Unidos en contra de una fusión forzada: Identidades y territorios políticos

Creemos fuertemente que la unidad del Frente Amplio es una condición estructural desde siempre, desde que existimos con nuestros movimientos socio-estudiantiles hace más de una década. Sin embargo, la “unidad” no conlleva una “fusión” interpartidaria con quienes constituimos el FA. No es mezquindad, al contrario, es una expresión plena de generosidad y honestidad para con nuestros compañeros y compañeras: queremos una fusión en calma, con vinculación territorial real y que proteja nuestras identidades y valores políticos que tanto nos distinguen.

El avance de las derechas en lo legislativo, en nuestras comunas y regiones es preocupante, grave. Porque todo aquello significa un retroceso en Derechos Fundamentales, impide el fortalecimiento del Estado para que se pueda ocupar y proteger a la sociedad sin discriminar posición política. Nuestro gobierno es para todas y todos sin hacer distinción.

Aún así, quedamos en la conformidad de una fusión en perspectiva electoral -ergo, instrumental- para “achicar la cancha” a los partidos de la derecha. Esto es un absoluto despropósito, abandonamos nuestra base ideológica, esa que nos permitió ser el FA. No debemos repetir la historia al utilizar nuestras militancias y partidos a efectos de captar votos, atomizarlos ni reducirlos al sufragio y menos dar con coaliciones en pos de cuoteos políticos.

No estamos en contra de una fusión de cara al partido único del Frente Amplio, pero como militantes de partidos y movimientos, necesitamos congresos ideológicos que nos permitan mantener nuestras identidades, pero, a su vez, dar con conductos políticos que se abracen entre sí y tengamos el mismo lenguaje para interpretar el socialismo, feminismo, lo libertario, la ecología y resguardo del medioambiente, etc. Necesitamos estos diálogos intrapartidarios donde las cúpulas de cada partido puedan actuar de manera transversal y no vertical teniendo hegemonías de decisiones: ¿mantendremos los patrones de los otros partidos que tanto criticamos en nuestra época de “divina juventud”?

La unión que estos comandos del En Contra de Convergencia Social y Revolución Democrática sólo desean expresar que, ahora, una fusión no, que sí en el futuro, pero con los procesos y tiempos debidos para solo fortalecernos y no abrir puertas ni ventanas de flaquezas ni debilidad muscular en este andar de la coalición. Esta misma columna es un claro ejemplo en que sí estamos unidos, con una profunda reflexión en que nos consideramos y velamos por nuestras identidades partidarias pero que comprendemos que cada uno y una, posee unicidad propia.

Nuestra realidad debe orientarse siempre a contribuir a hacer algo mayor que nosotros mismos, sin personalismos. Las bases son el corazón de la militancia, por eso hemos dado el espacio para cuestionar el proceso con todas las dificultades que eso ha implicado. Tenemos la responsabilidad colectiva de comprometernos por la construcción responsable de una visión que se haga sostenible a largo plazo. Es imperativo demostrar que estamos a la altura de alcanzar una izquierda fortalecida que se reconoce en plenitud y que luego da el paso para unificarse, los compromisos que se ajustan a las conveniencias y se deciden con premura nunca han tenido buenos dividendos, nacen muertos.

Con fuerza y esperanza, el Frente Amplio -con diálogo y calma-, ¡avanza!