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Opinión

COP 27: cooperar o morir

Por: Monserrat Candia Rocha | Publicado: 09.11.2022
COP 27: cooperar o morir |
Chile debe continuar avanzando para alcanzar su objetivo de cero emisiones para el año 2050, y mejorar sin dudas las proyecciones expuestas al año 2030. En esta COP 27 todo lo que se comprometa y proponga será sustancial para que el paradigma cambie y se mantenga vivo el objetivo de limitar el calentamiento a 1,5°C y países como el nuestro alcancen la anhelada transición socioecológica justa.

Este domingo 6 de noviembre comenzó la COP 27. Sí, la Conferencia de las Partes Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC), encuentro mundial que reúne a Estados participantes, activistas, partes interesadas, autoridades, científicos y expositores que de manera colaborativa, expositiva y dialogante buscan articular soluciones referidas a la acción climática, mediante compromisos adquiridos por los Estados y sus representantes (digamos los gobiernos de turno también).

En el discurso oficial, el Secretario General de la ONU expresó la siguiente frase: “La Humanidad debe elegir: cooperar o morir” y la frase me dejó pensando sobre el concepto de humanidad, sus revisiones a través de la historia y esa constante insistencia (muy antropocéntrica, por cierto) de establecer que, como humanidad, la dominación de la naturaleza es primordial para sostener el modelo económico y cultural que hoy prevalece en la mayoría de los Estados del mundo.

Concuerdo en que el profundo daño que hemos provocado en el planeta es real. Estamos en un punto crítico de no retorno. Es impresentable que hoy existan discursos negacionistas de aquello, pero la precisión de las palabras del Secretario General de la ONU debería ser más específica e incorporar que “las grandes corporaciones transnacionales y los Estados no partícipes, como China, India y Rusia, deben cooperar o morir”, dado que son también grandes emisores de gases de efecto invernadero, siendo esta una de las principales causas del aumento de la temperatura del planeta. Porque tengo entendido que no tenemos un planeta B donde estos Estados o las grandes empresas presentes en sus países puedan hacer sus maletas y mudarse. Qué fácil sería…

Es verdad que desde hace años estos encuentros me dejan un sabor a insuficiencia, poca acción concreta de los Estados. Es como si pretendieran alargar los interminables diagnósticos para justamente evitar tomar decisiones que pueden marcar la diferencia a la hora de enfrentar esta crisis climática. Y la realidad es que estamos atrasados. Lamentablemente, en la COP 26 estos acuerdos fueron insuficientes en materia de reducción de los gases de efecto invernadero para limitar el calentamiento a 1,5°C. Consultando los datos expuestos por Climate Action Tracker, plataforma de análisis científico independiente que rastrea la acción climática en materia de políticas internas de los Estados, apoyo internacional y participación (que recomiendo revisar), el panorama no es muy diferente de los países con mejor evaluación (de los cuales cuatro se encuentran en África, tres en Europa y uno en Asia), mientras el resto del mundo presenta calificaciones insuficientes o altamente insuficientes. Para alcanzar las metas propuestas, la transformación debe ser absoluta.

Chile es un país altamente vulnerable frente a estos cambios climáticos, tanto por el aumento de la temperatura, el déficit de precipitaciones, la intervención en las cabeceras de cuencas, el avance de la desertificación y la erosión de los suelos, entre otras consecuencias del medio físico. Esto, sin pensar en las consecuencias sociales, económicas y políticas que estos cambios provocarían en los territorios.

Como parte de una organización política y social, el compromiso no sólo está en exponer estas situaciones en todos los espacios y territorios en los que participamos, sino también promover la colaboración y cooperación integral para alcanzar las metas propuestas. Ampliar nuestra gestión interna y externa en materia de políticas verdes y ecológicas en el país y en la región de América Latina, que por su alta biodiversidad y variedad de ecosistemas debe ser protegida, pero también mirar de manera crítica estos encuentros internacionales que muchas veces hacen noticia por el gasto incurrido más que por los acuerdos alcanzados, exigiendo a los gobiernos de turno tomar medidas concretas y cumplir con los compromisos.

En la interna, Chile debe continuar avanzando para alcanzar su objetivo de cero emisiones para el año 2050, y mejorar sin dudas las proyecciones expuestas al año 2030. En esta COP 27 todo lo que se comprometa y proponga será sustancial para que el paradigma cambie y se mantenga vivo el objetivo de limitar el calentamiento a 1,5°C y países como el nuestro alcancen la anhelada transición socioecológica justa.

Montserrat Candia Rocha
Cientista política. Presidenta paritaria de la Coordinación Metropolitana de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS).