El diputado Raúl Soto. | Agencia Uno (archivo).
Pactar jornadas de 38 horas semanales, con solo cuatro días de trabajo y tres de descanso, es el objetivo final de un proyecto de ley presentado en el Congreso esa semana. El diputado Raúl Soto (PPD), uno de los autores de la iniciativa, destaca en conversación con El Desconcierto que la idea busca mejorar la calidad de vida de las personas y atender a la crisis de salud mental en el país. De igual forma responde a las críticas del Ejecutivo y asegura que «parece que para este gobierno nunca es el momento indicado para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores».
La discusión sobre la reducción de la jornada laboral lleva años. El proyecto impulsado por la diputada del Partido Comunista, Camila Vallejo, que baja el número de horas trabajadas a 40 horas semanales, inició su tramitación en la Cámara de Diputadas y Diputados en octubre de 2019, sin embargo se quedó entrampado en el Senado sin que todavía se vislumbre una fecha para su posible aprobación.
Así, esta semana el diputado Raúl Soto (PPD) anunció una nueva propuesta legislativa que va en el mismo sentido. «Las dos iniciativas avanzan en la misma dirección: mejorar la calidad de vida, conciliar tiempo de trabajo con el tiempo familiar, de recreación y descanso, y bajar las horas trabajadas a la semana, que es lo principal», explica.
Si bien la iniciativa fue dada a conocer con el nombre «4×3», debido a la posibilidad de jornadas de cuatro días de trabajo y tres de descanso, lo cierto es que esa es una alternativa que ya se encuentra contemplada en la legislación actual. Sin embargo, el proyecto propone que esa dinámica se de reduciendo a 40 horas semanales la jornada laboral, e incluso seguir bajando progresivamente hasta llegar a 38 horas en un plazo de cinco años.
En conversación con El Desconcierto, el diputado Soto hizo hincapié en que «Chile tiene condiciones de salud mental muy preocupantes, de las más altas en el mundo y cuarto a nivel continental», por lo que una reducción de la jornada se haría necesaria, especialmente luego de la crisis por la pandemia.
De igual forma respondió a las críticas que incluso llegaron desde el gobierno a través del ministro Jaime Bellolio. «Parece que para este gobierno nunca es el momento indicado para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y la calidad de vida de la gente», respondió.
-¿Cuál fue el diagnóstico que hicieron sobre la calidad de vida de las personas que trabajan, para llegar a este proyecto de ley?
-La calidad de vida de los trabajadores de nuestro país es bastante precaria, muy mala. La Organización Mundial de la Salud hace ya varios años que viene señalando que Chile tiene condiciones de salud mental muy preocupantes, de las más altas en el mundo y cuarto a nivel continental. Eso obviamente se ha visto agravado de forma significativa durante esta pandemia. Una vez que superemos la pandemia del COVID-19 vamos a tener que enfrentar la pandemia de la salud mental en Chile. Y tenemos que estar preparados, efectivamente para ver cómo resolver esa problemática. Si a eso le agregas como un segundo factor las extensas jornadas laborales que hay en Chile y los pocos tiempos de días libres y de descanso, obviamente que se genera allí una ecuación que es muy negativa para la población, pero también para el mercado laboral, que yo creo que muy pronto se va a ver bastante comprometido por esta situación. Es necesario abrir el debate respecto de como adecuamos nuestras jornadas de trabajo para beneficiar y promover una mejor calidad de vida para los trabajadores entendiendo que hay que conciliar el tiempo trabajado de mejor manera con lo que es el tiempo libre, para el descanso, para la familia, para la recreación.
-Uno de los factores que alargan las jornadas son los tiempos de movilización entre el hogar y el lugar de trabajo, ¿está contemplado algo al respecto en el proyecto? ¿De qué forma se puede atender a este problema?
-Efectivamente parte de la problemática tienen que ver con elementos que son conexos a la jornada laboral, como los tiempos del traslado y otras realidades que complejizan un poco la situación. En este caso nosotros por eso innovamos con el 4×3 sobre la base de una rebaja de la jornada semanal, porque actualmente tú puedes hacer pactos de adaptabilidad de 4×3, pero sobre la base ordinaria de 45 horas, quedando la jornada diaria muy extensa y eso eventualmente podría tener un efecto contraproducente para el objetivo de mejorar la calidad de vida de los trabajadores. En este caso reducimos la jornada semanal y eso lo distribuimos en cuatro, cinco o seis días, del cual se puede optar dependiendo de la realidad de los intereses del trabajador y también de la realidad de la estructura organizacional de la cual se trate.
-La jornada laboral no es lo único que afecta a la calidad de vida y salud mental de los trabajadores, ¿qué otras formas de avances proyectan en este sentido?
-La situación después de la pandemia va a ser tan grave y tan crítica, que incluso con todos estos cambios que podamos hacer, que en el mediano y largo plazo sin duda alguna inciden a mejorar esos índices, se necesita abordar la problemática de manera seria y rápida por parte del Estado con planes y programas de salud mental que vayan acompañados de importantes recursos para que la población tenga los tratamientos y el acompañamiento que se requiere para mejorar aquella situación. Eso debe ser impulsado por parte del gobierno. Lo hemos manifestado en distintas instancias en el Congreso, espero que pueda ser una realidad. Hay recursos que hemos aprobado en el plan sanitario, en el presupuesto de Salud que pueden perfectamente destinarse de forma contundente para abordar esa problemática.
