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Cristián Warnken, ¿el sensato?

Por: Francisco Mendez | Publicado: 12.07.2023
Cristián Warnken, ¿el sensato? Imagen de Cristián Warnken | Agencia Uno
¿Es justo hablar de dictaduras tan liviano de cuerpo y decir que todo es lo mismo? ¿Es “sensato”-cualidad que él dice levantar como una bandera de lucha- comparar una cancelación en una democracia con un plan organizado para perseguir y eliminar a gente con ciertas ideas? No. No lo es.

Cristián Warnken tiene un espacio en la página web de la radio en la que trabaja, lugar en el que escribe textos como si lo hiciera desde a la luz de sensatez y una sabiduría que, al parecer, le daría el leer mucha poesía y literatura. Pero, desde una falsa humildad, publica uno que otro apunte político que llama “carta”, en el que se permite condenar, felicitar o aconsejar a autoridades o personajes de la contingencia desde un podio construido por ciertos medios.

En su última «carta» Warnken le escribe, a propósito del conflicto en torno a la conmemoración de los 50 años del golpe, al Presidente Boric. Con esa simulada humildad ya señalada, habla de la forma en que se ha ido acercando la fecha y la manera en que se quiere establecer una verdad única de lo que fue aquel hecho político que desencadenó en el horror.

Como suele pasar por estos días, el entrevistador de Icare se refiere a la cancelación del otro, específicamente, en este caso, por decir algo diferente a un discurso oficial que se encontraría en cierta izquierda. ¿Es cierto esto? Si somos rigurosos sí, existe un temor al debate y al intercambio de ideas en el progresismo, y se prefiere hacer como si no existieran. Y aunque tiene una versión actual a través de redes sociales, esta suerte de intolerancia es algo que este sector ha padecido desde los sesenta, como cuando odió a Nicanor Parra por tomar té con la señora de Richard Nixon en la Casa Blanca.

¿A qué se debe este problema? Según creo, es una falencia intelectual alimentada por un dogmatismo poco procesado. Hoy en día, ese dogmatismo se ha nutrido por un individualismo comunitarista en el que las comunidades se respetan entre ellas, sin muchas veces mirar a quienes están afuera.

Si bien una discusión con antagonismos, a diferencia de lo que dice cierto discurso consensual, es buena, necesaria y revitaliza la sociedad, esos enfrentamientos de ideas deben ser argumentados, pensados y desmenuzados. De lo contrario, son peleas en las que no hay un enfrentamiento real de posiciones ideológicas.

Pero la pregunta es, si en el caso específico de la discusión respecto del quiebre democrático puede decirse, como señala Warnken, que la reacción de las familias de víctimas de la dictadura, frente a las declaraciones contrarias a lo que encuentran aceptable, se asemeja al régimen de horror vivido en Chile por 17 años.

¿Por qué la pregunta? Porque en una de las frases de su texto dirigido al mandatario, el conversador empresarial, autodenominado prudente, se pregunta si lo que quieren esas familias es que “nosotros” padezcamos algo parecido a lo que padecieron ellas, pero con otro signo político.

¿Es justo hablar de dictaduras tan liviano de cuerpo y decir que todo es lo mismo? ¿Es “sensato”-cualidad que él dice levantar como una bandera de lucha- comparar una cancelación en una democracia con un plan organizado para perseguir y eliminar a gente con ciertas ideas? No. No lo es.

A diferencia de lo que cree Cristián Warnken, comparar cualquier gesto que huela subjetivamente a autoritarismo con un autoritarismo real es un argumento que se cae solo. Más aun cuando no hay cuestiones similares entre los elementos que se comparan.

Las dictaduras no son recursos literarios, sino hechos concretos. Cuando se pierde eso concreto, se transforman casi en adjetivos que pierden el sentido y se las banaliza torpemente. Eso, Cristián el sensato, debería saberlo bien. Porque, antes de entrevistar por encargo en Icare, conversaba con gente bastante interesante. Con escritores de la generación del 50 que, sin ser todos de izquierda o partidarios de Salvador Allende, tenían bastante más claro qué era una democracia o una dictadura. Él también tiene una edad suficiente como para saberlo.

Francisco Mendez
Periodista y analista político.