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Opinión

Los «eco-políticos» y el modelo económico

Por: Jorge Godoy | Publicado: 15.12.2022
Los «eco-políticos» y el modelo económico |
Somos parte de un gobierno que debe dar garantías en varias direcciones, y actuar respecto a los derechos ambientales frente a la constante amenaza de sobreexplotación y de una economía rigurosamente anti-ecologista.

Si se parte de una variable común, como por ejemplo que la existencia humana es una acción colectiva, pero que tiene ribetes condicionantes como es la individualidad (a razón del proceso neoliberal que la historia nos imprime), es que nos preguntamos: ¿cómo podemos instalar nuestras ideas con objetividad, desde nuestra postura ecológica y política?

Toda fuerza epistemológica constituye más objetividades que subjetividades y por ende tiende a la alineación. Esto, sobre todo si se asume que la “eco-política” debe enfrentar al modelo y coexistir con características propias del capitalismo, con aquello que denominamos “medios de subsistencia”, como es el trabajo asalariado, la explotación de los recursos naturales y el alto consumo de lo efímero, para subsistir frente al valor de las cosas. Y más aún, con un Estado que actúa como garante amplio de sí mismo, pero también del mercado y de los acuerdos políticos y económicos de los grupos de interés, entre otras cosas. Por ello es demasiado relativo ejercer un sólo tipo de eco-política que se integre, en plenitud, a la naturaleza, así como queremos.

El “ecologista político” busca criticar y fundamentar contra la injusticia ambiental y el mal uso de los recursos naturales, tiene como fin alcanzar un cambio ambiental radical (y no sólo de conciencia). Debe tomar como desafío convivir con la dinámica de los procesos sociales y los intereses económicos y políticos (y con el Estado) y, por otra parte, también con un tipo de votante que abraza el interés por lo ecológico y que basa su sufragio en toda aquella promesa política que dé solución a las causas ambientales. Entonces, dicha objetividad se hace compleja, porque el “ecologista político”, participante de un pacto de gobierno, reconoce la hegemonía del Estado y del mercado (en desmedro de las organizaciones sociales), sobre todo, en las materias que ameritan estudios de impacto ambiental, y eso a sabiendas de que sé es parte y contraparte a la vez.

Con esta reflexión sólo se advierte que éste será un lugar común cuando nos toque defender el interés del Estado o el interés de la ciudadanía o, precisamente, nuestro interés geopolítico, en especial, cuando el Estado tome una posición (entiéndase estudios o declaraciones ambientales) que no dé respuesta a lo que entendemos como ‘ecologismo».

Mientras nuestras acciones sean insuficientes para cambiar el modelo económico, por ahora somos parte de una sociedad capitalista que satisface (para bien o para mal) y que seguirá explotando el capital humano y los recursos naturales. Pretender que el Estado sólo nos necesita como “observadores objetivos y fiscalizadores” no es parte de la discusión, sino de cómo se diseña una manera de avanzar, junto al Estado.

Somos parte de un gobierno que debe dar garantías en varias direcciones, y actuar respecto a los derechos ambientales frente a la constante amenaza de sobreexplotación y de una economía rigurosamente anti-ecologista.

Jorge Godoy
Trabajador social. Militante de la Federación Regionalista Verde Social. Jefe del Dpto. de Desarrollo Económico Local de la Municipalidad de Quilicura y director de la Fundación Aldea Social.