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Mario Vargas Llosa y la historia profunda de Chile

Por: Maximiliano Salinas | Publicado: 12.01.2023
Mario Vargas Llosa y la historia profunda de Chile Mario Vargas Llosa | Imagen: TVN
Hay algo que Vargas no logra entender: el estallido social de Chile en 2019. Increíble, insostenible. Pero cómo. Por qué. De dónde. Si Chile era la luz del mundo. El modelo a seguir. La avanzada del continente. El Occidente con patas. Para el Nobel el estallido es sinónimo de fuego destructor. El incendio de casas, edificios, el Metro. Nada más. La barbarie, las masas voraces, el averno.

Un periodista chileno, miope, y de formación católica, viaja personalmente a Madrid a conversar con Mario Vargas Llosa, de 86 años de edad (Mejor Hablar: Mario Vargas Llosa, 24 Horas-TVN, 5 de diciembre de 2022). La cámara sobrevuela un Madrid aéreo, celestial, cinematográfico. El periodista anuncia a un escritor que se mueve con “total soltura en los salones literarios de Europa”.

Vargas Llosa hace una apología de Europa digna de otro tiempo. Dice que allí nació la libertad, la Ilustración, su propia vocación literaria. Flaubert le enseñó a ser escritor. El periodista insiste, tuteando sin necesidad, con preguntas sobre la madre de Vargas Llosa. ¿Por qué no le preguntó más detalles sobre la gran amistad de su madre con la madre de Salvador Allende?

Vargas asevera que Nicanor Parra es un “poco loco”. ¿Acertó el Nobel? Claro, para el escritor liberal, desde su establecimiento madrileño, Parra, el antipoeta del litoral central, de Las Cruces, que envió a su nieto a recibir el Premio Cervantes en España, tiene que ser un “poco loco”. Vargas dice que Parra no puede comprenderse como un pensador político. Faltaba más. Con todo, el texto parriano de la izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas, lo hace reír.

Hay algo que Vargas no logra entender: el estallido social de Chile en 2019. Increíble, insostenible. Pero cómo. Por qué. De dónde. Si Chile era la luz del mundo. El modelo a seguir. La avanzada del continente. El Occidente con patas. Para el Nobel el estallido es sinónimo de fuego destructor. El incendio de casas, edificios, el Metro. Nada más. La barbarie, las masas voraces, el averno. Ningún entendimiento de la historia profunda de América y de Chile. Vargas apoyó a Piñera en 2010. Asistió a los encuentros de Libertad y Desarrollo. Pero, ¿conoce el Chile profundo? ¿El Chile de Parra? ¿Los terremotos de Chile? El periodista lo consuela. Le dice que al fin el futuro podrá explicar el estallido. El presente no. El pasado tampoco. ¡Vaya inconciencia de la historia!

No sé si por las preguntas o por el propio Vargas la conversación no pasa más allá de Europa y América Latina. Así llamada. Latina, del latín. El mundo más allá no se ve, ni se siente. Es como nuestros escuetos manuales de historia moderna y contemporánea, que no se atreven con el mundo entero. Asia, África, Oceanía. La enormidad del mundo. Sólo se hablan lenguas coloniales. Para describir el mundo desde Europa a América Latina o viceversa. O, mejor dicho, de Madrid a Santiago sin escala.

Vargas Llosa se despide. El periodista mañoso le consulta sobre la plurinacionalidad. La respuesta es tajante. Basta del pasado indígena, de los sacrificios humanos. Hay que ser modernos, prósperos, libres, dice de pie. Recuerdo al instante el verso de Nicanor Parra, el antipoeta un “poco loco”: “SIN IGUALDAD / es una farsa hablar de libertad” (Obras públicas, ver Parra creer, 2006).

Maximiliano Salinas
Escritor e historiador. Académico de la Facultad de Humanidades de la USACH.