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Quema de Iglesia y acusaciones de herejía: La oscura trama detrás del único preso por el estallido social en Chiloé

Por: Luciano Candia | Publicado: 11.02.2021
Quema de Iglesia y acusaciones de herejía: La oscura trama detrás del único preso por el estallido social en Chiloé Darío Chacón | Foto: Cedida
Darío Chacón lleva 13 meses en prisión como único imputado por la quema de la Parroquia San Francisco de Asís en Ancud, siniestrada en contexto de revuelta social. Tiempo en que la familia ha denunciado hostigamiento, amenazas de muerte, e incluso irrupciones en su casa. El caso, aún sin un cierre, tiene como querellantes al Obispado de la zona, a la Intendencia y al Ministerio Público, entidades que solicitan una condena de 10 años y un día. La defensa del acusado y su familia esperan un resultado favorable, de cara al 23 de febrero, instancia en que se realizará la audiencia de preparación del juicio oral, donde se presentarán las pruebas para que, posteriormente, el Tribunal de Castro dicte una fecha para el juicio oral y una resolución del caso.

–El 16 de septiembre de 2020, un hombre rompió parte del garaje y se metió a mi casa, mientras yo había salido a buscar una pintura donde una vecina. Era notorio su estado de ebriedad. Me miraba fijo y reía. El tipo de amenaza fue sutil, pero entendí lo que me quería decir. No lo dijo, pero entiendo que con el ingreso a mi domicilio era como «señora, tenga cuidado»– relata Julita Velásquez (50), madre de Darío Chacón (24), el único imputado por la quema de la Iglesia San Francisco de Asís en Chiloé.

Aquella no fue la única vez que la familia recibió una amenaza así. Anteriormente, en dos ocasiones, con una semana de diferencia, sujetos encapuchados irrumpieron en el patio de su casa, con gritos de advertencia para la madre, de que no se metiera en lo que no le correspondía. Pese a denunciar, cuentan que no se les otorgó ninguna medida de protección.

Desde que su hijo está tras las rejas del Centro de Detención Preventiva (C.D.P) de Ancud, Julita Velásquez, la madre, denuncia también numerosas amenazas de muerte por redes sociales, y hostigamiento por parte de vecinos de la comunidad de Ancud.  “Se llegó a mencionar que yo había enviado a mi hijo a quemar la iglesia porque era bruja y pagana. Ha sido un proceso de mucho dolor y agotamiento. (…) Hoy tengo mucho miedo”, cuenta Velásquez, tarotista conocida en la zona y quien ha asumido una vocería respecto a la situación de su hijo desde su detención. 

Vanessa Pérez, abogada del Obispado de Ancud, querellante en el caso, se desmarca de los episodios que relata Julita Velásquez, y dice no haber estado en conocimiento de lo que relata. “Ni el Ministerio Público, ni nosotros como querellantes, hemos realizado algún calificativo”, agrega. 

Lo concreto es que Darío fue aprehendido la madrugada del 22 de enero de 2020, luego de un control de identidad donde Carabineros, alertados por vecinos del sector, lo detuvo en los alrededores de la iglesia, en calidad de único sospechoso de incendiar el lugar de culto ubicado a pocas cuadras de su domicilio. Desde entonces está tras las rejas esperando el resultado de un juicio que todavía no llega. Enfrenta como querellantes a la Intendencia Regional, al Ministerio del Interior y al Obispado de la zona, entidades que piden una condena de 10 años y un día de presidio mayor en su grado medio

La madrugada en que ardió la iglesia

El reloj marcaba las seis de la mañana del 22 de enero de 2020. En medio de la oscuridad y tranquilidad en la zona, la Iglesia San Francisco de Asís ardía repentinamente en llamas, producto de un incendio constatado más tarde como intencional. Desesperado, el párroco de la casa aledaña, Alex Gallardo, ingresó en tres ocasiones a intentar salvar documentación histórica, pero sus esfuerzos fueron en vano. Resultó con lesiones leves, y nada entre sus manos más que heridas producto de las llamas. El fuego consumió la totalidad del lugar de culto, declarado monumento histórico de la cultura chilota en 2019. 

Iglesia San Francisco de Asís

Desde su creación, hace más de cien años, el lugar ubicado en la intersección de las calles San Carlos y Errázuriz, en el centro de la ciudad, se ha visto afectado por el fuego en más de una ocasión. La primera vez fue al poco tiempo de su creación, el año 1845. Se levantó por segunda vez en 1851, y volvió a incendiarse 74 años después, en 1925. En aquella ocasión, el fuego consumió por completo el sitio y el convento aledaño. Se terminó de construir nuevamente, por tercera vez, en 1933, y fue completamente derribada por el fuego en enero del 2020, dejando un único imputado tras las rejas: Darío Chacón. 

