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La historia de la recuperación mapuche del fundo Ponhuipa en defensa del río Pilmaiquen

Por: Maxi Goldschmidt | Publicado: 03.06.2022
La historia de la recuperación mapuche del fundo Ponhuipa en defensa del río Pilmaiquen | Fotos: Maxi Goldschmidt
Un territorio en disputa, comunidades mapuche, latifundistas y, para colmo, la eventual instalación de una represa. Ingredientes suficientes para transformar al río Pilmaiquén en un polvorín. La comunidad lonko Juan de Dios Máfil ocupó un fundo y acusa a miembros de la Multigremial del Sur de reprimir con armas una ceremonia que realizaban en el predio. ACTUALIZADA

“Juan de Dios Máfil es mi tatarabuelo, era lonko. Elegimos este predio porque tiene una historia fuerte, que tiene que ver con nuestro tuwün, nuestra espiritualidad. Son 46.000 hectáreas que hoy están ocupadas por colonos y extractivismos. La mafia del sur, hijos, nietos y bisnietos de los alemanes que llegaron a nuestros territorios. Estamos empecinados en que se vayan todos”.

La machi Millaray Huichalaf se refiere a una nueva recuperación territorial del pueblo mapuche, en este caso 450 hectáreas del fundo Ponhuipa, sector de Carimallin, en la comuna de Río Bueno, Región de Los Ríos, que desde el 30 de abril “están bajo control territorial de la comunidad lonko Juan de Dios Máfil”.

“Muchas comunidades piensan que son dueños de algo que no lo son. Cualquiera sea la pretensión que tengan, válida o no, si sienten que engañaron a sus ancestros, están los canales adecuados para hacer esos reclamos. En el mundo en el que vivimos todos, las maneras son los derechos de registros. Pero ellos insisten con una forma distinta”, cuenta a El Desconcierto el abogado de los dueños del fundo Ponhuipa, Juan Cristobal Grünwald Novoa, quien expresa con preocupación que “en Los Ríos y en Los Lagos hay un efecto contagio. El problema con las comunidades indígenas, el conflicto mapuche o terrorista, como quiera decirse, se está saliendo de La Araucanía”.

Grünwald Novoa también representa a la Multigremial del Sur, una de las organizaciones que se pronunció en contra de “un nuevo acto de usurpación” y cuyos integrantes se hicieron presente en el lugar en cuestión. “Armados”, según denunciaron desde la comunidad.

“Al finalizar el palín, integrantes de la Multigremial del Sur ingresaron al predio y dispararon contra mujeres, niños y ancianos que nos encontrábamos en la ceremonia sagrada. Terminamos con un peñi herido de perdigones por los latifundistas. Luego se fueron, y aparecieron las Fuerzas Especiales, con un desmedido contingente: tanqueta, carros lanzaaguas, zorrillos, drones”, dice Juan Huichalaf, werkén de la reivindicación a nombre de su bisabuelo.

Territorio atravesado de violencia

“Estamos en un lugar y un momento histórico donde se pueden producir situaciones de tensión difícil de controlar”, dice el seremi de Gobierno de Los Ríos, Víctor Godoi, quien de todas maneras considera que “tenemos una situación distinta en Los Ríos a lo que sucede en La Araucanía”. Y sobre este caso en particular, apunta que es “una comunidad con una trayectoria histórica, tiene presencia en el territorio que uno puede verlo con antecedentes históricos. Es un proceso de reivindicación que tiene que ser tomado por el Estado chileno, a través de la Conadi, que recibió la solicitud en 2015 y no avanzó hasta este momento”.

Acompañado de la Delegada Presidencial Regional, Paola Peña Marín, el seremi intercedió para “evitar cualquier hecho de violencia” y “hacer operar la ley pero con respecto a los protocolos de los pueblos originarios”. Tras dialogar con la comunidad y la familia de Rodrigo Guijón -a nombre de quien está inscrito el predio-,  habló con Carabineros respecto a “la dimensión del operativo” y se reunió con la Multigremial del Sur, quienes exigen que el Estado de Excepción declarado en La Araucanía y Bío Bío se extienda también a la Región de Los Ríos.

“Este no es un conflicto mapuche, hay quienes quieren que así se vea, pero este no es un tema de tierras, es acerca del narcotráfico, terrorismo y otros ilícitos como robo de madera, abigeato, etc. Las comunidades locales, con las cuales siempre se ha vivido en paz, están siendo usadas y engañadas por estos grupos delictuales”, le responde por escrito a El Desconcierto el director de la Multigremial del Sur, Marcos Winkler.

Para el werkén José Huichalaf, en cambio, la historia es otra. “Esta tierra fue usurpada en 1916. Se hizo un remate de acciones y derechos, que era una forma muy común de usurpar las tierras acá. Tenemos un informe histórico, con los títulos. Está ampliamente fundamentado. Nuestros ancestros fueron expulsados violentamente por colonos alemanes y el Estado chileno. Y fuimos reducidos después de tener un extenso territorio a la más mínima expresión, que son títulos de merced. Las nuevas generaciones nos criamos y crecimos ahí, sobreviviendo. Nuestras familias fueron lanzadas a la pobreza y coexistiendo con el usurpador. Mucha gente acá en las comunidades cayó en la bebida y en la pobreza absoluta».

