Un calendario de tres meses

A veces, da la impresión de que la sensibilidad o preocupación hacia las personas en situación de calle crece en tiempos donde el clima se caracteriza por sus bajas temperaturas o lluvias. Es la época donde los medios de comunicación “tradicionales” abordan la temática dándole énfasis al frío, las complejidades y dificultades que genera lo evidente como la estructura precaria de un ruco o alguna carpa. Donde el gobierno de turno activa el Código Azul, se abren albergues y la “ayuda” está latente hacia este grupo de personas.

Sería soñado que este tipo de cobertura fuera suficiente, pero lamentablemente las personas en situación de calle no solo están en estos espacios en otoño o invierno sino todo el año. La dignidad y los derechos humanos trascienden del clima, de las temperaturas, son fundamentales.

No sólo están en lugares del centro de la capital como el bandejón central de la Alameda, la ribera del río Mapocho o en las cercanías de Plaza Baquedano, viven en todo Santiago y regiones del país.

Referirse a cifras muchas veces es un ejercicio frío como estas temperaturas, donde se habla de un número más que de una persona, generalmente poco representativo de la realidad. Aun así (como hay que justificarlo), la última actualización del Anexo Calle de marzo de 2022 evidencia más de 19.000 personas viven en situación de calle. Eso sí, las que cuentan con este registro.

En canales de televisión abierta, el tratamiento respecto a esta temática se enfoca en un par de testimonios dejando de lado el seguimiento en el tiempo. No sabemos más de estas personas, considerando que los medios vuelven año a año a los mismos lugares a obtener imágenes (por ejemplo, ver https://youtu.be/tMbZj1kf_pY).

Volviendo al Anexo Calle, según aquellos datos a diciembre de 2021, las principales comunas con mayor número de personas de calle a nivel nacional son Santiago Centro, San Bernardo y Puente Alto. Si el ejercicio periodístico fuera un poco más allá, no solo habría que cubrir la comuna de Santiago Centro, sino las otras dos. Al parecer San Bernardo o Puente Alto son comunas muy alejadas de sus casas televisivas, lo que va en desmedro de un trabajo más amplio.

Las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en los territorios evidencian año tras año el abandono comunicacional que existe al pasar el invierno; se suspende la cobertura, se oculta como un ruco debajo de un puente hasta el próximo año, escasamente aparece un reportaje en meses de primavera o verano.

El aumento de esta población, considerando la crisis sanitaria y migratoria, traspasa las cifras oficiales, según muchas fundaciones, colectivos o corporaciones. Es imprescindible trabajar en esta población las cuatro estaciones del año, de manera comprometida, estructural, con la voluntad seria incluidos los empresarios, el Estado, la academia, ciudadanos y ciudadanas para que alguna vez por todas, se detenga en algo, las cifras que solo han ido en aumento a nivel nacional.