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Opinión

La oportunidad perdida

Por: Marcelo Espinoza | Publicado: 13.12.2023
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Esa es la propuesta que nos están proponiendo. No es una Constitución neutra que nos represente a todos, no lo es. No se quiso tomar ese camino. Desgraciadamente era la oportunidad de haberlo hecho, pero esa oportunidad la perdimos. No hubo un acuerdo transversal como sí hubo en la comisión experta, con el resultado de una Constitución que sí nos representaba a todos los chilenos. No hubo acuerdo transversal, no se quiso que hubiera acuerdo transversal.

En los próximos días los chilenos estamos llamados a votar en un segundo plebiscito de un segundo proceso constitucional, que es el resultado del fracaso de la convención anterior, que fue rechazada por una abrumadora mayoría. ¿Y por qué? Por representar a un sector de la sociedad y no a todos los chilenos. Esa es la razón del fracaso y es la razón por la cual se inicia este segundo proceso constitucional.

El proceso se inició en el Parlamento por acuerdo de todas las fuerzas políticas y se establecieron algunos elementos que iban a componer este proceso. Uno: Las bases constitucionales, que son los principios, son los elementos centrales que guían el contenido de la Constitución. Segundo, una comisión experta compuesta por expertos, por personas que saben, para que tengamos los chilenos la confianza de que nos van a proponer un texto a la altura de una Constitución y a la altura de lo que necesita el país.

Tercero, un Consejo Constitucional elegido por el pueblo, democráticamente, compuesto por 50 consejeros: esa fue la elección de mayo. Y Cuarto, una comisión de admisibilidad que iba a velar porque todos los artículos de este proyecto constitucional estuvieran dentro de las bases constitucionales, dentro de los principios establecidos.

Bien, esta comisión experta estaba compuesta por 24 personas, 12 de derecha y centro derecha, 12 de centro izquierda e izquierda, es decir, todo el espectro político. Todas las expresiones políticas de nuestra sociedad, de nuestro país, estaban representadas allí igualitariamente. ¿Qué significaba eso? Que nadie podía imponer su visión al otro sector. Esa es la gracia. Entonces, necesariamente hubo que consensuar los contenidos, hubo “acuerdos transversales” que se llaman y el resultado fue un borrador, un anteproyecto de Constitución que podemos calificar de neutro.

¿Neutro? ¿Qué quiere decir? Que no tiene color político. No tiene color político: nos interpreta a todos. Mi visión está contenida allí, tu visión está contenida allí, la otra visión también está contenida y nos sirve a todos porque tiene características de carácter general. No entra en detalles. Cuando entramos en detalles, entonces esos detalles me interpretan a mí, pero a ti no te interpretan y a ti tampoco te interpretan. Eso fue lo que pasó la vez anterior. Eso quedó fuera del proyecto de la Comisión experta. Esa es el gran aporte de la Comisión experta en este proceso constitucional.

De haber sido esa propuesta de borrador aprobada en el Consejo Constitucional, agregándole, mejorándola, optimizándola, por supuesto que sí, ¿cuál habría sido el resultado? En este minuto estaríamos en otro plano: el plebiscito de los próximos 15 días habría sido con una autorización a favor de este proyecto constitucional del 80% o más del 80%, terminando los conflictos constitucionales que arrastramos en Chile de hace 40 años e iniciando un nuevo ciclo político.

Esa oportunidad la hemos perdido.

¿Qué ocurrió? Ocurrió en el Consejo Constitucional algo diferente. Se deformó este borrador de la Comisión de expertos y eso, por una mayoría que fue el resultado de la elección de consejeros. No hay ningún precepto en esta Constitución que no haya tenido la venia del Partido Republicano, que representa a la extrema derecha de nuestro país.

