Ley de Transportes, descentralización económica y pequeñas empresas

Al igual que gran parte de la economía nacional, el gremio del transporte por carretera se caracteriza por la concentración que exhiben las grandes empresas del mercado. En tal contexto, las Pymes del transporte intentamos competir en desigualdad de condiciones. La concentración en favor de las grandes empresas de transporte de Santiago y la zona central se acentúa debido a las ventajas competitivas que proporciona el centralismo de la economía nacional. Por ejemplo, los camiones salen cargados de Santiago y el núcleo logístico articulado en torno de los puertos marítimos de San Antonio y Valparaíso y luego vuelven a Santiago con cargas desde regiones en detrimento de las Pymes regionales, que no podemos competir ni con las tarifas de las grandes empresas ni mucho menos con su red de contactos.

Desde la Araucanía, a pesar de todas las problemáticas de seguridad y pobreza, una gran disrupción del centralismo económico de nuestro país ha sido la instalación de la empresa CCU del grupo Quiñenco en nuestro territorio. Hecho que celebramos, debido a su capacidad de generar empleo y beneficios para los trabajadores de nuestra región. Sin embargo, consideramos que la estrategia de descentralización de CCU en la Araucanía no ha alcanzado a las Pymes del rubro del transporte. En nuestro caso, a lo largo de 2022, llevamos más de dos meses intentando establecer convenios de colaboración que nos permitan incrementar la frecuencia de nuestras cargas con la empresa. Desde nuestra perspectiva, celebrar convenios de este tipo no haría más que fortalecer la estrategia de vinculación, responsabilidad social y sostenibilidad de una gran empresa como CCU. Impactando positivamente tanto el bienestar de las organizaciones y comunidades locales donde se emplazan, así como en el desarrollo regional de la Araucanía.

En este sentido, frente a las diversas demandas de asociaciones de transportistas a nivel nacional, queremos hacer un llamado tanto a los grandes grupos económicos y sus representantes gremiales, así como a los ministros de Economía, Transportes y autoridades electas del país, a sentarnos y dialogar en torno a la creación de una Ley de Transportes a la altura de los desafíos y vaivenes que enfrentamos respecto la economía global.

Tal como en cualquier economía moderna y de libre mercado, una Ley de Transportes vendría a promover una descentralización y redistribución de la economía nacional. Así como también promovería condiciones de competencia en igualdad de condiciones para todos los actores del mercado. Lo anterior, no solamente en beneficio directo de las Pymes del transporte, sino además de la red de Pymes regionales y su consabida capacidad de generar empleo.

Es de esperar que, mientras el país desarrolla una política de transportes de largo plazo y a la altura de los desafíos medioambientales y de sostenibilidad que enfrentamos como sociedad global, podamos avanzar en una planificación futura, sostenible y estratégica de uno de los aspectos fundamentales de nuestra economía. En un ánimo proactivo y con una visión enfocada en los desafíos futuros de nuestra sociedad, así como en el beneficio de los territorios más desprovistos de nuestro país.