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Unidad Popular y Golpe de Estado: El contexto

Por: Paulina Vidal Pollarolo | Publicado: 21.07.2023
Unidad Popular y Golpe de Estado: El contexto Unidad Popular | Twitter @MemoriaHis
Mi abuelo, el general Carlos Pollarolo Maggi, jefe del Estado Mayor del Ejército, General de División a cargo de la Guarnición de Santiago, señaló que, si ganaba Allende en la elección de 1964, el Ejército chileno acataría ese resultado porque respetaba la Constitución y la Leyes. Quien tenía la mayor probabilidad de ser el próximo comandante en jefe del Ejército, fue pasado a retiro.

En el contexto actual es más necesario que nunca conmemorar el golpe de Estado civil y militar de 1973.

Hoy avanza la ultraderecha y, quien obtiene la más alta votación en la elección de constituyentes, se atreve a decir que Pinochet era un estadista, ocultando que fue el responsable de las más graves violaciones a los derechos humanos y que se enriqueció con el dinero del Estado.

Hoy la derecha plantea que no está dispuesta a firmar una declaración por el Nunca Más, como le ha planteado el presidente Gabriel Boric. La pregunta es ¿por qué?

Como es de conocimiento público los partidos de derecha difunden un relato según el cual el golpe de Estado fue consecuencia del gobierno de la Unidad Popular. De esta manera lo justifican apelando al contexto de la época. Lo que no dicen es que siempre van a impedir que se realicen transformaciones estructurales al sistema económico vigente porque, como ha ocurrido históricamente, defienden los intereses del gran empresariado.

Si la derecha señala que se deben considerar las causas del golpe de Estado, las que obedecen al contexto de la época, veamos cuál era el contexto.

Es innegable que en 1973 grupos de ultraizquierda (MIR, un sector del Partido Socialista y del MAPU) planteaban la consigna “avanzar sin tranzar”. A diferencia de Allende y del PC, cuyo proyecto era el de la Unidad Popular, que planteaba enfrentar la desigualdad social al interior de los límites de la democracia, estos grupos no respetaban el orden democrático y consideraban que era necesaria la lucha armada para lograr impulsar transformaciones estructurales al sistema económico.

Lo que no se dice es que estos grupos no contaban con ninguna capacidad para llevar a cabo su proyecto político, como quedó demostrado en junio durante el tanquetazo, en septiembre durante el golpe, y en el primer año de la dictadura, cuando un número significativo de los militantes del MIR fueron detenidos, torturados y muchos hasta el día de hoy se encuentran desaparecidos. En el Chile de la época no había ninguna posibilidad de guerra civil como dice la derecha.

Mucho antes del golpe de Estado, desde 1960, en el contexto de la guerra fría, el Estado Mayor del Ejército norteamericano estaba preocupado por el resultado de las elecciones presidenciales en Chile.

Mi abuelo, el general Carlos Pollarolo Maggi, jefe del Estado Mayor del Ejército, General de División a cargo de la Guarnición de Santiago, señaló que, si ganaba Allende en la elección de 1964, el Ejército chileno acataría ese resultado porque respetaba la Constitución y la Leyes. Quien tenía la mayor probabilidad de ser el próximo comandante en jefe del Ejército, fue pasado a retiro.

Es innegable que una causa importante del golpe civil y militar del 11 de septiembre de 1973 fue la intervención de Estados Unidos, específicamente de la CIA, como lo muestran sus documentos desclasificados, del período 1970-1973. Intervino cuando poco después del triunfo de Salvador Allende, el Movimiento Patria y Libertad asesinó al general constitucionalista, comandante en jefe del Ejército, René Schneider.

Cuando Salvador Allende asumió el gobierno, la CIA y los poderes económicos y políticos chilenos decidieron llevar a cabo una estrategia de desestabilización económica y política. Se debía crear una situación de caos e ingobernabilidad.

El acaparamiento de productos básicos para generar desabastecimiento; el mercado negro; el paro de camioneros; el paro de octubre del 72; las acciones de sabotaje de Patria y Libertad, que botaba las torres de electricidad del sistema interconectado central; y la campaña comunicacional impulsada por El Mercurio intentaron crear la imagen de un país invivible.

En ese contexto, la derecha estaba segura de que ganaría los 2/3 en las elecciones parlamentarias del 4 de marzo de 1973 y que podría acusar constitucionalmente a Salvador Allende. Contra todo pronóstico, los partidos de la Unidad Popular obtuvieron el 44% de los votos. La estrategia no había funcionado y era necesario terminar de preparar un golpe de Estado.

El 11 de septiembre de 1973 forma parte de la memoria colectiva de quienes lo vivimos. Lo importante es que esa memoria sea transmitida de generación en generación para que Nunca Más en Chile vuelva a ocurrir.

Hoy, cuando se relativiza el quiebre de la democracia, constituye un imperativo ético preguntar Dónde Están los detenidos desaparecidos. Levantar con fuerza el Nunca Más un golpe de Estado. Nunca Más el terrorismo de Estado. Nunca Más el negacionismo de hechos históricos que están acreditados.

Paulina Vidal Pollarolo
Socióloga