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Los que hacen hablar las piedras

Por: Ignacio Veraguas Caripan | Publicado: 11.01.2024
Los que hacen hablar las piedras Museo Nacional de Bellas Artes | AGENCIAUNO
La escritura sobre el muro, tal parece ser, sigue siendo el lugar emblemático de la escritura, pero ese espacio ahora se ha convertido en el muro de Facebook o en la fugacidad de las historias de Instagram. Ahí se caldean los comentarios para todos y para nadie. Pero si el arte en el espacio público habita también en la conversación del momento, y si ya sabemos que el ingenio más conservador puede aprovechar a la propia obra parar emitir sus juicios, ¿qué otros espacios existen para hablar entonces de la escritura en la roca que no sea el muro de lo efímero? ¿En dónde discutir sobre el arte o hablar sobre el clamor de las piedras?

Frente al Museo Nacional de Bellas Artes, cubriendo la escultura de Rebeca Matte, se encuentra instalada la obra Palabras mayores de Enrique Matthey. Al pasar los días es posible afirmar que la obra no solo se ha instalado frente al museo, sino que también lo ha hecho en el repertorio de conversaciones cotidianas y en el rumor de comentarios que producen las redes sociales. Con la etiqueta de arte o no de por medio, ha tomado el lugar de “una cosa” en el lenguaje cuyo efecto mediático, de todas formas, sabemos que será reemplazado por el siguiente trending topic de ocasión. Tenemos conciencia de ello dado que el mismo efecto produjo La resurrección de los muertos, obra del mismo artista en la que 21 estatuas de Santiago fueron intervenidas. Quizás quienes hoy tratan sobre Palabras mayores hayan olvidado que también trataron, en algún momento, sobre La resurrección de los muertos. Semejantes comentarios detractores, semejantes defensas tímidas se ofrecieron en ese entonces.

Polémica y críticas, entonces, son palabras mayores para el fenómeno ante el que en realidad nos encontramos. La situación mediática contemporánea ha sido descrita por Arthur Kroker ya en la década del noventa como una serie de agencias psíquicamente invasivas que producen obsesiones alternativas (1). Ese carácter psíquicamente invasivo se explica por un hecho que más de alguno habrá experimentado: sabemos del último famoso, la última telenovela o el último reality-show sin necesidad de estar al día en sus transmisiones o activamente interesados en ellos.

Este ambiente se ha intensificado, o al menos se ha corroborado, con el carisma y la fama de los influencers o los nuevos artistas y la duración efusiva que tienen las canciones del género urbano. La novedad en las redes y los medios es producida, cada breve intervalo, como nuevos temas para marcar la pauta de opinión. Nuestra época tiene hambre de opinión y los medios proveen intermitentemente de nuevos objetos para ser devorados por las posturas del momento. No obstante, creo que la misma situación descrita puede ser sucintamente abordada por lo que ha provocado Palabras mayores, obra incómoda por todas las aristas que conlleva, como una piedrecilla en el zapato más que como una roca en la ciudad.

La piedra no tardó en ser rayada. Además de la escritura que apuntaba a cierta posición privilegiada del artista o al monto de dinero adjudicado en un concurso público, se encontraba una particular consigna escrita en la piedra: “JESÚS ROCA VIVA”. Particular porque el rayado no obedece a un comentario contra la obra, sino que se apoya en ella. Responde a sus propios intereses que encuentran un espacio simbólico propicio para emitirse. Acaso la obra de Matthey viene a corroborar aquella sentencia que Jesús dirigió a los fariseos: “Os digo que si estos callaran, las piedras clamarían” (Lucas 19, 39-41). Un acierto por donde se mire.

Se puede acusar de moralistas o conservadores a aquellos que catalogan a la obra como mal arte, volviendo sobre criterios de gusto que se creían obsoletos, pero es insuficiente para entender lo que se encuentra en juego. Este disruptivo rayado da prueba de lo que ya se ha diagnosticado por otros: las reacciones conservadoras parecen cobrar mayor ingenio y humor que el arte, también en competencia con la agudeza publicitaria del mercado. Ante el silencio pétreo de la obra, la viveza de un paseante religioso hace clamar a la roca viva. Dada o no como tema para el habla o la conversación, lo que se encuentra en disputa es quien se queda con la obsesión del momento.

Que la obra fuera rayada, en todo caso, era esperable, previsible y hasta deseable. Ya el semiólogo francés Roland Barthes remitía a aquella figura del rayado en las ciudades modernas: “El muro, ya se sabe, reclama la escritura: ni un muro en la ciudad sin su grafiti. En cierto modo, el soporte mismo alberga su energía de escritura, es él quien escribe y esta escritura me contempla: nada es más visible que un muro escrito, porque nada es mirada, leído, con más intensidad”; para luego agregar: “Por eso, emblemáticamente, el muro es el espacio de la escritura moderna”(2). Más allá de lo esperable o no de los rayados, lo interesante es la vocación a la que propenden las palabras escritas sobre la obra, aquello que el soporte reclama. La escritura sobre la piedra fue en un tiempo la metáfora para denominar lo duradero, contraria a las letras en la arena disueltas por el viento; pero quien escribe sobre el muro, o sobre una roca que desaparecerá tal como apareció, sabe que ha escrito para ser borrado u olvidado.

La escritura sobre el muro, tal parece ser, sigue siendo el lugar emblemático de la escritura, pero ese espacio ahora se ha convertido en el muro de Facebook o en la fugacidad de las historias de Instagram. Ahí se caldean los comentarios para todos y para nadie. Pero si el arte en el espacio público habita también en la conversación del momento, y si ya sabemos que el ingenio más conservador puede aprovechar a la propia obra parar emitir sus juicios, ¿qué otros espacios existen para hablar entonces de la escritura en la roca que no sea el muro de lo efímero? ¿En dónde discutir sobre el arte o hablar sobre el clamor de las piedras?

Notas al pie de página

1 Arthur Kroker, The Possessed Individual. Technology and Postmodernity, Palgrave, 1991.
2 Citado por José Luis Villacañas, Sublime psíquico y educación estética. Ensayos sobre estética y mundo contemporáneo, Instituto de Estética UC, 2023, 17.

Ignacio Veraguas Caripan
Magíster en Teoría e Historia del Arte, investigador en artes y humanidades