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Retribución a la Naturaleza: Los Pueblos de la Sierra de Santa Marta

Por: Nicolás Nazal | Publicado: 15.07.2023
Retribución a la Naturaleza: Los Pueblos de la Sierra de Santa Marta Comunidad Kogui | Cedida
En la reunión sostenida con la comunidad Kogui, realizada al aire libre y junto a las chozas circulares construidas con hojas de palma, José debió actuar como interprete ya que ningún otro miembro de la comunidad conocía más que unas palabras en español. En la reunión se abordaron temas concernientes a las relaciones de la comunidad y su modo de vida al interior del parque, las cuales no siempre resultan fáciles de congeniar de acuerdo con las reglas y normas de la administración gubernamental.

A fines del mes de junio realizamos una gira al Parque Nacional Tayrona, en la costa del Caribe Colombiano, como parte del proyecto del Observatorio de Áreas Protegidas de la Región de los Ríos. En aquella visita pudimos recorrer ampliamente ese hermoso Parque Nacional junto a funcionarios y guardaparques de Parques Nacionales Naturales de Colombia, el equivalente a nuestro CONAF.

En una de las actividades programadas nos indicaron que podríamos visitar una de las comunidades indígenas que reside al interior del parque, el cual es parte del plan de manejo ambiental conjunto de los Parque Nacionales Tayrona y Sierra Nevada para el retorno de estas comunidades a sus territorios ancestrales en la costa, de la cual fueron expulsados desde los inicios de la colonización española.

Estos territorios indígenas son parte de la denominada “Línea Negra” (Sé shiza), los cuales conforman los territorios habitados por los cuatro pueblos indígenas originarios de la Sierra Nevada de Santa Marta, los Arhuaco, Kogui, Wiwa y Kankuamo.

Para estos cuatro pueblos indígenas, la Ley de Origen es el conocimiento de los principios de la vida, el orden y las funciones de todos los seres vivientes para mantener el equilibrio y la armonía en cada lugar de la Tierra. Para ellos, el territorio demarcado por la línea Negra es un hilo invisible por donde fluye la energía de la Tierra y en donde están los sitios y espacios sagrados.

Según su cosmovisión, todos los animales, plantas y los elementos de la naturaleza están ordenados en el territorio según unas funciones ambientales y espirituales, y cuando esos lugares o sus elementos se desplazan o destruyen, se crean problemas que afectan a todos los seres vivientes. Por esta razón, los pueblos originarios asumen como misión el cuidar, proteger, pagar y retribuir a toda la Naturaleza y el Universo.

Esta cosmovisión y relación con la naturaleza de los pueblos originarios de la Sierra, contrasta fuertemente con la visión occidentalizada e impuesta desde Europa a través del proceso colonialista, la cual se refleja claramente en la frase del Libertador Simón Bolívar tras el terremoto del Jueves Santo de 1812 en la ciudad de Caracas, en la cual proclama “Si se opone la Naturaleza, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”, pronunciada en momentos en que luchaba por la independencia de los pueblos Americanos frente al Imperio Español.

Durante nuestra visita a la comunidad Kogui que reside al interior de Tayrona, nos asombró darnos cuenta en ese momento que el personal del Parque y guardaparques no habían ingresado nunca a ese lugar, ni habían tenido hasta el momento contacto directo con sus habitantes. Lo anterior, debido a los requerimientos de la propia comunidad de minimizar los contactos con el “exterior”, y que en esta ocasión nos fue permitida debido a que uno de sus miembros, José, que habita en la ciudad, hizo el contacto con los guardaparques para implementar un encuentro en torno a un programa de educación ambiental.

En la reunión sostenida con los Kogui, realizada al aire libre y junto a las chozas circulares construidas con hojas de palma, José debió actuar como interprete ya que ningún otro miembro de la comunidad conocía más que unas palabras en español. En la reunión se abordaron temas concernientes a las relaciones de la comunidad y su modo de vida al interior del parque, las cuales no siempre resultan fáciles de congeniar de acuerdo con las reglas y normas de la administración gubernamental.

En uno de los intercambios traducidos por José, los cuales se daban especialmente con el mamo o guía espiritual, le consultamos cómo los miembros de la comunidad logran en su vida diaria una relación armónica con la naturaleza, teniendo en cuenta que para su sustento ellos deben talar árboles, matar animales, criar especies domésticas introducidas y generar pequeños cultivos imprescindibles para su vida diaria y espiritual, como lo es la hoja de coca, entre otros.

Ante la pregunta de nuestra parte, y teniendo nosotros en mente conceptos arraigados en nuestra actual cultura ambientalista tales como: sostenibilidad, economía circular, compensaciones, responsabilidad ambiental, producción sustentable, etc., su respuesta fue clara y precisa, Retribución.

El ser humano debe retribuir a la naturaleza por lo que ésta le brinda, ósea en términos simples, se debe recompensar, remunerar, pagar, o reconocer un favor, servicio o beneficio que se le está brindando.

Ante su respuesta nos queda la reflexión de cómo el pueblo Kogui y los otros pueblos de la Línea Negra logran generar esta retribución a la naturaleza, lo cual es algo difícil de comprender para alguien nacido en la ciudad y parte de nuestra cultura, en la cual nuestros mejores esfuerzos se centran en “disminuir impactos” de nuestras acciones.

Lo que sabemos o intentamos comprender es que sus integrantes y especialmente por medio de sus guías espirituales, los mamos, siguen activos para dar cumplimiento a los mandatos de la Ley de Origen, realizando sus pagamentos ancestrales para cuidar las conexiones y armonía de todos los seres de la naturaleza.

Para nosotros, interpretar, internalizar y llevar a cabo este mandato es algo difícil de comprender, pero que sin embargo nos hace reflexionar sobre nuestra visión y acción del medio natural que nos cobija. Quizás esto sea un buen comienzo.

Nicolás Nazal
Consultor ambiental y economista ecológico.