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Opinión

El Che de los Gays (25 años de una loca revolución)

Por: Victor Hugo Robles | Publicado: 08.09.2022
El Che de los Gays (25 años de una loca revolución) Marcha por la Diversidad Sexual, 2004 | Javier Godoy
El nacimiento del Che cola movilizó mi seropositiva vida, activó mi activismo e inundó de sentidos nuestra colorida revolución sexual. Han sido 25 años de resistencia política, social, estética y cultural, tiempos complejos, tensos e intensos, muchas veces solo, criticado y cancelado, junto a otros lapsos más placenteros y gozosos.

Yo no pongo la otra mejilla. / Yo pongo el culo, compañero. / Y esa es mi venganza [Pedro Lemebel]

El 4 de septiembre de 1997 nació El Che de los Gays en un acto en contra de la censura convocado por Vicente Ruiz y Patricia Rivadeneira. En medio de la performance, terminé tirando agua de un bidón que decía AZT –el primer medicamento contra el VIH– a la reconocida actriz de teatro y televisión. “Provocar al provocador”, dije a la prensa. Fui expulsado a la fuerza, censurado del acto en contra de la censura.

Así, atrevido, polémico e incomprendido, nació un Che marica, libertario y seropositivo, entrecruzando las locas luchas de la diversidad con la estampa guerrillera de un Che asesinado el 9 de octubre de 1967 y descubierto su cuerpo enterrado en Valle Grande el 28 de junio de 1997. Fueron 30 años de cruel desaparición forzada para emerger desde la tierra justo-justo el “Día del Orgullo LGBTIQ”. Tal vez por alguna mágica razón, ese día el Che decidió alojarse en un agitado corazón homosexual para prolongar su mito guerrillero luchando y ensanchando causas, incorporando ahora otras utopías perseguidas e incomprendidas en otros tiempos.

El nacimiento del Che cola movilizó mi seropositiva vida, activó mi activismo e inundó de sentidos nuestra colorida revolución sexual. Han sido 25 años de resistencia política, social, estética y cultural, tiempos complejos, tensos e intensos, muchas veces solo, criticado y cancelado, junto a otros lapsos más placenteros y gozosos. La cueca maricueca en la Feria Internacional del Libro de Santiago, el desnudo en el acto central de la CUT del 1 de mayo, la Virgen rota exigiendo juicio a Pinochet, las bulladas intervenciones en marchas y protestas callejeras, cuadritos de patitas de chancho incluidas, forman parte de esa memoria política e histórica del movimiento de las disidencias sexuales que a veces quiere omitirse, ocultarse, igual que el cuerpo del Che.

La diversidad no se construyó ahora, no es obra de ninguna bancada parlamentaria, ni de ninguna organización e institucional por sí sola. Tampoco nace de la propuesta constitucional, ni mucho menos es obra propia. Las luchas por las diversidades ha sido un continuo histórico. Ha sido la lucha de tantas locas que han levantado sus voces en múltiples momentos y tiempos históricos. Las primeras fueron las locas del 73, tan perseguidas y estigmatizadas como las locas del Chile de hoy. Porque no ha sido este autodenominado “gobierno feminista, ciudadano y plurinacional” el que abrió las puertas de La Moneda a la comunidad LGBTIQ+ por primera vez. Hubo otras primeras veces en todo. Ya hace tiempo que entraron –y salieron– las diversidades del Palacio de Gobierno.

Lo que sí es cierto es que Gabriel Boric pasará a la historia de Chile por ser el primer líder del gobierno feminista que se querella en contra de un grupo de travesti pobres que alteraron el «orden, la moral y las buenas costumbres», como las audaces amigas de la banda rock travesti anarquista de “Las Indetectables”. Hablo de compañeras de lucha que dedicaron su polémica intervención en el acto electoral de Valparaíso a la activista travesti Mitchelle Esperanza Clementi Berríos que murió producto del SIDA en un hospital público esperando una reunión –que nunca fue concedida– con el alcalde de Valparaíso. Hablo de compañeras aguerridas y solidarias que así como tantas otras locas, como yo, complicitamos con la causa mapuche y demandamos el fin de la militarización del Wallmapu y la libertad de Héctor y Ernesto Llaitul, presos políticos del mal llamado gobierno plurinacional.

Dedico este 25 aniversario de El Che de los Gays a “Las Indetectables”. Porque la posta continúa, porque nuestra lucha es una cadena de locuras e irreverencias. Una cadena de exaltada hermandad política que camina –zigzagueante– con la memoria siempreviva de Edmundo González, Sigifredo Barra, Manuel Rodríguez Contreras, Andrés Pérez Araya, Francisco Copello, Pedro Lemebel, Andrés Pavez, Hija de Perra, La Doctora, Francis Françoise, Marcos Flores, Jorge Carreño, Patricio Egaña, Katiuska Molotov, Mitchelle Clementi, César Herrera, Camila Bolocco.

A todas ellas y muchas otras maravillosas locas que brillan en el cielo homosexual, travesti y lésbico de Chile, tributo este descontento e incendiario cumpleaños 25.

Victor Hugo Robles
Periodista, activista homosexual y performer.