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Opinión

No basta con la verdad cuando la mentira es una institución

Por: Francisco «Papas Fritas» | Publicado: 26.07.2022
No basta con la verdad cuando la mentira es una institución |
Una Constitución podría ser el ideal bajo el cual se moldea una sociedad. Y es ahí donde la campaña del Apruebo debe ganar el campo de batalla contra el Rechazo; no en la disputa de la posesión de la verdad e información, sino en el campo de las emociones, y que genere aquella estabilidad en los que imaginariamente se sienten en desventaja ante la existencia de un otro.

Según el historiador Carlos Bermejo Bararera, hoy nos adentramos a lo que él llama «fascismo cognitivo» y que es producido por quienes ostentan y manejan la información en la economía, en las redes de poder militar y el conocimiento científico técnico para controlar y manipular. Piotr Kropotkin en 1909 planteaba que habíamos llegado al fin de una época donde regía la tradición judía y la jurisdicción romana. “Profesamos una fe nueva, y cuando esta fe, que es al mismo tiempo la ciencia, sea la de todos aquellos que buscan la verdad, tomará cuerpo en el mundo de las realizaciones, porque la primera de las leyes históricas es que la sociedad se modela sobre su ideal”. Pero al parecer, en vez de ser sociedad, solo somos individuos modelando nuestros miedos una y otra vez.

Este miedo se muestra en los argumentos que las personas repiten de la derecha chilena, que se encarga de establecer la post verdad en las tinieblas de la información para promover el “Rechazo”, y en paralelo existen los que temen a quienes tienen miedo, y en defensa actúan desde un paternalismo explicativo de “la verdad e información”. Demasiadas explicaciones por parte de quienes están por el “Apruebo” para explicar la emoción de que el “Rechazo” miente, demasiada información de por qué es “mejor” votar “Apruebo”, y por qué somos “buenos” por elegir determinada opción; estas explicaciones excesivas confunden, atosigan, hacen perderse en las ideas, y por lo tanto enajenan.

Al parecer todos hoy somos expertos en Constitución y, si no, hay que ser experto antes de tomar decisión o partido, leerla y asumir que la entendemos a cabalidad para votar informados, en un mundo de sobrecarga de información, lo cual termina volviendo las ideas a un todo líquido, como lo ha planteado Baumant. ¿Seremos capaces de solidificar todo esto con la instantaneidad que se nos exige? ¿o el proceso será la enajenación como parte del reposicionamiento de la barbarie? La mentira se institucionalizó tanto que, en vez de que la verdad aparezca como agente modificador al develar la realidad, la verdad termina enalteciendo a la mentira.

Existe ahora bastante discusión filosófica acerca de la existencia de la verdad, y de cómo la mentira se ha posicionado en la nueva fe que promueve la esperanza ante la sensación de desventaja. Ante esta afirmación la singularidad busca lo que le dé ventaja, aunque esta sea mentira, ya que la nueva propuesta de Constitución está llena de nombramientos a otros excluidos, que aparecen por primera vez nombrados en su historia de exclusión, más allá de si estas personas en concreto continuarán o no siendo excluidas. Por ello no se aprobará o rechazará por la verdad o por qué tan informados podamos estar, sino que el acto estará sujeto por la guía emocional del “miedo” que tenemos a una otredad y en qué forma quienes buscan el Apruebo puedan desmitificar la monstruosidad en la cual han sido esculpidos las y los excluidos.

Los hechos lamentablemente han pasado a un segundo plano, porque los hechos hacen que respetemos a las personas, y lamentablemente hoy nos obligan a ser pluralistas, lo que remite al deber de respetar toda opinión en lo que llaman democracia. Al respetarse más el deber que a las personas, olvidamos los hechos que hacen a estos excluidos exigir su presencia, y en este sentido habría que sopesar cuál alternativa respeta a las personas, y cuál las detesta, prefiriendo crear opiniones sin hechos. Ahora quienes las detestan es gracias a que su miedo es infundado, pero quienes propagan ese miedo a través del Rechazo solo necesitan tener el control de las estructuras de que habla Bermejo para fundamentar ese miedo y justificar lo injustificable.

Hemos dejado la búsqueda en manos de Google, olvidándonos de que la búsqueda es una aventura por conseguir algo, y muchas veces ese algo no tiene palabras ni certezas, en medio de territorios donde se pronuncian “las cosas”. Las cosas son las que estabilizan la vida humana. La estabilidad probablemente nazca de la relación de la existencia con las cosas que generan el desarrollo de la emoción, y la emoción está a su vez para entender aquella existencia estructurada en una historia construida por hechos.

Desde esa perspectiva, la búsqueda de la verdad mediante la ciencia de la que habla Kropotkin es la infinita búsqueda de respuestas al ideal bajo el que se moldea una sociedad. Una Constitución podría ser el ideal bajo el cual se moldea una sociedad. Y es ahí donde la campaña del Apruebo debe ganar el campo de batalla contra el Rechazo; no en la disputa de la posesión de la verdad e información, sino en el campo de las emociones, y que genere aquella estabilidad en los que imaginariamente se sienten en desventaja ante la existencia de un otro.

Esa emoción del miedo necesita de toda la fuerza para barrer con los vestigios autoritarios y la posibilidad de la ultraderechizacion en el presente global. Y aunque muchas y muchos tenemos claro que todo esto sea un simple gesto, y con la Constitución que venga el futuro tiene ya un presente de barbarie donde “negras tormentas agitan los aires, nubes oscuras nos impiden ver”.

Francisco «Papas Fritas»
Artista.