Avisos Legales
Opinión

Palestina y pueblo mapuche: Conflictos y condenas mal realizadas

Por: Álvaro Zavaleta Sahr | Publicado: 10.10.2023
Palestina y pueblo mapuche: Conflictos y condenas mal realizadas Bandera de Palestina | Agencia Uno
En el conflicto Israel/Palestina podemos verlo en la generalizada condena a los actos violentos de Hamás, pero la baja condena a los actos israelíes que existe dentro del espectro político nacional, siendo mucho más críticos con el terrorismo de Hamás, ya que el otro actor en general ocupa la violencia en su actuar policial rutinario, algo menos terrible al parecer. En cierta forma se olvida y esconde que la violencia de Hamás (por muy errada que pueda ser en su actuar), proviene desde la violencia inicial del Estado Israelí, quienes partieron con este despojo del territorio a su pueblo, al igual que lo hizo el Estado de Chile con el pueblo Mapuche.

Recientemente circularon videos de un ataque de la organización palestina Hamás a Israel, situación de mucha violencia en la que se vieron envueltos civiles y niños. Esto provocó una ola de indignación sin precedentes en el mundo político nacional, quienes condenaron los hechos con fuerza y exigieron acción inmediata.

Esta indignación se entiende, los hechos son terribles y no deben quedar en la impunidad, sin embargo, existen diversas contradicciones y problemáticas asociadas a este boom de indignación. Específicamente son dos las principales:

La primera es la poca comprensión que existe del conflicto, observándose en que muchas personas, y organizaciones, afirman que debe ir la ONU a la acción. Esto es un problema, ya que como bien se sabe en diversos circuitos relacionados a la geopolítica, esta es una medida que puede llegar a ser perjudicial para el conflicto, especialmente cuando se realiza en base a una urgencia Israelí.

Me explico, la ONU como organismo siempre ha buscado no intervenir en el conflicto, justamente por su cercanía al Estado de Israel, el cual tiene a Estados Unidos como aliado principal. Por lo mismo, durante años se ha optado por no intervenir en Israel, a pesar de las múltiples violaciones de derechos humanos que cometen en territorio palestino. Este favoritismo también se observa en los miembros de la ONU, quienes de los 193 Estados miembros, solo 139 reconocen a Palestina como país, mientras que a Israel lo reconocen 164 países, recibiendo una mayor legitimidad en la esfera internacional.

Por todo esto, si en este momento, considerando el contexto político actual, se ejerce la decisión de intervenir en el conflicto, esta tendría una motivación de defender a Israel, algo contradictorio a la dinámica del conflicto, donde claramente Palestina es el país en desventaja y es a ellos a quienes se debe ayudar. Son ellos los que han perdido una gran parte de su territorio, siendo desplazados y después apartados, para así durante años vulnerar sus derechos.

Podemos verlo en los números, desde 2008 hasta agosto de 2023 hubo 6399 muertes palestinas, comparadas con las 308 muertes israelís. Por lo mismo, esta acción armada es justamente una consecuencia de Israel como un Estado colonizador, por lo que seguirlo protegiendo a ellos como principal actor no es la solución, sino la causa.

Segundo punto, comparado con todo el revuelo que generó esta noticia, resalta la poca atención que generan las violaciones a derechos humanos que suceden rutinariamente en Palestina. Podemos ver cómo para varios integrantes de la élite política nacional resulta más fácil condenar la violencia armada subversiva que condenar la violencia armada reafirmadora de un status quo.

Para comprender mejor este aspecto puede ser útil el observar, como un interesante punto de encuentro, el conflicto de la macrozona sur, específicamente cuando se critica la violencia de los dos actores principales, el pueblo mapuche y al Estado de Chile. En estas críticas sucede algo parecido, ya que, si bien se condena la acción policial brutal, muchas veces se naturaliza la violencia armada constante del Estado de Chile y se condena de sobremanera los actos violentos de grupos minoritarios, encasillando al pueblo mapuche como violento y al Estado como el actor que intenta “contener” esta violencia.

En el conflicto Israel/Palestina podemos verlo en la generalizada condena a los actos violentos de Hamás, pero la baja condena a los actos israelíes que existe dentro del espectro político nacional, siendo mucho más críticos con el terrorismo de Hamás, ya que el otro actor en general ocupa la violencia en su actuar policial rutinario, algo menos terrible al parecer. En cierta forma se olvida y esconde que la violencia de Hamás (por muy errada que pueda ser en su actuar), proviene desde la violencia inicial del Estado Israelí, quienes partieron con este despojo del territorio a su pueblo, al igual que lo hizo el Estado de Chile con el pueblo Mapuche.

Se entiende la indignación, pero cuando se busca influir en la opinión pública, cuando se busca condenar realmente ciertos hechos terribles, siempre, pero siempre se debe dar cuenta del contexto, este nos va a dar luces de las posibles explicaciones que existen, pero sobre todo nos va a permitir no generar o promover dinámicas que permitan una mayor opresión.

Porque tanto en el caso de la macrozona Sur como en el de Palestina e Israel es así, si el discurso a favor de militarizar más el conflicto se mantiene, y considerando que existe un actor con mayor poder (Israel/Estado chileno), las personas que terminan sufriendo más son aquellas más vulnerables, por lo que no es una acción neutral y menos pacífica. Se inclina la balanza a favor del colonizador y no del colonizado, acción errónea si lo que se quiere es solucionar el conflicto.

Álvaro Zavaleta Sahr
Cientista político.