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La niebla que cerca a Nahuelbuta

Por: Sandra Radic | Publicado: 18.11.2022
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Las familias campesinas que habitan alrededor del Parque Nacional de Nahuelbuta han visto cómo las tierras de sus parientes y amigos se han destinado a la plantación de pino. Algunos de los que se quedaron, se han volcado al turismo y hay esfuerzos por valorar la cultura, la naturaleza, la gastronomía y la recolección del piñón y hongos, tal como da cuenta la iniciativa “Destino Nahuelbuta”.

La voz que escucho por el teléfono suena más apesadumbrada que la última vez que hablé con él, hace unas dos semanas.

La quema de la casa de administración del guardaparques, de dos casetas de control, dos viviendas ligeras y una bodega, amenaza con dejar en la indefensión al Parque Nacional de Nahuelbuta.

La han sacado barata, se puede pensar a esta altura. Los dos guardaparques salvaron ilesos y sus compañeros harán teletrabajo, anuncia Conaf, corporación que administra los tres accesos al parque -uno de ellos está inhabilitado desde hace tiempo- y que ya enfrentaba una movilización del Sindicato de Guardaparques por mejores condiciones laborales.

Sin embargo, tal como la niebla que cubre a este bosque de 6.800 hectáreas, el miedo y la desolación hace lo suyo entre los habitantes de esa zona.

La Cordillera de Nahuelbuta nació para ser grande. Su nombre en mapudungun significa “Tigre Grande” y en sus 190 kilómetros de extensión le prestó cobijo a la mayor parte de las especies vegetales y animales de nuestro país. Y aunque el bosque se ha visto reducido por la agricultura desde el siglo XIX y la industria forestal a contar del siglo XX, en el parque quedan 690 especies de plantas vasculares nativas, es decir, plantas que poseen vasos conductores ramificados en su raíz, tallo y agua, de las cuales 265 son endémicas. Estas representan el 55% de las especies endémicas que existen en Chile continental. Hay además 17 especies de anfibios y 9 especies de reptiles, 108 tipos diferentes de aves y una veintena de mamíferos. Todo ello le ha otorgado el calificativo de “reserva mundial de biodiversidad”, señala un estudio de Alexia Wolodarsky-Franke y Susan Díaz Herrera que fue publicado por WWF Chile.

Las familias campesinas que habitan alrededor del Parque Nacional de Nahuelbuta han visto cómo las tierras de sus parientes y amigos se han destinado a la plantación de pino. Algunos de los que se quedaron, se han volcado al turismo y hay esfuerzos por valorar la cultura, la naturaleza, la gastronomía y la recolección del piñón y hongos, tal como da cuenta la iniciativa “Destino Nahuelbuta”.

Esas 6.800 hectáreas de bosque nativo simbolizan nuestra diversidad, nuestra fortaleza y también fragilidad. No sólo es una reserva importante de agua, vegetación y fauna, sino también nos da la posibilidad de hacer las cosas diferentes. Esas familias que se preguntan ahora qué será de ellas, merecen una acción permanente del Estado y nuestra también.

Sandra Radic
Periodista.