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Así (de mal)

Por: Verónica Rabb | Publicado: 26.12.2023
Así (de mal) Arturo Barrios | Agencia Uno
La neolengua política está a medio camino entre el oráculo esotérico y el argot penoso de origen cósmico. Así lo veo. Hay políticos que hablan como futbolistas. Algunos dicen lo mismo utilizando el mismo tono, otros recogen muchos términos pertenecientes a los distintos campos del saber y la semántica, y otros elaboran eslóganes muy creativos.

Cuando ayer varios se mofaban de cómo Arturo Barrios, vicepresidente del Partido Socialista (PS) en el seminario “¿Y ahora qué? Perspectiva para la Democracia” (en donde participaron, entre otros, la expresidenta Michelle Bachelet y el presidente del PC, Lautaro Carmona), puesto que en dicha instancia afirmó que él «tiene pactos con el narco» para poder trabajar en las poblaciones, quizás estaban menospreciando a Barrios como uno de los mayores expertos en el delicado arte del lenguaje político. No es el único, eso sí.

De la misma forma como los hubo en el pasado, hay hoy en día grandes oradoras y oradores en nuestro medio local, siendo una de ellas precisamente la ex presidenta, pero esta columna la dedico a quienes hacen lo contrario.

El Lope de Vega de esta retórica chambona quizás sea el diputado Diego Shalper (RN), que en 2021 hablando en televisión sobre el proceso constituyente, dijo que podría ser un “candado chino” en vez de “zapato chino”. confundiendo el complejo proceso con una práctica sexual de autopederastia​ o autocoitus… ups.

Otro ejemplo es Ximena Ossandón siendo vicepresidenta de la Junta Nacional de Jardines Infantiles, JUNJI, cuando el 2010 lanza esta joya: “Mi pega la he hecho bastante bien, ahora la paga es bastante reguleque” (más de 3 millones de pesos). Por su parte, Sebastián Piñera, en el marco del estallido social declaró que “estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable”. Gerardo Varela, ¿se acuerdan de él? ministro de Educación, 2018 a propósito del uso de preservativos y de dispositivos en los colegios, aseguró: “A mis hijos les he ido a comprar, porque no se atreven… es que mis hijos son unos campeones, necesitan más de tres parece”.

La neolengua política está a medio camino entre el oráculo esotérico y el argot penoso de origen cósmico. Así lo veo. Hay políticos que hablan como futbolistas. Algunos dicen lo mismo utilizando el mismo tono, otros recogen muchos términos pertenecientes a los distintos campos del saber y la semántica, y otros elaboran eslóganes muy creativos. Y a propósito de peloteros, cómo olvidar a Francisco Huaiquipán cuando un periodista le pregunta: Francisco, excelente partido. Felicitaciones por sus goles. Pero, dígame, ¿cómo está su pierna? “Sí, mi pierna está bien, en la casa, cuidando a mis hijos, y le quisiera mandar un saludo, que la quiero mucho y que me espere con algo rico”. O al Murci Rojas, ex defensor chileno: «Del país al que iré no puedo contar… Sólo voy a adelantar que es un equipo brasileño».

En definitiva, muchos de ellos terminan pareciéndose a Mr. Bean, personaje torpe y con alma de niño inocente, que apenas habla y se mete en situaciones complicadísimas, de las que luego sale con chispeza a pesar de no saber construir ni un participio y parlotear así de mal. Tal como Arturo Barrios, quien luego de caer en cuenta del tamaño gaffe que se había mandado, a través de un comunicado rectificó sus palabras y descartó cualquier vínculo con el narcotráfico y el crimen organizado.

“El día de hoy 21 de diciembre, en el marco de un seminario, me referí de manera equivocada y superficial a mi actividad profesional privada, que realizo en el ejercicio de mi calidad de pedagogo en diversas comunas de nuestro país”, comenzó indicando Barrios. “Desde hace años que, en el ejercicio de mi profesión, realizo diversos tipos de talleres de acompañamiento pedagógico a menores en situación de vulnerabilidad (…) esta mañana, para graficar la difícil situación que se vive en algunos territorios producto del narcotráfico, me referí de manera equívoca a algunos de los riesgos que enfrenta mi tarea, lo que ha dado pie a diversas críticas (…) lo que señalé durante mi participación en un seminario, para ser muy precisos, es que ante la ausencia del Estado, nosotros entramos a realizar nuestras intervenciones, trabajar con niñas y niños en poblaciones vulnerables y no se nos agrede por realizar aquella labor. Deseo aclarar que jamás he tenido grado alguno de contacto, y mucho menos connivencia con bandas delictuales, como erróneamente pudiera haberse entendido. Lamentó que este grave error haya derivado en críticas infundadas al partido al cual pertenezco, el que no tiene ningún tipo de relación con mi actividad profesional privada. Condeno el narcotráfico y, dentro de mis capacidades profesionales, lucho contra él “, puntualizó Barrios, junto con lamentar «el aprovechamiento político que se ha hecho en el día de hoy por mis desafortunadas palabras”, finalizó.

En fin. Así es como en nuestro país, esta neolengua vive su particular Siglo de Oro con políticos que se empeñan en hablar así (de mal). Pero sepan que aquello tiene un precio. Después no se hagan los asombrados, fingiendo no entender nada. Si se pasa demasiado tiempo hablando como un idiota, se puede terminar idiota.

Verónica Rabb
Periodista, magíster en Antropología y Desarrollo. Profesora de Periodismo en el Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile.