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Opinión

El Derecho de Vivir en Paz: Octubre 2019

Por: Maximiliano Salinas | Publicado: 18.10.2023
El Derecho de Vivir en Paz: Octubre 2019 Imagen referencial | Agencia Uno
En 2019 las calles de Santiago y del país se cubren de múltiples antipoemas. Expresan en breves y enérgicas palabras las verdades recónditas de un pueblo clamando y reclamando la vida, la paz. El derecho de vivir en paz. Habría dicho Nicanor Parra: “Yo no soy derechista ni izquierdista / Yo simplemente rompo los moldes” (Telegramas). “[No] soy blanco ni rojo / sino tirado para el ultravioleta / que es el color de Nuestro Señor Jesucristo” (Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui).

La revuelta de octubre de 2019 constituye un acontecimiento histórico imposible de ignorar o eludir. Fueron multitudes protestando por un modelo de sociedad injusto y opresivo de características mundiales. Se trató del rechazo a una institucionalidad y una monumentalidad desacorde con los desafíos de la humanidad futura (Gastón Soublette, Manifiesto. Peligros y oportunidades de la megacrisis, 2020). La elite ha intentado como siempre destacar por supuesto sus rasgos delictivos, anómicos. Así evaden y esquivan las motivaciones profundas que determinan nuestro presente y nuestro futuro.

La revuelta chilena tuvo alcances mundiales. Suspendió la realización de la COP 25, cumbre mundial del clima, y el foro Asia-Pacífico, APEC. Donald Trump, Vladimir Putin, y Xi Jinping, los políticos de las superpotencias de la tierra, no pudieron llegar al país. El año anterior había fallecido el antipoeta Nicanor Parra a los 103 años. El pueblo despidió masivamente sus restos en la catedral de Santiago. Junto a la Plaza de Armas una fila ininterrumpida de creyentes y no creyentes, comunes y corrientes. El año 2018 ocurrió otro hecho de caracteres mundiales: los 33 obispos de la conferencia episcopal de Chile ofrecieron su renuncia en bloque al papa Francisco tras pedir perdón a las víctimas por el escándalo de los abusos a menores cometidos por el clero. Dijo entonces la autoridad mundial en un mensaje dedicado a la Iglesia chilena: “La cultura del abuso y del encubrimiento es incompatible con la lógica del Evangelio.” (Deutsche Welle, 31.5.2018).

En 2019 las calles de Santiago y del país se cubren de múltiples antipoemas. Expresan en breves y enérgicas palabras las verdades recónditas de un pueblo clamando y reclamando la vida, la paz. El derecho de vivir en paz. Habría dicho Nicanor Parra: “Yo no soy derechista ni izquierdista / Yo simplemente rompo los moldes” (Telegramas). “[No] soy blanco ni rojo / sino tirado para el ultravioleta / que es el color de Nuestro Señor Jesucristo” (Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui).

¿Qué significó este terremoto social y cultural? Un mensaje inequívoco: no más guerra contra el pueblo. La desgraciada y desproporcionada represión policial fue de hecho más de lo mismo. La protesta concitó una comunión de generaciones en defensa de la paz y de la vida. Entre tantas expresiones revoltosas, una alcanzó una dimensión monumental. La remoción de la estatua de Manuel Baquedano, el general de la guerra del Pacífico que presidió la Plaza Italia desde la dictadura de Ibáñez en 1928. En 2022 se anunció que el monumento no retornaría a la plaza. “Que Dios nos libre de los comerciantes / sólo buscan el lucro personal / […] / líbrenos de los Padres de la Patria / no queremos estatuas personales / […] / Dios nos libre de todos estos demonios / si todavía sigue siendo Dios.” (N. Parra, Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui).

¿Qué decían las voces de la calle?

“El error fue pensar que lo que había era PAZ, cuando en verdad era un terrible SILENCIO.”

“El derecho de vivir en paz.” “La paz es fruto de la justicia.” “Sin justicia no hay paz.”

“Nadie educa para la paz.” “La gente educa para la competencia y este es el principio de cualquier Guerra.” “En Chile el ingreso del 5% más rico supera 252 veces los ingresos de los pobres.”

“CHILE sigue siendo propiedad de siete familias.” “No es guerra es dignidad.”

“Hasta que la dignidad se haga costumbre.” “Si no hay pan para el pobre no habrá paz para el rico.” “Hay dos panes / usted se come dos yo ninguno. / Consumo promedio, / un pan por persona. Nicanor Parra.” “La revolución en Chile no es de izquierda o derecha, es de la conciencia.” “Esta revolución me devolvió las ganas de vivir, y no es chiste.” “El fascismo no sabe lo que es el amor”. “Apoyo mutuo. La calle es nuestra”. “Volvamos a sonreír”. “Mi única patria: la amistad, los amores, los afectos”. “Y querían APEC y COP 25. ¡JA-JA-JA!!” “Eliminaron ‘Historia’ y se volvió presente.” (Raúl Molina, Hablan los muros. Grafitis de la rebelión social de octubre de 2019, LOM, 2020).

En 2019 el gobierno anunció la supresión de la enseñanza obligatoria de la historia en los dos últimos años de la enseñanza media. Un golpe bajo a la memoria de Chile. El miedo a la conciencia del tiempo, al paso del tiempo. La memorable protesta se expresó con poesías populares en décimas. El reclamo de la rotunda humanidad ante la indolencia de los ricos. “Busco solidaridad / regáleme una sonrisa / deje de lado la prisa / que ahí no está la bondad / no encuentro su humanidad / menos su sabiduría / ¿acaso es mitología / la idea de conversar? / le invito a reflexionar / ¿dónde estará la empatía? (Hilda Carrera, “Magnate”, en Tomás Anguita, La lira popular de la revuelta de octubre, LOM, 2021). Las canciones populares que acompañaron la revuelta “fueron los antiguos hits contestatarios de los años 60 y 80: desde el ‘Derecho de vivir en paz’ de Víctor Jara y los Blops hasta ‘El baile de los que sobran’ de Los Prisioneros.” (Sol Alé y otros, Saltar el torniquete, Santiago, FCE, 2021).

Más que un acabo de mundo la revuelta hizo parte de la sorprendente e irreprimible gestación de otro: “Otro punto que desearía aclarar: / es un error bastante difundido / pensar que la Creación duró siete días / -es para condenarse de la risa- / la Creación aún no termina: / la Creación está por empezar!” (N. Parra, En vista y considerando).

Maximiliano Salinas
Escritor e historiador. Académico de la Facultad de Humanidades de la USACH.