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En memoria a Roberto Torretti (1930-2022)

Por: Alex Ibarra | Publicado: 16.11.2022
En memoria a Roberto Torretti (1930-2022) Ronerto Torretti | Opinión ED
Acaba de morir el gran filósofo chileno Roberto Torretti. El polémico Patricio Marchant, quien había sido su ayudante, se refería a Torretti como aquel estudioso genio de la filosofía que había perdido la posibilidad de ser el nuevo Andrés Bello al renunciar a la vocación de ser filósofo adoptando el método del estudioso. Esta crítica caló profundo en la intimidad de Torretti, dada la cercanía y confianza que había puesto en Marchant. 

El profesor Torretti es uno de los filósofos chilenos más destacados fuera de Chile dado sus contundentes estudios principalmente en el campo de la filosofía de la ciencia, donde realizó trabajos sistemáticos dedicados a la filosofía de la física, biología, matemática y geometría. Desde temprano aparece en sus escritos la preocupación por la filosofía de la naturaleza.

De esto hay un texto publicado por la editorial de la Universidad de Chile en que se nos presentan algunas concepciones de filósofos griegos clásicos. Con mucho más conocimiento científico vinieron después sus textos El paraíso de cantor, The Philosophy of Physics y el diccionario de Lógica y filosofía de la ciencia, publicado en Madrid junto al filósofo español Jesús Mosterìn. En los últimos años, en la editorial de la Universidad Diego Portales, se publicaron algunos de sus textos reunidos bajo el título de Estudios filosóficos, en los cuales se puede observar su constante reflexión científica.

Parte de su labor docente ha sido recordada al interior del Centro de Estudios Humanísticos de la Facultad de Ciencias y Matemáticas de la Universidad de Chile. Pero también alcanzó notable reconocimiento en la Universidad de Puerto Rico, junto a su esposa, Carla Cordua, y su amigo José Echeverría. Su formación filosófica fue en el Departamento de Filosofía del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, lugar en el que conoció a destacados filósofos chilenos como Félix Schwartzmann, Jorge Millas, Juan Rivano, Luis Oyarzún y Humberto Giannini.

Una de las historias anecdóticas que alguna vez me comentó fue al interior del Centro de Estudios Humanísticos, a propósito de la publicación de su célebre estudio sobre Kant, libro que, en cierto sentido, es considerado de culto al interior de los escritos filosóficos en Chile. El polémico filósofo Patricio Marchant, quien había sido su ayudante, se refería a Torretti como aquel estudioso genio de la filosofía que había perdido la posibilidad de ser el nuevo Andrés Bello al renunciar a la vocación de ser filósofo adoptando el método del estudioso. Esta crítica caló profundo en la intimidad de Torretti, dada la cercanía y confianza que había puesto en Marchant.

El estilo filosófico de Torretti, desde una perspectiva ensayística, no goza de prodigiosidad. Tal vez esto explique la escasa difusión que alcanzaron sus libros, siempre con una exigencia de especialización hacia las temáticas tratadas. Parte de la profundidad de sus textos aparecen desde una tonalidad formal seria y muy especializada que en nuestro medio poco se cultiva.

Sin embargo, más allá de la escritura, se destaca como un buen formador, un gran conversador y poseedor de un humor fino en ironía. Al menos esa sensación personal me dejó mientras lo entrevisté algunos años antes de que recibiera el Premio Nacional de Humanidades y en algunas veladas más propias de la camaradería. Para acercarnos más a este maestro es muy relevante la conversación que publicó Eduardo Carrasco bajo el título En el cielo sólo las estrellas.

En estos tiempos, en que se dice que viene bien el cultivo de la filosofía, se extrañará la figura de este ferviente cultor de la disciplina en Chile. La obra de Torretti sigue estando disponible para su lectura como la de tantos filósofos chilenos que nos han entregado un notable legado que seguimos ignorando, siendo cómplices de su invisibilización. Sin duda, Torretti es un filósofo importante en Hispanoamérica, a pesar de que varios de sus trabajos no fueron escritos en nuestra lengua.

Alex Ibarra
Doctor en Estudios Americanos. Magistrado del TRINO.