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Opinión

En las derechas latinoamericanas también habita un Gramsci

Por: Javier Molina Johannes | Publicado: 12.02.2023
En las derechas latinoamericanas también habita un Gramsci Antonio Gramsci |
Estos autores, intelectuales y figuras polemistas de gran visibilidad pública, forman parte de las relecturas gramscianas desde la derecha en nuestra región. Aun cuando sean propuestas alejadas e incluso opuestas al horizonte por el cual luchó el sardo. De hecho, pareciera que las fuerzas reaccionarias lo han utilizado, precisamente, para perfeccionar las técnicas de gobierno.

Lo leemos entrelíneas de Axel Kaiser y también en la obra de Agustín Laje, entre muchas más. Estos autores pueden ser vistos como ejemplos paradigmáticos de distintas vertientes, una más liberal y la segunda más conservadora, de las derechas no-partidistas latinoamericanas actuales. En ciertos momentos de sus obras nombran al autor sardo explícitamente e, incluso, en ocasiones hacen alusión a la imprescindible incorporación de las tácticas gramscianas para las (nuevas) derechas. Tanto Laje como Kaiser hablan de la batalla cultural, pero no desenfrenadamente como se presentan en sus intervenciones públicas, sino que de manera conceptualmente más rigurosa en la mayoría de sus obras.

Axel Kaiser, rostro principal de la Fundación Para el Progreso, ha venido escribiendo sobre la relevancia de llevar adelante esta disputa en/para las derechas chilenas, al menos desde La fatal ignorancia, en 2009. Luego ha venido la Neoinquisición…, y varios más. Tal vez su último golpe ha sido El economista callejero, un libro que se encuentra fotocopiado en diversas veredas de nuestras ciudades. Un ataque al sentido común; para seguir profundizando una subjetividad neoliberal. Ahí, en breves proposiciones nos señala cómo convertirse en un Milei chilensis. De hecho, entre risotadas y orgullo, este mismo presentó el libro en el país trasandino.

Kaiser junto a Gloria Álvarez, en El engaño populista, combinando el lenguaje del marketing neoliberal y ciertos conceptos gramscianos, llegan a señalar que los intelectuales compiten, vendiendo sus ideas, en un mercado para construir hegemonía a favor de tal o cual clase. A lo menos, una reapropiación bastante sui generis de Gramsci. A lo anterior, agregan la importancia de una guerra de posiciones, a la cual definen como el trabajo paciente y sistemático de penetración cultural para transformar la estructura del Estado. En cualquier caso, estamos frente a un esfuerzo de apropiación del autor sardo y, en ningún caso, de un anti-gramscismo.

Así, guardando las diferencias, Kaiser tendría un horizonte gramsciano; reitera de manera exhaustiva que la derecha chilena no logra comprender lo decisivo del campo cultural para el desarrollo político-económico, porque suele reducir todo a tecnicismos. No obstante, el economista chileno enfatiza que el campo de batalla por excelencia para construir cualquier proyecto sociopolítico es el espacio cultural, ya que ahí se forja la identidad y las creencias personales.

Por lo mismo, en La fatal ignorancia como también en sus obras posteriores, insistentemente ataca las ideas estatistas, colectivistas y anti-elitistas, a las que considera que nos llevarían a la mediocridad, debido a su alto potencial destructivo [sic]. En esta línea, prosigue Kaiser describiendo cómo el progresismo traería consecuencias nefastas y cierra, en El economista callejero, mostrando cómo unos pocos emprendedores, acompañados por grandes mayorías que abracen sus valores e ideas, permiten evitar el populismo y seguir dando florecimiento al país. De este modo, se evidencia cómo, tanto en sus publicaciones como en las intervenciones públicas, Kaiser otorga siempre meros eslóganes para disputar ideológicamente las propuestas que considera dañinas y enemigas.

El neoconservador cordobés (Laje), por su parte, no se queda atrás y en 2022 publica un libro con el título de La batalla cultural, que subtitula “Por una nueva derecha”. De nueva, poquísimo. Quizás sólo su apelativo, ya que emerge un claro afán por recomponer las huellas del tradicionalismo católico latinoamericano de los años 60. En este libro profundiza lo que ya venía diciendo en su obra (de 2016) El libro negro de la nueva izquierda. Entre otras cosas, que la izquierda ha dado preponderancia a la lucha ideológica, dejando de lado la lucha de clases directa, para lo cual el uso de Gramsci sería la clave de lectura de dicha mutación en la disputa política. A partir de él, dará cuenta de que ya no se requiere una lucha violenta, sino una minuciosa modificación de las mentalidades para construir poder político –trasmutación similar a lo ocurrido con los nuevos golpes–.

Para ello, y aun cuando aparecen Laclau, Mouffe, Marcuse e incluso Foucault, su autor predilecto es Gramsci. Y aunque se enorgullece de presentarlo como “un texto académico, de gran peso teórico”, no parece leer su obra en extensión, o al menos la referencia poco. De cualquier modo, es un texto académico –concediéndole el estatus– de muy buena difusión, ya que se puede encontrar en tiendas de supermercados [sic] de otros países latinoamericanos. Y a pesar de que cuesta acarrearlo (son más de 500 páginas por lo que parece no estar hecho para leerlo en la micro), es de fácil acceso digital –como también los de Kaiser–. A grandes rasgos, se presenta como una reapropiación de las técnicas y teorías usadas en las nuevas izquierdas, buscando construir una cadena de equivalencias y crear un bloque de derecha.

La obra de Laje muestra claras conexiones con el tradicionalismo católico más combatiente. Además, cabe recordar los vínculos del cordobés con fundaciones como CitizenGo y también los guiños con el Opus Dei, que ha estudiado tanto en su maestría como en su doctorado en la Universidad de Navarra (del Opus), como su paso para realizar estudios en el Pentágono [sic]. No son casualidades: hay un entramado. Por estos elementos, más que componer una nueva derecha, a través de técnicas mediáticas novedosas pareciera dar cabida a la tradición ideológica de los sectores más conservadores de las derechas.

En otra ocasión retomaremos más de sus vínculos, para profundizar en sus matrices teóricas. Ha sido una rápida pincelada por esta línea subterránea que recorre a las derechas latinoamericanas contemporáneas. Cabe enfatizar, por el momento, que estos autores, reconocidos intelectuales en sus respectivos sectores, figuras polemistas de gran visibilidad pública, forman parte de las relecturas gramscianas en nuestra región. Aun cuando sean propuestas alejadas e, incluso, opuestas al horizonte por el cual luchó el sardo. De hecho, pareciera que las fuerzas reaccionarias lo han utilizado, precisamente, para perfeccionar las técnicas de gobierno.

Javier Molina Johannes
Doctorando en Estudios Latinoamericanos.