar en la gestión del proceso de cambio que indica el gobierno del presidente Gabriel Boric. La clave es planificar lo que se piensa, pero sobre todo ejecutar lo que se planifica. Como decía el presidente es importante recordar que estamos parados encima de una fisura social, y que eso no necesariamente es a favor de nosotros, sino también contra nosotros. Es la oportunidad de materializar cambios para mostrar que la política sirve como una herramienta para todos.

Sebastián Farfán
Encargado político de Convergencia Social en Quilpué.