Avisos Legales
Opinión

50 años después: Avances y retrocesos de los Derechos Sexuales y Reproductivos

Por: Débora Solís | Publicado: 10.09.2023
50 años después: Avances y retrocesos de los Derechos Sexuales y Reproductivos Imagen referencial – Venda Sexy | (CC) Revistarosa.cl
229 mujeres que declararon ante aquella Comisión, dieron cuenta que fueron detenidas estando embarazadas, de las cuales 11 relatan haber sido violadas en ese estado. Debido a las torturas y abusos cometidos, 20 sufrieron la interrupción de sus embarazos de manera forzada y 15 tuvieron a sus hijos e hijas en presidio en condiciones de violencia y menoscabo.

Históricamente las mujeres han debido dar una importante, intensa y agotadora lucha por conquistar derechos y libertades, particularmente los sexuales y reproductivos. Avanzar en esas temáticas a través de leyes, educación e información, logran cambios sociales, pero no es suficiente para darlos por sentados. Ideologías conservadoras y radicalizadas ponen en jaque las garantías logradas en todo el mundo, arriesgando que los avances conseguidos, especialmente para mujeres y diversidades, se pierdan o se retroceda sustantivamente, como en épocas cuando no estaban garantizados.

Nuestra historia nos da lecciones claras sobre cómo los derechos fundamentales de las personas, pueden transgredirse bajo el amparo de concepciones y posturas extremas. El año 1973 marca un precedente en nuestro país, cuando bajo la Dictadura de Augusto Pinochet se perpetró una sistemática violación a los Derechos Humanos, dejando una profunda herida en nuestra sociedad, la cual todavía busca sanar a través de la obtención de justicia.

En el Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura se señalan numerosos testimonios de hombres y menores de edad, pero principalmente mujeres, que en su condición de prisioneras políticas sufrieron graves agresiones sexuales, dejando de manifiesto como los Derechos Sexuales fueron vulnerados en contextos como éste.

Algunos de los tipos de agresión sexual registrados en los testimonios recibidos por aquella Comisión fueron: agresión verbal con contenido sexual; amenazas de violación propia o de familiares; coacción para desnudarse con fines de excitación sexual del agente; simulacros de violación; obligación de oír o presenciar la tortura sexual de otros detenidos o de familiares; haber sido fotografiados en posiciones obscenas, todo ello en un contexto de extrema vulnerabilidad. Otro número importante de personas denunció vejámenes, abuso sexual, manipulación de genitales de manera no consentida y reiteradas violaciones.

La Comisión también dio a conocer cifras estremecedoras. De los 3.399 testimonios de mujeres recibidos -correspondiente al 12.5% de los/las declarantes-, casi todas mencionaron haber sido objeto de violencia sexual, sin distinción de edades, y 316 dijeron haber sido violadas. Sin embargo, en el informe se señala que la cantidad de mujeres violadas podría ser superior, debido a que existen numerosos relatos de detenidos y detenidas que señalan haber presenciado violaciones ocurridas en los diversos centros de detención a lo largo del país.

Además, 229 mujeres que declararon ante aquella Comisión, dieron cuenta que fueron detenidas estando embarazadas, de las cuales 11 relatan haber sido violadas en ese estado. Debido a las torturas y abusos cometidos, 20 sufrieron la interrupción de sus embarazos de manera forzada y 15 tuvieron a sus hijos e hijas en presidio en condiciones de violencia y menoscabo.

El ícono de la violencia sexual durante la dictadura, es el centro de detención y de tortura conocido como “La Discotéque o Venda Sexy”. Luego de 50 años, el 01 de septiembre del 2023 se publicó en el Diario Oficial la resolución exenta que sella la expropiación de este recinto siendo el Estado quien adquiere el derecho de propiedad de este bien.

Esta noticia es significativa, ya que marca un hito de reconocimiento en el camino hacia la justicia al convertir a la Venda Sexy en un sitio de memoria. La violencia sexual en contexto de crisis política es una realidad, y tenemos que ser conscientes que la libertad, la seguridad y el derecho de decidir sobre el propio cuerpo, en situaciones límites, son los primeros que se pierden.

Para nuestro presente y futuro, es relevante destacar que los Derechos Sexuales y Reproductivos desempeñan un papel fundamental en la vida de las personas al garantizar su autonomía, dignidad y bienestar. Estos derechos permiten tomar decisiones informadas y libres sobre su sexualidad y reproducción. Queremos una sociedad más inclusiva y justa en la que todas las personas tengan la oportunidad de vivir una vida plena y saludable y que independiente de los liderazgos políticos, se resguarden los Derechos Humanos como un piso mínimo que no podemos transar.

Débora Solís
Directora Ejecutiva de la Asociación Chilena de Protección de la Familia (APROFA).