Uno de los testimonios clave en el caso es el de un vecino de la calle San Carlos– residente a cuadra y media del lugar–quien declara haber visto, a eso de las seis de la mañana, minutos antes del siniestro, a un sujeto que vestía una chaqueta de colores, pasar por fuera de su domicilio y tomar una bolsa que contenía basura. Minutos más tarde, relata haber visto a la misma persona pasar en dirección contraria, pero esta vez con el torso desnudo. A los pocos minutos dice haber notado que la Iglesia San Francisco de Asís se consumía producto del fuego.

Según el documento firmado por el fiscal Javier Calisto, quien encabeza la investigación, otro vecino, también en calidad de testigo protegido, corrobora la versión anterior y agrega que, en el registro de sus cámaras de seguridad, se muestra al mismo sujeto, aún con torso desnudo, volviendo al lugar donde ocurría el incendio. Habrían sido ellos los que alertaron a Carabineros, quienes procedieron a detener al sujeto luego de hacerle un control de identidad.

También son parte de las pruebas presentadas ante el tribunal, imágenes de las cámaras de seguridad del cuartel de la PDI aledaño a la iglesia, que muestran al hombre descrito–dice el documento–, con chaqueta de colores y un elemento blanco en la mano, «presumiblemente una bolsa», entrar a la Iglesia, y luego de 15 minutos, verlo salir huyendo. 

Trece meses detenido sin un juicio 

Bomberos aún realizaba diligencias en el lugar que antes era edificio patrimonial. Las primeras horas de luz asomaban aquella mañana, cuando funcionarios de la PDI llegaron a golpear la puerta de la casa de Julita Velásquez. El equipo lo encabezaba el subcomisario David Cohen, un antiguo cliente de Velásquez, quien le advirtió que había un problema con Darío Chacón, pero que no se preocupara, pues no pasaba nada. Sólo querían entrar a conversar.

Arrepentida, hoy recuerda haberlos hecho pasar, servirles una taza de café, y en un abrir y cerrar de ojos, verlos en la pieza de su hijo, tomando fotos de todo a su alrededor, y llevándose consigo algunas de sus pertenencias, entre ellas un encendedor, una cajetilla de fósforos, un cortavientos de colores, un computador, y un teléfono celular. Objetos que hoy son pruebas en su contra. Velásquez afirma que el procedimiento terminó cerca de las nueve de la mañana, y que la orden de registro llegó a sus manos dos horas después. 

Darío Chacón estuvo detenido en el cuartel policial de la PDI desde las 7:30 hasta las 11:53 horas de aquella mañana, en paralelo al trabajo que hacían los funcionarios de la institución en casa de su madre. Fue puesto en libertad cerca del mediodía, por aproximadamente siete horas, y a las 19:02 fue detenido nuevamente, mediante una orden firmada por María Angélica Islas Mancilla, jueza titular del Juzgado de Garantías de Ancud, a petición del fiscal a cargo del caso, Javier Calisto. 

A la fecha se han realizado cuatro audiencias de revisión de medida cautelar. La última de ellas, el pasado 5 de febrero, cuando se resolvió mantener en prisión preventiva a Darío Chacón. Ahora el foco está en el día 23 de este mes, jornada en que se llevará a cabo la audiencia de preparación del juicio oral ante el Juzgado de Garantías de Ancud, instancia previa al juicio oral, donde el Tribunal de Castro dictará una sentencia. 

La abogada del Obispado de Ancud, Vanessa Pérez, afirma que el caso “no es un asunto menor, (…) se causó perjuicio a la comunidad porque es un recinto católico, y los feligreses ligados a la parroquia se vieron muy afectados. (…) Esperamos que el día 23 se acoja toda prueba, y que en la audiencia que se fije, se condene al imputado por el delito de incendio”. 

***

Luego de su detención, durante alrededor de tres meses, Darío Chacón estuvo en el Hospital Clínico de Puerto Montt, en internación provisoria, desde el 24 de enero al 17 de abril de 2020, a la espera de que se le realizara un informe pericial psiquiátrico, que comprobara o descartara algún tipo de enajenación mental. Los problemas no tardaron en aparecer: durante los primeros días de febrero, el abogado Luis Mora, segundo defensor de Chacón, constató y pidió una audiencia de cautela de garantías, al percatarse que mantenían a su defendido con grilletes en manos y pies en una cama del lugar, además de estar atado las 24 horas del día, los siete días de la semana, sin motivo de salud ni de resguardo que hicieran necesaria la medida. 

