Avisos Legales
Opinión

Guardafrontera

Por: Carlos Gutiérrez | Publicado: 10.02.2023
Guardafrontera | Agencia Uno
Es evidente que las diferentes misiones policiales superan a Carabineros. ¿Por qué no generar una fuerza guardafrontera dependiente del Ministerio del Interior a partir de lo que hoy existe, especializando su tarea y dotándole de los recursos que necesite? Solo un debate social abierto generará el consenso que lo hará posible para no dejarlo sujeto a los vaivenes de la lucha política contigente.

En Chile la migración internacional irregular, en especial el paso por las fronteras terrestres, es un serio problema que necesita ser atendido. Ayudar a resolver sus causas y manejar esos flujos es materia de una política internacional coherente con la política global de una migración segura, ordenada y regular llevada adelante por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), a la cual Chile adhiere. Atender sus consecuencias en el país es asunto de la política migratoria y de una acción amplia y coordinada del Estado y la sociedad.

Un aspecto específico del problema es el resguardo de las fronteras, el control del paso irregular, especialmente en la frontera norte. Nadie duda que Carabineros hace rato que fue superado. Se pretende que sean los militares los que lo resuelvan bajo un Estado de Emergencia semi permanente el problema migratorio y el crimen organizado, a pesar de la enorme evidencia internacional respecto al fracaso de esta política que se ha mostrado ineficaz en el largo plazo generando nuevos niveles de violencia y abriendo paso violaciones de los derechos humanos.

Es como pedirle a un médico ortopédico que haga un trasplante de corazón y mantenga al paciente en cuidados intensivos sin fecha límite. Son otros procedimientos, otros equipos, otro entrenamiento… porque en definitiva se trata de otra tarea. Solo aquí queremos seguir pidiéndole peras al olmo… porque ambos son árboles.

El debate de fondo es qué se necesita para esta tarea. La razonable existencia de una fuerza guardafrontera especializada está más allá de cualquier identidad político ideológica. Es conocida la U.S. Border Patrol, patrulla fronteriza de Estados Unidos que depende del Departamento de Seguridad Nacional, no del Pentágono. Panamá tiene el Servicio Nacional de Fronteras, aparte de la policía. Costa Rica, una Policía de Fronteras. En Argentina, la Gendarmería Nacional, que no depende de las FFAA. Brasil cuenta con la Policía Marítima, Aeropuertos y Fronteras (DPMAF), de carácter federal. Rusia, un servicio de guardas de frontera dependiente directo del ejecutivo. Cuba, las tropas guardafrontera, que dependen del Ministerio del Interior. También hay países con otro enfoque.

Aquí, hace rato es evidente que las diferentes misiones policiales superan a Carabineros. ¿Por qué no generar una fuerza guardafrontera dependiente del Ministerio del Interior a partir de lo que hoy existe, especializando su tarea y dotándole de los recursos que necesite? Solo un debate social abierto generará el consenso que lo hará posible para no dejarlo sujeto a los vaivenes de la lucha política contigente.

Es muy sintomático que han sido las propias Fuerzas Armadas las que han llamado la atención sobre su falta de competencia para este tipo de “nuevas misiones”, lo que indica claramente que el camino diseñado no es el correcto.

Esto es aún más grave porque no se ha resuelto un tema cardinal: las reglas del uso de la fuerza (RUF) que establecen diferencias entre una fuerza policial que enfrenta a delincuentes y una fuerza militar que enfrenta a una fuerza enemiga de la soberanía.

Para un debate en serio hay suficiente evidencia internacional y en Chile expertos y centros de estudios que lo han asumido. Es necesario llevarlo a toda la sociedad.

Ciertamente, generar una fuerza guardafrontera no resuelve el problema de hoy. Pero si seguimos involucrando de forma permanente a las Fuerzas Armadas en asuntos policiales no tendremos un problema, sino dos.

Carlos Gutiérrez
Historiador. Centro de Estudios Estratégicos de Chile (CEECH).