Eso es lo que nos están presentando en este momento para este plebiscito. ¿Cómo se logró esta mayoría que permitió que el Partido Republicano tuviera estos resultados electorales? No, no presentaron sus propuestas constitucionales, no nos dijeron “presentamos este proyecto, este artículo que va a permitir tal y tal cosa”, no fue esa la campaña que se hizo en la elección de los consejeros. No, nos hablaron de la delincuencia, nos hablaron de la migración.

Estamos todos los chilenos preocupados de la delincuencia y de la migración. Eso es unánime, es una preocupación de todas las personas, de todos los vecinos, de los mayores, de los jóvenes, de las mujeres, de los hombres, de todos los vecinos a lo largo de Chile. Eso fue lo que nos dijeron. Pero ocurre que la delincuencia no se combate a nivel de la Constitución. No porque la Constitución diga tal cosa aquí, se termina el problema de la delincuencia. Eso no es así. La delincuencia se combate de otra forma. Se combate con recursos, con gestión policial, con inteligencia policial, con coordinación entre las instituciones policiales, con control de las armas que anda circulando en todo el país y que se pierde de distintas maneras. Se han perdido en Gendarmería, se han perdido en Carabineros, se han perdido en el Ejército, son traídas desde el exterior.

Esos no son preceptos constitucionales. Pero así se logró esa mayoría y se logró entonces una Constitución que representa a un sector social.

El Partido Republicano presentó más de 400 indicaciones al borrador de la Comisión experta, ¡más de 400!. La desfiguró, la transformó completamente, confeccionó un traje a la medida de un sector político que representa un sector social.

Esa es la propuesta que nos están proponiendo. No es una Constitución neutra que nos represente a todos, no lo es. No se quiso tomar ese camino. Desgraciadamente era la oportunidad de haberlo hecho, pero esa oportunidad la perdimos. No hubo un acuerdo transversal como sí hubo en la comisión experta, con el resultado de una Constitución que sí nos representaba a todos los chilenos. No hubo acuerdo transversal, no se quiso que hubiera acuerdo transversal.

En el fondo se dijo “esta es la mía, esta es mi oportunidad”. Entonces “yo hago mi constitución”. El mismo problema anterior. Se repite ahora, pero en el otro lado del espectro político. Entonces no hemos terminado los conflictos constitucionales. Con esta Constitución, no los terminamos.

Se nos había dicho que necesitábamos una Constitución del amor. La constitución del amor se fue al tacho de la basura. Nos habían dicho una Constitución, “una que nos una”, esa Constitución se fue al tacho de la basura. Nos habían dicho “la casa de todos”, esa Constitución se fue al tacho de la basura.

Con todos estos elementos que estamos viendo en este resumen, no es que yo diga que estas son las características sectarias de esta constitución; lo dicen los mismos que la hicieron. Voy a leer textual al consejero Luis Silva del Partido Republicano, que luego de terminado el proceso dice lo siguiente: “Esta es una Constitución que está más cómoda desde la centroderecha hacia la derecha”.

Más claro que el agua. No solo eso, el ministro de la dictadura, José Piñera, muy conocido por todos los chilenos, va mucho más allá y dice lo siguiente, voy a leer textual: “La futura Carta Fundamental será una versión modernizada de la Constitución de 1980, pues el texto aprobado mantiene intactos todos sus principios fundamentales”. Repito: “El texto aprobado mantiene intacto todos sus principios fundamentales”. Está hablando de la Constitución del 80. Dicho entonces por los sectores de la derecha que, esta es “su Constitución”.

Así se perdió la oportunidad de contar con una Constitución que nos interprete a todos los chilenos. ¿Pensaron en el país? Yo creo que no. ¿Pensaron en usted, señora?. ¿Pensaron en usted, señor?. ¿Pensaron en todos nosotros? ¿Qué hacemos entonces los chilenos ahora?

Señora, señor, vote como usted quiera, vote como a usted le parezca lo correcto. Pero vote informado.

Marcelo Espinoza
Magister en Ciencia Política.