La estafa del siglo

En mayo del año pasado fue detenido Feliciano Palma, estafador bancario que se encontraba prófugo y que entre falsificación de documentos, quiebra fraudulenta y otros actos ilegales, perjudicó al fisco por 46 millones de dólares. En los 90 se lo conoció como el autor de la “estafa del siglo”, al cometer la más grande defraudación en contra del Estado.

Pasó un tiempo para que fuera superado ese récord. En diciembre de 2023, más de 50 empresarios defraudaron al fisco, pero ahora por el monto de 275 millones de dólares, dejando bien atrás la marca de Palma. La llamada “Operación Tributos”, o “Megafraude”, está hoy en manos de la justicia, pero el caso inmediatamente fue catalogado como “el fraude tributario más grande de Chile”.

Teniendo en cuenta esos antecedentes, ¿qué nombre le ponemos a lo que hizo el Senado esta semana?

Porque este lunes, mediante una indicación presentada por la UDI al proyecto de ley corta, la oposición en el Senado logró que las Isapres rebajaran su deuda a solo 451 millones.

Recordemos que el monto inicial calculado por la Superintendencia, de 1.400 millones, ya había sido significativamente reducido, llegando a 1.180 millones de dólares. Y esto ha pasado desapercibido por la opinión pública, pero ese número es producto de otro perdonazo, aprobado en la Comisión de Salud del Senado y ratificado en la Sala, que aprobó la eliminación retrospectiva de los excedentes.

Esta medida, que aumenta los ingresos de las Isapres a futuro y perdona 360 millones de dólares de la deuda, obliga a los afiliados cotizar un 7% de manera «íntegra», lo que suprime la generación de excedentes individuales hacia el futuro, lo que puede ser razonable, igualando el aporte de los usuarios con el 7% que se cotiza en Fonasa. Pero la retroactividad de esta medida resulta en otro aspecto inconstitucional en lo aprobado, hasta el momento, de esta ley corta.

Con la mutualización y la eliminación retrospectiva de los excedentes, quedamos en una rebaja de, al menos, 700 millones de dólares. Es un monto escandalosamente superior a las estafas más grandes de nuestra historia; si bien no es un perjuicio al fisco, sí implica arrebatarle pagos justos que se deben hacer a todos los afiliados. Es un perdonazo, de tal magnitud, que no puede significar otra cosa que la nueva estafa del siglo.

Como fue previamente advertido, pero no considerado por la derecha, esta mutualización además perjudica particularmente a las mujeres y a los afiliados de alto riesgo. Este grupo lo representan los que tienen más derecho a un mayor reembolso, porque se les cobró de más con el alza injustificada de precios. Con la mutualización mujeres y adultos mayores deben soportar el infrapago del resto de los afiliados y así compensar las deudas de terceros, algo nunca antes visto.

Finalmente, resulta al menos curiosa la postura de la oposición y del empresariado en relación a esta ley corta, ya que va en contra de todo lo que siempre han defendido; la propuesta de mutualización es expropiatoria y afecta la propiedad privada. ¿Por qué digo esto? Porque la deuda que cada Isapre tiene con su afiliado, tal como lo ha expresado la Corte Suprema, es personal. Por lo tanto, esa deuda es de su exclusiva propiedad y nadie debería socializarla.

El sector que enarbola el slogan “con mi plata no”, hoy propone todo lo contrario. Al parecer, cuando hay que salvar a un puñado de empresarios, no importa pegar “el manotazo” al bolsillo de los chilenos.

El gobierno volvió a reiterar que la propuesta es inconstitucional, pero anunció que no recurrirá al Tribunal Constitucional, mirando con atención la acción de los senadores oficialistas y apostando a que sea en la Cámara de Diputadas y Diputados donde finalmente se caiga esta polémica medida, que desoye el fallo de la justicia.

Esperamos que en esa instancia podamos revertir este punto, eliminando la mutualización. Evaluaremos también la propuesta comprometida por el gobierno para fijar o establecer un tope en el alza de los precios base que, según lo calculado, podría llegar a ser de hasta un 41%.

A pesar de que esta última propuesta pudo haber sido perfeccionada antes, considerando el largo tiempo que estuvo el proyecto en el Senado, esperamos del gobierno la plena colaboración para trabajar en la Comisión de Salud de la Cámara, en la que, sin duda, haremos nuestros mejores esfuerzos para revertir estos retrocesos, no permitiendo este perdonazo impresentable.