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Relatos preventivos en la fantasía y en la realidad tecnológica

Por: Lucio Cañete | Publicado: 21.10.2023
Relatos preventivos en la fantasía y en la realidad tecnológica Imagen referencial – Relatos preventivos | Cedida
Sin embargo, este fenómeno parece tener un paralelo en la realidad de algunos países como Chile cuya tecnología no es el eje de su desarrollo y cualquier iniciativa vanguardista y perturbadora en la aplicación de conocimientos científicos genera de entrada alguna aversión por temor a que se convierta en un Failed Experiment, como a nivel internacional suele llamarse a dicho relativo fracaso.

Tal como la literatura en los cuentos fantásticos suele advertir de las perjudiciales consecuencias de los descuidos a través de moralejas; la cibernética como ciencia del control ha hecho lo propio estableciendo un conjunto de principios. Ahora, integrando ambos quehaceres que tradicionalmente se han desarrollado por carriles paralelos pero no recíprocamente colaborativos, se puede lograr cierta sinergia para reducir los riesgos que tiene toda aventura tecnológica, en especial cuando ella es disruptiva.

Uno de los tópicos clásicos en ciencia ficción es aquel en que un emprendedor aplica por primera vez una tecnología que forma parte de un exclusivo patrimonio intelectual a un proyecto cuyo curso, muy a pesar de él y de sus colaboradores, sigue una trayectoria inesperada con trágicos resultados. Frankenstein, La Mosca, y El Experimento Filadelfia constituyen algunos guiones donde el debut de cierta tecnología inexistente en la época en que el relato fue escrito, genera efectos que escapan de control.

Incluso los experimentos fallidos son a veces usados como argumento para explicar el origen de clásicos fantásticos tales como La Mancha Voraz donde la criatura es un arma biológica que adquiere autonomía, y los zombis son la consecuencia de un descuido en un laboratorio que ensaya nuevas variantes de virus. Así la tecnología avanzada y disruptiva sirve para concebir historias desgraciadas en el cómic, literatura, cine y otras manifestaciones fantásticas.

Sin embargo, este fenómeno parece tener un paralelo en la realidad de algunos países como Chile cuya tecnología no es el eje de su desarrollo y cualquier iniciativa vanguardista y perturbadora en la aplicación de conocimientos científicos genera de entrada alguna aversión por temor a que se convierta en un Failed Experiment, como a nivel internacional suele llamarse a dicho relativo fracaso.

A esta posible neofobia pertenece por ejemplo el inmediato rechazo a la idea ochentera para reducir la contaminación atmosférica de Santiago por medio de enormes ductos dispuestos en el sentido de la pendiente en las laderas de la cuenca metropolitana, que al calentarse por radiación solar generan una convección que succiona el esmog hacia alturas superiores despejando las partes bajas de la ciudad. Otro posible ejemplo es la escasa acogida que tuvo el proyecto presentado el 2008 por la USACH al Senado de la República donde se concibe una villa autárquica en medio de Campos de Hielo Sur con 4500 habitantes. También cabría como respuesta neofóbica los reparos instantáneos a la iniciativa de una empresa francesa el 2011 de llevar agua fresca desde el sur de Chile hacia el desierto por medio de un gigantesco acueducto sumergido en el mar a lo largo de dos mil kilómetros.

Una explicación para esta posible neofobia puede encontrarse en el desconocimiento de los aportes conceptuales de la cibernética entendida como la ciencia del control en su más amplio sentido, la cual ha establecido, entre otros, el Principio de Variedad Relevante, que en términos simples afirma que la variedad se absorbe con variedad. En efecto, la diversificación económica y la generación de nuevo valor agregado a las industrias nacionales crea sistemas más complejos, entendidos como aquellos que son explicados por muchas variables y por lo tanto la conducción exitosa de un proyecto debe atender a todas y cada una de las variables que son vitales. Cuando una de esas variables no es controlada en un emprendimiento pionero, el Principio de Variedad Relevante señala que ella quedará a la deriva y alcanzará su estado más probable, el cual es justamente aquel que no es deseado por los responsables del proyecto.

Siendo este principio tan sólido como simple, emerge la cuestión de los motivos por los cuales fracasan algunas aventuras tecnológicas. Una de las posibles respuestas a esta cuestión la ofrecen los propios cibernetistas indicando la ausencia de reductores y/o amplificadores de variedad. Así ellos establecen que dada la inherente complejidad de la realidad, para enfrentarla se requiere de filtros que excluyan las variables irrelevantes en el modelamiento de ella y de captores de las variables que sí son relevantes.

La ausencia o precariedad de estos últimos; es decir, de los amplificadores de variedad, es coincidentemente relatada por la ficción en los experimentos fallidos cuando el responsable de una iniciativa disruptiva no considera en la formulación de tal proyecto a una variable vital y por ello su emprendimiento vanguardista se escapa de las manos con trágicas consecuencias. De esta sutil pero efectiva manera el guion de fantasía actúa como un relato preventivo que advierte los riesgos de los gestos novedosos y complejos en la realidad industrial, la cual inexorablemente está compuesta por un abanico de variables naturales propias de la geografía física y por otras variables humanas mucho más crípticas como las sociales y económicas.

Lucio Cañete
Académico del Departamento de Tecnologías Industriales de la Facultad Tecnológica de la Universidad de Santiago de Chile.