Avisos Legales
Opinión

Nos jodimos

Por: Marcelo Trivelli | Publicado: 24.12.2023
Nos jodimos Imagen referencial del Plebiscito Constitucional | Agencia Uno
Resulta de sumo interés ciudadano y sobre todo pedagógico, leer de manera pausada y reflexiva la entrevista que realizó CIPER a María Inés Horvitz quien renunció al Consejo de Defensa del Estado después de 33 años, los últimos 17 como consejera. Su honestidad y claridad para exponer los problemas institucionales de nuestro país son admirables, acompañado además de su consecuencia para dejar un cargo vitalicio restando aún 12 años para llegar a la edad de retiro al no compartir lo que estaba sucediendo en CDE.

Soy de quienes sostienen que los problemas de la democracia se resuelven con más democracia. Pero que sea una buena democracia porque, de lo contrario, estamos jodidos.

El individualismo, soberbia, competencia, ambición, egoísmo, desidia y sobre ideologización de los extremos, hoy son una característica de quienes llegan a ocupar posiciones de poder. La consecuencia inmediata es la falta de empatía, la distancia y desconexión entre la ciudadanía y sus representados. Estamos frente a una democracia débil que requiere ser fortalecida.

Para validar esta afirmación basta ver nuestra historia reciente en materia constitucional. El 78% de la población se manifestó en las urnas en 2020 a favor de un cambio constitucional, sin embargo, las dos propuesta sometidas a plebiscito en septiembre de 2022 y diciembre de 2023 fueron rechazadas de manera categórica porque eran una expresión ideológica de quienes controlaron el proceso en cada oportunidad, lejos del sentir de la ciudadanía.

Nos jodimos y nos quedamos con la Constitución de Pinochet y sus reformas de 1989 (Concertación de Partidos por la Democracia) y 2005 (Presidente Ricardo Lagos). Perdimos la oportunidad de modernizar nuestra Constitución a la realidad de nuestros días.

El hastío de la ciudadanía no es con la política, es un hastío con los políticos que una y otra vez llegan a posiciones de poder y creen que están en su derecho a hacer lo que les plazca. Actúan como dice el refrán: “la pelota es mía y me la llevo pa’ la casa”. Lo hacen impunemente porque aún tenemos una institucionalidad débil, sin todos los contrapesos necesarios para el buen funcionamiento democrático y sin un pacto social ético que vaya más allá de las leyes.

Resulta de sumo interés ciudadano y sobre todo pedagógico, leer de manera pausada y reflexiva la entrevista que realizó CIPER a María Inés Horvitz (ver aquí) quien renunció al Consejo de Defensa del Estado después de 33 años, los últimos 17 como consejera. Su honestidad y claridad para exponer los problemas institucionales de nuestro país son admirables, acompañado además de su consecuencia para dejar un cargo vitalicio restando aún 12 años para llegar a la edad de retiro al no compartir lo que estaba sucediendo en CDE.

Cada día se hace más evidente que la élite de nuestro país se mueve por sus propios intereses derivados de la ambición, el egoísmo y haciendo abandono de la búsqueda del bien común. En palabras de Horvitz: “«Es cada vez más visible la cooptación del Estado por poderes fácticos vinculados por cuna, política y dinero». En el desarrollo de la entrevista entrega suficientes ejemplos para avalar su afirmación.

Si despejamos la paja del trigo y miramos hacia atrás, a octubre de 2019, queda en la retina la demanda social con expresiones violentas y también las manifestaciones pacíficas y multitudinarias. Cuatro años pasaron para volver al punto de partida, ahora con cansancio, frustración y hastío. En resumen, nos jodimos.

Marcelo Trivelli
Presidente de la Fundación Semilla.