FOMO o el terror de los jóvenes a perderse lo que pasa afuera

Un estudio realizado en 2022 por la Sociedad Chilena de Pediatría reveló que los niños pasan entre 5,3 y 6,1 horas al día frente a dispositivos electrónicos, lo que representa más de un tercio de su tiempo despierto. Esto subraya un problema crítico relacionado con el uso de pantallas en el país.

La adicción a las pantallas es un fenómeno complejo y generalizado, especialmente entre los grupos de jóvenes, quienes lo emplean como una especie de etiqueta para describir un sentimiento común en la era de las redes sociales y las pantallas: el FOMO.

Este acrónimo, que afecta a personas de todas las edades, proviene del inglés «Fear Of Missing Out» (miedo a perderse algo) y se refiere al temor que experimentamos cuando sentimos que podríamos estar perdiéndonos algo interesante o importante, ya sea un evento social, una invitación a una fiesta o incluso un acontecimiento virtual en las redes sociales. Este fenómeno ilustra cómo las plataformas digitales han transformado nuestra percepción de la realidad y nuestras relaciones sociales.

El FOMO es una manifestación del impacto de las redes sociales en nuestra vida cotidiana. En un mundo hiperconectado, donde la información fluye constantemente a través de las pantallas, es fácil sentir que estamos perdiéndonos algo cada vez que desviamos nuestra atención de nuestros dispositivos.

El constante despliegue de momentos aparentemente perfectos, fotos de eventos sociales, logros personales y viajes exóticos en las redes sociales puede llevar a que otros se sientan excluidos o inadecuados. Las vidas editadas y filtradas que vemos en las pantallas pueden generar una sensación de insatisfacción y ansiedad. Este efecto se ha vuelto tan común que, en lugar de disfrutar plenamente de un momento, algunos están más preocupados por documentarlo para compartirlo en sus perfiles, temiendo que, si no lo hacen, se perderán la aprobación social y la validación que conlleva.

La sensación de perderse algo ha existido siempre, pero las redes sociales la han amplificado. Por lo tanto, para combatir el FOMO, es fundamental encontrar un equilibrio entre el mundo digital y el mundo real. Aquí presentamos algunas estrategias recomendadas:

• Establecer límites en el uso de las pantallas: Programa momentos de desconexión de tus dispositivos para disfrutar de experiencias en la vida real sin distracciones.
• Practicar la atención plena: Aprende a vivir en el presente y disfrutar de lo que estás haciendo en lugar de preocuparte por lo que podrías estar perdiéndote.
• Aprender a decir no: No te sientas obligado a asistir a cada evento o responder a cada invitación virtual. Prioriza tu bienestar y tu tiempo.

Es importante recordar que las redes sociales muestran una versión idealizada de la realidad; lo que vemos no refleja más que una parte de la vida de las personas. Nadie es perfecto, y todos experimentan altibajos.