Desde el Ministerio Público y la intendencia querellante– estos últimos representados por la abogada Javiera Oyarzún Knittel, quien además participa como querellante en el caso de Felipe Santana, joven condenado en Puerto Montt por el atentado a una catedral, también en contexto de estallido social– indicaron que se plegarían a lo que decidiera el tribunal del Juzgado de Garantía de Ancud, que resolvió que debían suspenderse las condiciones en que mantenían a Darío Chacón, y que bastaba con custodia y presencia de Gendarmería. 

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Finalmente el informe psiquiátrico se realizó el 4 de marzo, cuando se concluyó que Chacón no presentaba patología o enajenación alguna. Estuvo en las dependencias del hospital hasta el 17 de abril, cuando, a petición de su defensa, se modificó la medida cautelar y se decretó arresto domiciliario total, junto a otras cautelares, como arraigo nacional, y prohibición de comunicarse con los testigos. El panorama cambió rápidamente. La medida duró cinco días pues, apenas se dio a conocer la nueva resolución, los querellantes recurrieron a la Corte de Apelaciones para revocar la decisión

La Corte de Apelaciones fue enfática, decretando la prisión preventiva del joven en el C.D.P de Ancud, a la espera del juicio definitivo. Humberto Ramírez, abogado defensor, cuenta que, sin éxito, “recurrimos de amparo a la Corte Suprema y lo perdimos 3 votos contra 2”. Desde entonces, a casi diez meses, la medida no se ha modificado.

«Hasta cuándo tanto olvido»

Mi hijo lleva casi un año en la cárcel y no he podido abrazarlo–, lamenta la madre de Darío Chacón.

Julita Velásquez, junto a su hija Natalia, círculo de apoyo principal de Chacón, cada semana asisten a la cárcel para llevarle mercadería, junto con libros e insumos para crear manualidades, costeados por ella y por jóvenes anónimos que apoyan y solidarizan con la causa desde distintos puntos del país.  

Ramírez, abogado de Chacón, quien se reúne dos veces al mes con él mediante videollamadas por la plataforma Zoom, dice que lo nota “ansioso porque la causa se ha alargado más de lo debido”. Su madre coincide; dice notarlo agotado y falto de energías, pero firme ante todo. Tampoco pierde las esperanzas de un resultado favorable en el caso.

Julita Velásquez define a Darío Chacón como un joven creativo, talentoso, y autodidacta en todo ámbito. El estudiante de informática es xilógrafo -disciplina artística del grabado sobre madera-, y músico: compone, toca guitarra y acordeón. Velásquez cuenta que desde pequeño estuvo ligado al mundo del arte. Con los insumos que le ha aportado su red de apoyo, cuenta que Darío ha hecho poleras con un diseño propio. Una de ellas, con la consigna “Hasta cuándo tanto olvido”, elaborada a partir de un papel reciclado, enmarcada en casa de su madre y cuya consigna ha incorporado como lema. 

Trabajo hecho por Darío Chacón al interior del C.D.P de Ancud

Trabajo hecho por Darío Chacón al interior del C.D.P de Ancud

Cercanos a Chacón y a la causa estarían gestionando que pueda vender esas poleras, con el fin de generar ingresos y solventar los gastos, cuenta su madre. “Dentro de todo el horror que podemos estar viviendo, siento que desde el dolor nace el arte”, cuenta Velásquez. 

Lienzo en apoyo a Darío Chacón

23 de febrero: día clave en el caso

A 13 meses del siniestro y de la detención de Darío Chacón, su caso será revisado el próximo 23 de febrero, día en que se realizará la audiencia de preparación del juicio oral, donde se presentarán las acusaciones y pruebas de ambas partes para que, posteriormente, se fije una fecha para el juicio oral y el tribunal competente tome una decisión.

Julita Velásquez mantiene la calma y confía en lo que pueda resultar. “Tengo fe porque no puede haber tanta injusticia. Le he dicho (a Darío) que si las cosas se dificultan y retrasan, que tenga la tranquilidad de que estamos esperándolo y que lo estaremos siempre”, añade. Humberto Ramírez, abogado defensor, dice que “cuentan con “antecedentes bastante serios” para sustentar que hubo procedimientos incorrectos en aquella detención, la madrugada del 22 de enero de 2020. 

Por parte del poder eclesiástico, la abogada Vanessa Pérez recalca que espera “se acojan todas y cada una de las pruebas que está ofreciendo el fiscal en su acusación. (…) El incendio fue tan grande que pudo haber causado un perjuicio mayor a los vecinos. (…) No es un tema de venganza, sino que es lo que corresponde”. 

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