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Opinión

Fantasías autoritarias de ayer y hoy

Por: Gastón Alvear Gómez | Publicado: 13.02.2024
Fantasías autoritarias de ayer y hoy Imagen referencial – Nayib Bukele | Creative Commons (CC)
Es fundamental entender que las fantasías autoritarias representan una amenaza para la democracia y los derechos humanos. Si bien es comprensible que en momentos de incertidumbre y crisis algunas personas busquen soluciones rápidas y aparentemente seguras, debemos recordar las lecciones de la historia y permanecer alerta frente a cualquier erosión de nuestras libertades fundamentales.

En el escenario político actual, no podemos ignorar el resurgimiento de las fantasías autoritarias en democracias occidentales, una tendencia que lamentablemente también afecta a nuestra región, con casos más cercanos de lo que quisiéramos admitir. Este fenómeno puede explicarse por una serie de motivos complejos que van desde la búsqueda de seguridad hasta la desilusión con la democracia, pasando por crisis económicas y la promoción del nacionalismo y el culto a la figura del líder.

La promesa de seguridad es uno de los puntos más atractivos de los regímenes autoritarios para ciertos sectores de la sociedad. Estos regímenes suelen ofrecer un control firme sobre la sensación de seguridad, una oferta que puede resultar tentadora para aquellos que priorizan esa sensación por encima de otras libertades individuales.

Sin embargo, es importante señalar que en los regímenes autoritarios, las detenciones arbitrarias son una práctica común, afectando tanto a quienes cometen crímenes como a quienes simplemente expresan su oposición al régimen. Un ejemplo preocupante es el caso de El Salvador, donde para septiembre de 2022, según el informe de Human Rights Watch, se registraron aproximadamente 58,000 detenciones arbitrarias.

La desilusión con la democracia también juega un papel significativo en el atractivo de los regímenes autoritarios. Si bien la corrupción es un problema que afecta tanto a los regímenes autoritarios como a las democracias, es en esta última donde existen mecanismos de transparencia y fiscalización que permiten una mayor rendición de cuentas por parte de las instituciones y los funcionarios. En contraste, los regímenes autoritarios suelen carecer de estos mecanismos, lo que puede conducir a una corrupción desenfrenada y a un enriquecimiento ilícito por parte de quienes detentan el poder.

Por último, es crucial reconocer que las economías de nuestros países se sustentan en gran medida en la explotación de materias primas, y que esta realidad no está completamente bajo el control de nuestros gobiernos. La dependencia de las materias primas expone nuestras economías a una vulnerabilidad inherente.

Los precios pueden verse afectados por una serie de variables, como la demanda global, los cambios en las políticas económicas de otros países, las fluctuaciones en los precios del petróleo y las condiciones climáticas, entre otros factores. Donde ningún individuo o gobierno puede tener un control absoluto sobre la totalidad de la economía de un país.

Es fundamental entender que las fantasías autoritarias representan una amenaza para la democracia y los derechos humanos. Si bien es comprensible que en momentos de incertidumbre y crisis algunas personas busquen soluciones rápidas y aparentemente seguras, debemos recordar las lecciones de la historia y permanecer alerta frente a cualquier erosión de nuestras libertades fundamentales.

La democracia puede ser imperfecta, pero es un sistema que, con el compromiso y la participación de todos, ofrece la mejor esperanza para la protección de nuestros derechos y el bienestar de la sociedad en su conjunto.

Gastón Alvear Gómez
Maestro de Investigación en Política Comparada FLACSO sede Ecuador. Politólogo Universidad Diego Portales-Chile.