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La izquierda transformada en quimera: ¿Qué estamos ofreciendo a Chile?

Por: Natassja de Mattos | Publicado: 02.08.2023
La izquierda transformada en quimera: ¿Qué estamos ofreciendo a Chile? Imagen referencial – Gabriel Boric en campaña | Agencia Uno
Quedan dos años y un poco para finalizar este gobierno y, por un lado, no vemos nuestras nuevas vías chilenas al socialismo ni al feminismo, y por otro, tampoco vemos propuestas que reelaboren lo anterior. Esto último es clave. El triunfo del rechazo, el proceso constituyente con escasa adhesión y confianza, el “octubrismo” en el baúl de los recuerdos, el “nuevo silencio” feminista y las calles vacías, nos hablan de un proyecto que ha dejado de convocar justamente porque no da ruta, certidumbre o dirección. Es necesario empezar a redibujar el imaginario de nuestro objetivo y explicar con peras y manzanas cómo esperamos llegar ahí.

¿Cuánto hemos leído y escuchado contra Gabriel Boric por decir algo que lo caracteriza y es coherente con la estratégica declarada por su partido político y coalición? Es cierto que hay imprecisión conceptual en lo dicho y habría sido mejor hablar de derrocar el neoliberalismo y/o criticar el estado actual del capitalismo neoliberal como modelo que precariza la vida y fomenta el egoísmo.

Se asume que una postura contraria al capitalismo es, consecuentemente, una postura pro-socialismo, ambos en sus formas puras, sin medias tintas. Y en otras conclusiones destempladas, se asume que el socialismo significa, lisa y llanamente: Venezuela, Corea del Norte, Cuba, Nicaragua, entre otros, como si esas experiencias representasen el socialismo en lo teórico y práctico, cuando justamente distan en tanto están mediados por sus contextos, idiosincrasias, tácticas, estrategias y líderes.

Esta contraposición socialismo-capitalismo, es de los binarismos más imprudentes y simplistas de nuestros tiempos. Habrá que ver la amplia gama de grises que se abre si se les presta atención.

La ministra Vocera de Gobierno, Camila Vallejo, luego de los dichos de Gabriel Boric, lo apoyó diciendo que el gobierno se inclina por avanzar hacia un Estado de Bienestar, al estilo de los países europeos del norte. Lo curioso es que, esos países, de lo que menos carecen es de capitalismo. Se trata de capitalismos galopantes que en su triunfo han podido instalar formas de un Estado Social y de Derechos, basado en la búsqueda del bienestar de la población (sin superar las segregaciones interseccionales).

Intelectuales y políticos han salido de todos sus rincones a definir capitalismo, neoliberalismo, socialismo, Estados de Bienestar, etc. Pero, conceptos aparte, creo que esto invita a una conversación mayor sobre las certezas, claridades y seguridad que está entregando el oficialismo. Esto en un escenario en que se destapan casos que les desprestigia sistemáticamente y se intenta instalar un discurso en que la probidad pareciera írseles como agua entre los dedos.

Parece natural que el pueblo de Chile se pregunte hacia dónde nos quiere llevar este gobierno. Si hay incongruencias en lo que NO queremos ser y también algunas en lo que SÍ queremos ser, difícilmente darán confianza y claridad. Esta falta de claridad podría estar viéndose ilustrada cuando en la última encuesta CADEM se indica que el 27% de las y los chilenos considera que vivimos en un sistema comunista -ya quisiera leer esto alguna persona del pueblo rumano, entre tantos otros-.

Podríamos buscar algunas claridades en el programa de gobierno, esos documentos que al poco andar de los gobiernos se vuelven papiros de la nostalgia. El programa de Apruebo Dignidad decía textualmente que propone la instalación de un Estado Social y de Derechos, así como desplegar un Gobierno Feminista y un sistema económico que ponga la sostenibilidad de la vida al centro del desarrollo y el crecimiento -muy propio de las economías feministas y el ecofeminismo-, entre otras cosas.

Detengámonos un instante en la propuesta del Gobierno Feminista. Los feminismos en tanto ideología proponen llegar a un sistema sin binarismo, el fin del patriarcado, la erradicación del machismo, el sexismo, androcentrismo y todas las formas de discriminación y violencia hacia cualquier identidad sexo genérica que no sea la de hombre cis heterosexual. Para nosotras ese es el fin de la historia y el imaginario del mundo que queremos.

Yo me pregunto, más allá de la declaración de principios e ideología, más allá de las consignas y de un pilar identitario del que nos agarramos como si una tormenta y tifón trataran de llevarnos y perdernos en la mismísima nada. ¿Consideramos posibles dichos objetivos? ¿en qué medida? ¿para cuándo? ¿con qué estrategia? Pero más aún, ¿nos da este gobierno alguna señal o garantía de que estemos avanzando hacia allá?

Quedan dos años y un poco para finalizar este gobierno y, por un lado, no vemos nuestras nuevas vías chilenas al socialismo ni al feminismo, y por otro, tampoco vemos propuestas que reelaboren lo anterior. Esto último es clave.

El triunfo del rechazo, el proceso constituyente con escasa adhesión y confianza, el “octubrismo” en el baúl de los recuerdos, el “nuevo silencio” feminista y las calles vacías, nos hablan de un proyecto que ha dejado de convocar justamente porque no da ruta, certidumbre o dirección. Es necesario empezar a redibujar el imaginario de nuestro objetivo y explicar con peras y manzanas cómo esperamos llegar ahí.

Ese objetivo imaginario que hemos de instalar requiere muchísimo más que un impreciso “derrocar el capitalismo” y también ir más lejos de una consigna tipo “gobierno feminista”, que parece ya una ilusión –sobre todo en el (aún) brillo de la ausencia del Sistema Nacional de Cuidados-. Pareciera que hay que alzar alternativas para la última parada del gobierno de Apruebo Dignidad y de los conceptos han de ser actualizados.

Me aventuraría, por ejemplo, en decir que el oficialismo busca instalar un Estado social y de derechos cuyo régimen sea democrático de carácter solidario, con foco en el bienestar social y capital. Pero ¿es así? ¿qué es lo que eso significa? ¿nos acomoda? ¿qué otras alternativas hay?

Más allá de las respuestas y quién pueda entregarlas, una cosa es clara, sin estación final definida, línea del tren que trace la ruta y un tren que nos lleve ahí, la izquierda se irá transformando en quimera, una que abre paso al crecimiento de las derechas.

Natassja de Mattos
Cientista política feminista especializada en temas de género y activista en La Rebelión del Cuerpo.