Avisos Legales
Opinión

No hay que callar frente a la justicia patriarcal

Por: Karen Espíndola | Publicado: 28.04.2023
No hay que callar frente a la justicia patriarcal Fernanda Maciel |
Estamos frente a una justicia patriarcal, donde jueces, policías y organismos públicos no han tenido los elementos ni la formación necesaria para ir deconstruyendo los estereotipos de género. Lo cual vemos hoy reflejados en los casos de Fernanda Maciel y Antonia Barra.

Las mujeres estamos expuestas a diferentes tipos de violencia y una de las más horrendas es el femicidio. Después de 5 años se hace justicia en el caso de Fernanda Maciel, un caso que estuvo atravesado por el clasismo, discriminación y negligencias por parte de las policías, la justicia y los medios de comunicación de este país.

¿Cómo se explica que el cadáver de Fernanda estaba a metros de su casa, algo que su familia siempre indicó? ¿Como sociedad prestamos atención a cómo opera la justicia contra las mujeres? ¡Sin duda, no!

Lo que aquí se demuestra es que estamos frente a una justicia patriarcal, donde jueces, policías y organismos públicos no han tenido los elementos ni la formación necesaria para ir deconstruyendo los estereotipos de género. Lo cual vemos hoy reflejados en los casos de Fernanda Maciel y Antonia Barra.

La sensación de impunidad que se genera cuando hablamos de violencia machista es un profundo daño que se les causa a mujeres y niñas cuestionadas en sus relatos; toda la moral patriarcal en ellas. Muestra de ello es que hace muy poco la infidelidad de las mujeres era una atenuante en el Código Penal; los hombres podrían reducir sus condenas cuando mataban a sus parejas si alegaban infidelidad, pero no operaba el mismo criterio con las mujeres. ¡Aberrante!

La violencia contra las mujeres es un problema de Estado. Como sociedad debemos exigir un reenfoque en nuestros derechos, una educación no sexista desde la infancia, capacitaciones constantes de los organismos públicos frente a la desigualdad. Que se entienda que las mujeres ¡sí nos encontramos en situaciones de permanente cuestionamientos y vulnerabilidad cuando nos atrevemos a denunciar!

¿Estaba ebria? ¿Con quién estaba? ¿Estará bien psicológicamente? ¿Es una buena madre? Siempre la desacreditación detrás de nuestra palabra. Se nos deja como sujetas de segundo orden, cuestionándonos en cada momento, dudando de nuestra inocencia y vivencias. Sigue vigente una justicia que lanza potentes mensajes llenos de misoginia. Que no valemos lo mismo que los hombres y que si sufrimos algún tipo de violencia de género es porque la merecemos.

Hoy quisiera pensar que la justicia ha ido cambiando, que las víctimas de violencia machista son resguardadas, que existe una conciencia bajo la desigualdad estructural que existe entre hombres y mujeres. Donde el machismo siempre se impone, justicia que muchas veces sigue responsabilizando a las mujeres cuando son víctimas de violencia sexual. Con la complicidad directa del Estado, sus organismos, los medios de comunicación y el silencio de toda una sociedad.

Abrazo a la eternidad a Fernanda, a Antonia y a todas las que han partido por vivir en un mundo que nos violenta, que nos persigue, que nos juzga y que nos mata solo por ser mujeres.

Karen Espíndola
Feminista. Autora del libro "Mi testimonio: aborto, Estado e hipocresía en Chile".