-¿Ha faltado preocupación por parte del gobierno?
-Sí, yo creo que sí. Pero más allá del gobierno, creo que hay poca conciencia todavía en nuestro país, en distintos sectores políticos y en la sociedad en general, respecto de la profundidad del problema de salud mental que se nos viene encima.
-El proyecto impulsado por la diputada Camila Vallejo (PC) que reduce la jornada laboral a 40 horas semanales lleva años sin poder ser aprobado en el Congreso, ¿qué expectativas tiene para la tramitación de este nuevo proyecto?
-A mí me parece bastante inaceptable que no se haya puesto la prioridad y el acelerador a la tramitación en el Senado, como lo hicimos en la Cámara de Diputados. Lamento esa situación, desconozco las razones por las cuales no se le ha dado la prioridad, pero tampoco es un debate que puede seguir en el congelador eternamente, porque se nos va a venir la pandemia de salud mental que tenemos que enfrentar. Nuestro país está muchos años atrasado en materia de jornada laboral respecto de lo que se está haciendo en el mundo y hay que reimpulsar y reabrir el debate. Es necesario que se avance rápidamente por parte del Senado con el proyecto de 40 horas y que en paralelo la Cámara siga avanzando con esta idea de los 4×3, y veamos cómo en algún momento se conjugan ambas iniciativas. De manera de generar las mejores condiciones posibles para una legislación moderna que sea pro trabajador, que también entregue condiciones de adaptabilidad en función de las nuevas formas del trabajo que los desafíos del futuro nos van plateando.
-El ministro Jaime Bellolio comentó respecto a este proyecto que “todavía no es el momento” de discutir sobre rebajar la jornada laboral. Argumentó que “hoy día piden a las pymes que bajen sus horarios a 38 horas y más, y por otro lado están pidiendo que suban el sueldo mínimo a más de $500.000, les pediría que miren la realidad misma de las pequeñas y medianas empresas en estos 15 meses de pandemia”. ¿Qué le puede responder al ministro?
-Parece que para este gobierno nunca es el momento indicado para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y la calidad de vida de la gente. Dicho eso, aclararle al ministro que nuestro proyecto plantea una gradualidad que se empieza a ejecutar desde un momento posterior a la superación de la pandemia y por lo tanto no se va a aplicar en el actual contexto de crisis económica, sanitaria y también social. Justamente esa gradualidad es para mitigar posibles efectos en la economía, en la productividad y en las pymes. Queremos hacerlo de forma responsable, estamos abiertos a evaluar posibles indicaciones, modificaciones, mejorías. Lo importante es que salga una legislación moderna que permita entregar condiciones de mejoras de calidad de vida, para los ciudadanos de nuestro país y también modernizar la estructura de las relaciones laborales chilenas que está bastante atrasada desde el punto de vista de lo que se está haciendo en el mundo. El cambio de paradigma que queremos es dejar de vivir para trabajar y empezar a trabajar para vivir. Ese es el concepto que nosotros estamos buscando a partir de esta iniciativa. Invitamos, por tanto, al gobierno a no ser un obstáculo una vez más a una iniciativa como esta y más bien sumarse de manera proactiva a debatir con altura de miras y a incorporar elementos que puedan significar mejorías más que trabas.
-¿Qué pasa respecto a las críticas sobre que se pueda afectar la productividad?
-Lo ideal es un contexto donde exista un plan de impulso a la productividad importante, necesitamos capacitación a los trabajadores de forma muy robusta, porque si queremos reducir la jornada laboral efectivamente tenemos que garantizar que las horas trabajadas sean más productivas de lo que son actualmente. Hoy día trabajamos muchas horas, pero esas horas son de las menos productivas de la OCDE, por tanto se necesita un cambio cultural y eso requiere inversión en capacitación y también en mayor tecnología, de manera que la productividad vaya acompañando este proceso de mejora de las condiciones laborales y de la calidad de vida de los trabajadores.
-Durante la elaboración del proyecto, ¿se reunieron con organizaciones de trabajadores, sindicatos u otras organizaciones de la sociedad civil en la materia? ¿Qué les dijeron?
Hemos tenido diálogos bien puntuales de distinto tipo, organizaciones de comercio han recibido muy bien la iniciativa, en general sindicatos de distintos rubros. Hemos tenido durante los últimos días feedback también de parte del mundo de las pymes, que también los queremos escuchar, porque evidentemente hay una preocupación allí y nosotros estamos abiertos a evaluar cualquier iniciativa que permita entregarles también certeza a ellos. Por ejemplo, algo que estamos evaluando, a través de una posible indicación que estamos trabajando, la posibilidad de que esto pueda partir con un plan piloto, primero aplicándose a las grandes empresas y que en la medida que vaya pasando el tiempo se vaya ampliando a las empresas de menor tamaño. Luego que este proyecto el día martes se declare admisible en la Sala, se va a poder empezar la tramitación en la Comisión de Trabajo y vamos a abrir en conjunto con el diputado Tucapel Jimenez, que es el presidente de la Comisión y con quien trabajamos en conjunto este proyecto, un periodo de diálogo social importante, tripartito, con los trabajadores, con el mundo empresarial, con las pymes, con el gobierno, con todos los sectores para poder nutrir este proyecto de buenas ideas y poder irlo mejorando y complementando.
