Cuando se trata de salud, todas las voluntades son necesarias

Aunque los desafíos pendientes aún son muchos, y urge por ello avanzar en un Pacto Fiscal, la salud está siendo tomada en cuenta.

La semana pasada se discutió y votó en la Cámara de Diputadas y Diputados el presupuesto que se destinará en 2024 para todas las instituciones públicas del país, uno de los momentos más importantes del año legislativo. Probablemente los últimos hechos noticiosos que han impactado, con justa razón, a la opinión pública, han contribuido a que el seguimiento de este debate por parte de la ciudadanía, haya sido especialmente bajo.

El caso de corrupción de Hermosilla, Villalobos y Sauer, implicando a funcionarios del SII y de la CMF, la condena del funcionario del Ejército que vendía granadas y fusiles a peligrosas bandas de narcotraficantesa nivel nacional, así como la masacre en Gaza de población civil, el bombardeo de hospitales y la inacción de la comunidad internacional, son hechos que retratan estos días turbulentos, y por cierto desafiantes.

Sin embargo, es importante que la ciudadanía sepa también de los avances que vamos logrando en el ámbito legislativo, sin bajar los brazos en días exigentes. Que sepa, por ejemplo, que el Ejecutivo y el Congreso, en particular en la Cámara, trabajaron durante extensas horas, logrando importantes acuerdos que vienen a fortalecer la presencia de las instituciones del Estado y sus servicios.

Respecto a la partida de salud, es innegable que las necesidades en este ámbito, son de tal magnitud, que los resultados del importante esfuerzo expansivo de la cartera en este presupuesto, aún nos deja desafíos pendientes y urgentes.

Avanzamos, mediante la negociación de algunas de nuestras indicaciones y el compromiso por parte de Ejecutivo para resolver temas en el Senado con nuevas indicaciones, además de la aprobación de otras, en un aumento de inversión sectorial, acordando la construcción de 10 nuevos CESFAM y 7 nuevos SAR, recintos de atención primaria de salud que no estaban contemplados.

En ese ámbito, se logró incrementar en un 7% los recursos que se destinarán a la atención primaria de salud, comprometiéndose el Ejecutivo a llegar a los 11.250 pesos per cápita, lo que implica un aumento del 25%, con el compromiso que el monto vaya al alza, incorporando el reajuste de remuneraciones del sector público, superando significativamente los 411 pesos que se ofrecieron a principio de este año, ya muy por encima de los 100 pesos con que se partió esta discusión el año pasado.

También se logró asegurar la garantía de continuidad de funcionarios y funcionarias que trabajaron durante la pandemia -cerca de 12 mil trabajadores y trabajadoras– y también solucionar el desmedro económico que mantienen funcionarias y funcionarios del Hospital Padre Hurtado, producto del traspaso del Hospital al Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente.

Por último, se logró dar mayor cobertura para los anticonceptivos de larga duración, cuya entrega se realiza en los centros de salud primaria; se estableció el deber de informar por parte del Minsal respecto a la implementación de la Ley de Fibromialgia y dolor crónico no oncológico y en particular el uso de fitoterapias, de los programas de acompañamiento psicológico que tendrán las personas beneficiadas con el programa «Guatita de delantal»; se aprobó el registro de pacientes con efectos adversos a las vacunas Covid-19 y el plan de acompañamiento que se les esté otorgando, incluidas las prestaciones médicas que sean necesarias. También se vio un incremento significativo, de más de 5.600 millones de pesos, para la salud mental.

Son importantes avances, destinados a este tan sensible sector, cuyo presupuesto se ve incrementado en un 8,1%, un aumento que equivale a más de un 30% del presupuesto total de la nación.

Este es un buen piso para seguir avanzando, a pesar de los desafíos constantes que presenta el sector. En ese sentido, estaremos atentas a ver cómo continúa la discusión en el Senado, entendemos que aún pueden existir dudas acerca de materias tan sensibles como el Capítulo de Fonasa, que incluye los recursos para Atención Primaria e Inversión Sectorial, además del financiamiento mediante transferencias corrientes a los Servicios de Salud. No obstante, esperamos que todo el proceso de tramitación llegue a buen puerto, entendiendo siempre que la salud de Chile debe ser absolutamente prioritaria, cueste lo que cueste.