Reflexiones en torno a una columna de Richard Kouyoumdjian

El 12 de octubre pasado Richard Kouyoumdjian publicó una columna criticando las acciones del actual subsecretario de Fuerzas Armadas, Galo Eidelstein (https://www.elmostrador.cl/destacado/2022/10/12/por-que-importa-el-caso-del-subsecretario-eidelstein/). Se sumaba a una bravata anticomunista, publicitada a través de columnas en medios de prensa nacionales, que ha incluido a personalidades tan conspicuas como los ex ministros de Defensa Baldo Prokurica, Mario Desbordes y Jaime Ravinet. Todos ellos se han manifestado profundamente preocupados por el interés del subsecretario por conocer los planes de estudios de las instituciones de Defensa Nacional. Sin embargo, parece una preocupación desproporcionada, sobre todo teniendo en cuenta que las escuelas matrices de las FF.AA. chilenas (donde se forman los futuros oficiales del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea de Chile) se encuentran acreditadas por la Comisión Nacional de Acreditación.

En efecto, en palabras de los ex ministros Prokurica, Ravinet y Desbordes, “las distintas instituciones de educación de las FF.AA., junto a las universidades e institutos de formación técnica constituyen “instituciones de educación superior”. Por ello, como reconoce el propio Kouyoumdjian, no existe ningún problema en que el subsecretario busque informarse de lo que ahí se hace. De hecho, es lo que debería esperarse de quienes son los responsables civiles, y políticos, de la acción de las FF.AA.

Por eso es que Kouyoumdjian se ve obligado a justificar su alarma, y hostigamiento, levantando de manera completamente artificial un manto de duda sobre las que, a su juicio, serían las “verdaderas” intenciones del subsecretario. En sus palabras, y sin mostrar ninguna evidencia ni especificar a quienes se refiere, sostiene que “muchos sospechan” que podría “haber algo más detrás de esto”. En sus palabras, “el PC tiene una larga historia en lo que se refiere a buscar anular o eliminar a las Fuerzas Armadas chilenas”. Una vez más, y sin ningún sustento histórico empírico, soslayando su ejemplar trayectoria democrática e institucional, se ataca al centenario Partido Comunista chileno recurriendo a los tradicionales tópicos del anticomunismo de derecha, chileno y latinoamericano (Marcelo Casals, La creación de la amenaza roja: del surgimiento del anticomunismo en Chile a la “campaña del terror” de 1964, 2016).

Aunque no se puede saber lo que depare el futuro, nuestra propia historia revela que la amenaza de la politización de nuestras FF.AA. no viene, prioritariamente, desde el flanco izquierdo.

Un problema del anticomunismo es que, al ser una ideología, nos impide tener una visión más completa y compleja de la realidad, distrayéndonos, por lo tanto, de los verdaderos nudos gordianos que hoy tensionan las relaciones civiles y militares.

El propio Kouyoumdjian lo deja entrever al comenzar el cierre de su columna criticando el uso intensivo de efectivos militares, por gobiernos de distinto signo político, en funciones de orden y seguridad, tareas que, a la luz de las palabras del columnista, no serían propias de las FF.AA. En ese sentido, este pareciera ser el verdadero problema que aqueja a nuestras instituciones de Defensa Nacional. En vez de perseguir fantasmas que no han dado indicios de existir, sería más útil ponernos a discutir democráticamente sobre estos «bordes».