Irací, no todo está perdido

Hace un par de semanas, Research Chile realizó una encuesta en la comuna de Santiago de cara a la próxima elección municipal. Nuestra investigación arrojó, por ahora, 2 verdades incuestionables.

La primera, Irací Hassler pierde por al menos 20 puntos con todos los candidatos de derecha cuando la elección es sólo entre 2 personas. Si bien el hecho de que pierda con todos los candidatos es alarmante y noticioso en sí mismo, no es menos cierto que las elecciones municipales carecen del factor binario, siendo contados los casos en donde una elección municipal se da entre 2 opciones.

La segunda verdad que subyace a nuestra investigación es que, a un año de su instalación, Irací Hassler tiene al menos un 31% de las preferencias. Este resultado puede leerse de múltiples maneras. Por ejemplo, de forma negativa si pensamos que a poco más de 1 año de gestión, la alcaldesa ha perdido cerca de un 8% de adhesión (si lo comparamos con 2021). Pero también podría (y debe) analizarse desde la perspectiva que, con más candidatos (sin escenarios binarios), ella obtiene el primer lugar, por lo que hoy por hoy sigue siendo altamente competitiva.

Entonces, ¿cuál es el problema de Hassler?

Si las elecciones para la alcaldía de Santiago fueran el próximo domingo no se vería un desangre (como muchos creen) de la alcaldesa. Al contrario, sería una elección reñida que se resolvería, en última instancia, por la cantidad de contrincantes que estén en la papeleta. Pero ¿qué ocurre si la elección es en 1 o 2 años más?

En un año la alcaldesa ha perdido cerca de 8 puntos de adhesión, por lo que encontrar su explicación resulta clave en el caso que busque presentarse a la reelección.

A mi juicio, los factores que explican la caída (y que se entrelazan) en la adhesión son 2. El primero es el pasado “tuitero” de la alcaldesa. Su actividad en redes sociales, antes de asumir la alcaldía, la mostraba (quiéralo o no) muy cercana a causas que hoy son menos toleradas por la ciudadanía.

La segunda explicación está en el hecho de que la alcaldesa olvida que la comuna de Santiago es la única con la condición de comuna capital, por lo que utilizar exclusivamente la estrategia de concejala siendo alcaldesa es un error.

Al ser Santiago una comuna capital, problemas que en otras comunas son tolerables en Santiago son inaceptables. Por más que se realice un correcto trabajo territorial en barrios como Sierra Bella, y que el orden público no sea su responsabilidad, el descontrol de los vendedores ambulantes en el Paseo Ahumada es lo que queda en la retina de la ciudadanía, y queda en la retina precisamente por ser una comuna capital.

No basta entonces con dar entrevistas en matinales explicando (o lamentando) hechos como la muerte del guía turístico a pasos de la municipalidad, o anunciar medidas ya dichas por otros municipios (como las clínicas comunales), sino que debe ser activa en materias de seguridad y liderar esa agenda.

Es ese su talón de Aquiles (y el de su partido y conglomerado político), pero también su gran oportunidad, pues si construye una agenda de seguridad seria y responsable, donde involucre a otros actores políticos, puede transformarse en una líder que traspase las fronteras de su sector. Esto sumado al trabajo territorial que está realizando haría que aumenten sus opciones de reelección. En caso contrario, el sillón de Santiago estaría siendo entregado en bandeja para cualquier contrincante que tome esas banderas.