La tercera es la vencida

La historia vuelve a repetirse. Nuevamente tendremos pronto un desafío electoral. Esta vez para elegir a los 50 constituyentes que aprobarán la nueva propuesta constitucional. Al igual que en elecciones anteriores, la ciudadanía deberá elegirlos siguiendo la modalidad electoral con que se elige al Senado. Para asegurar una adecuada representación de los sectores progresistas es imprescindible construir el arco más amplio posible, pues de partida los sectores de derecha quedan mejor representados en este tipo de elección.

Es el costo inevitable que hubo que pagar en función de tener éxito en las negociaciones que dieron como resultado el acuerdo ya aprobado en el Senado y pendiente de aprobación en la Cámara de Diputados. Es decir, los sectores progresistas partimos en desventaja, de allí la importancia de presentar una lista única que haga posible sumar los resultados suficientes para lograr al menos una paridad de representación.

Entendiendo que el acuerdo social expresado en el futuro texto constitucional deberá ser expresión de un consenso ciudadano que haga que la gran mayoría de la ciudadanía crea, sienta y piense que estas son las normas básicas que regulan el operar de la casa común que llamamos Chile. Y aunque posiblemente existirán de lado y lado sectores con visiones extremas que no se sentirán representados en los acuerdos logrados, es de todos modos conveniente e incluso necesario que el proceso y la normativa constitucional aprobada cuenten con la mayor legitimidad posible.

Llamo aquí la atención del 38%, del cual formo parte y que fuimos estruendosamente derrotados, a no desaprovechar las oportunidades abiertas. La derecha cumplió su palabra y es necesario reconocerlo, cuando muchos creían que no lo haría. Las condiciones son otras, distintas a las existentes en el anterior proceso y debemos tener cuidado de no confundir nuestros deseos con las oportunidades que realmente se han abierto.

Evitemos todo tipo de maximalismos, en especial los exclusionismos a priori. Debemos actuar con la generosidad necesaria, aunque duela. El cuadro político se ha ido decantando lo suficiente como para que se haga presente la prudencia necesaria y la apertura y flexibilidad requeridas, para construir una amplia alianza de todas las fuerzas progresistas, que nos permita sumar y elegir los representantes, así como los acuerdos políticos y las voluntades colectivas que hagan posible lograr que la nueva Constitución exprese lo que nuestra Patria necesita, para avanzar en un sendero cada vez más incluyente, paritario, sustentable, solidario y fraternal.