Innovación y Educación Técnico Profesional al servicio del desarrollo

Nuestro país ha sufrido muchos desastres naturales durante su historia, como nos lo recuerdan incendios y temporales recientes. Más allá de lo lamentable de estas situaciones, las y los chilenos sacamos lo mejor de nosotros para levantar nuestro país.

A fines de los treinta del siglo pasado, como respuesta pública ante el terremoto de Chillán, se crearía la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO). Poco más tarde, el 26 de agosto de 1942, se creó la Dirección General de Enseñanza Profesional, hito clave para lo que hoy es la educación técnico profesional en Chile. Estos hechos están conectados: en la respuesta a una crisis, se logró una articulación virtuosa de políticas para el desarrollo y la educación.

El gobierno del Presidente Boric ha recuperado esta herencia poniendo énfasis en políticas para el desarrollo sostenible: Estrategia Nacional del Litio, del Hidrógeno Verde, y de modernización de nuestra matriz productiva. No obstante, es en la respuesta a los desastres que esta perspectiva se hace más concreta. El Presidente ha recordado el origen de la CORFO en su discurso ante los temporales, y ha señalado que no sólo reconstruiremos el país, sino que lo haremos anticipando el Chile del mañana.

Desde el Ministerio de Educación y la Subsecretaría de Educación Superior, estamos comprometidos con modernizar nuestra educación técnico-profesional para ponerla a disposición de este esfuerzo. Hoy tenemos una deuda con la Educación Técnico-Profesional: a pesar de los importantes avances en expansión de la matrícula y financiamiento, aún está por delante su ensamble virtuoso con políticas de desarrollo local y nacional.

Conmemorando el mes de la educación técnico profesional, hace unos días como Subsecretaría de Educación Superior lanzamos la estrategia “Innova TP: Construyendo Conocimiento en los Territorios”. Es resultado de un esfuerzo intersectorial del Estado para conectar distintas políticas públicas de desarrollo productivo y social (con SENCE, SERCOTEC, CORFO, entre otros), incorporando a la educación técnico profesional al sistema de innovación y transferencia tecnológica (iTT).

La Educación Técnico Profesional tiene una alta capilaridad con sus casi 300 sedes a lo largo del país. Tiene el potencial para generar conocimiento aplicado y soluciones para los problemas comunes de las personas y los desafíos territoriales. Para apoyar a las miPYMEs con innovación y transferencia tecnológica, para mejorar la relación con el medio ambiente y recuperar territorios afectados por la contaminación, la sequía y los desastres naturales.

La educación técnico-profesional está en nuestra historia, en el legado de las escuelas de artes y oficios, y en la rica tradición de CORFO desde el siglo pasado. Pero, sobre todo, está en nuestro futuro. En momentos de crisis, tenemos la oportunidad de levantarnos otra vez, anticipando el mañana. Ese es nuestro compromiso con la educación técnico profesional: ponerla al servicio del desarrollo.