Huichalaf asegura que posterior a la usurpación se instaló la policía militarizada, la escuela winka y las iglesias. Desde entonces, asegura, ha existido sometimiento. Una realidad que hoy pretenden revertir. «Por muchos años sobrevivimos y hoy estamos en condiciones de iniciar la lucha para recuperar lo propio, lo que nos fue usurpado, robado. El delito de apropiación indebida de riquezas. Se pasaron las tierras de unos a otros”, dice.

El werkén de la comunidad lonko Juan de Dios Máfil acusa que “los latifundistas de la Multigremial, que son igual que el APRA pero de Puerto Montt, Puerto Varas y Osorno, fueron llegando de forma coordinada con una gran cantidad de vehículos. Se ubicaron frente al paliwe, y enarbolaron la bandera chilena. Y gritaban groserías e improperios, cargados de racismo”.

-¿Qué les gritaban?

-Indios flojos, para qué quieren las tierras si son unos borrachos, ladrones, ignorantes. Si hay que volvernos a matar, los vamos a matar.

Pilmaiquen, el río de las almas

Este conflicto territorial es un capítulo más de una larga historia que comenzó en 2009, con el proyecto de la entonces Empresa Hidroeléctrica Pilmaiquen S.A. (hoy de la estatal noruega Statkraft), que pretendía construir dos represas más sobre el río Pilmaiquen. En el permiso ambiental de dicho proyecto se negaba la presencia ancestral de comunidades en la ribera del río.

El río Pilmaiquen, que en mapudungun significa golondrina, nace en el lago Puyehue, en plena cordillera de los Andes. Límite entre las regiones de Los Ríos y Los Lagos, se une al Río Bueno y desemboca en el Pacífico. Es un río sagrado para el pueblo mapuche y parte del complejo ceremonial Ngen Mapu Kintuante, de relevancia espiritual y ancestral no sólo para las familias mapuche de la zona sino también de otras regiones.

Junto al río, en una zona donde inicialmente se iba a construir la central Osorno, hay un cementerio mapuche. Las comunidades, al demostrar este hecho de relevancia espiritual, lograron salvar ese sitio sagrado. Al Pilmaiquen se le dice el “río de las almas”.

“Como Pueblo Mapuche tenemos un vínculo directo con las fuentes de agua, por eso nos aferramos tanto a los ríos, esteros y lagos. Porque ahí surgen y resurgen los Ngen, que son los protectores de los territorios”, dice la machi Millaray, quien explica que “el agua es un elemento transportador de energía, que nos comunica directamente con los entes del Wallmapu según nuestra cosmovisión. Son los seres supremos a quienes les rendimos culto, a quienes le hacemos el Nguillatún. A quienes les pedimos por nuestra vida y salud. Son quienes sostienen nuestra espiritualidad”.

“El territorio es uno solo, esta es la misma lucha. Los límites de mis abuelos iban del río Chirre al río Pilmaiquen. Y hoy día el río lo reivindicamos por lo mismo. Nunca renunciaremos al río. No podemos ser sin el río Pilmaiquen”, explica el werkén Juan Huichalaf.

La historia que no cuenta Statkraft

A fines de los setenta y principios de los ochenta, la construcción de una central hidroeléctrica en el Río Alta generó un aluvión de protestas, manifestaciones y huelgas de hambre en Noruega contra la construcción de hidroeléctricas en territorio Sami, donde diferentes sectores de la sociedad se opusieron a la obra, que inundó a parte del pueblo y afectó para siempre el río Alta y la biodiversidad ancestral de esa región.

Con la resistencia que acumuló con el conflicto en Alta, los Sami, pueblo originario que habita parte de lo que hoy se conoce como Suecia, Finlandia, Noruega y Rusia, en alianza con otros sectores logró que el gobierno noruego dictara leyes para proteger el resto de los ríos y cursos de agua.

Con la protección de los recursos hídricos en Noruega, la empresa estatal Statkraft empezó expandirse a otros países, iniciando proceso de internacionalización. Para reducir los riesgos económicos relacionados a establecer operaciones en mercados nuevos, en 2002 Statkraft establece SN Power, un joint venture con la institución financiera de desarrollo, Norfund, también de propiedad estatal noruega, que provee Statkraft con capital de riesgo. Así es como Statkraft, bajo el nombre de SN Power, llega a Chile en 2004.

Statkraft es la generadora de energía renovable más grande de Europa, y siendo de propiedad estatal, la empresa es una proveedora importante de los ingresos del estado noruego.

Si bien en su página web se informa que “nuestra historia en Chile se inicia en 2014”, Statkraft llevaba más de una década cuando en 2015 “adquiere los activos de la sociedad Empresa Eléctrica Pilmaiquen: la central hidroeléctrica Rucatayo, en operación desde 2012, y dos proyectos hidroeléctricos en el río Pilmaiquen: Osorno y Los Lagos”.

Ya en 2009, en un informe del Observatorio Ciudadano se detallan diferentes conflictos generados en Chile con comunidades mapuche por “las prácticas y estrategias de una empresa que busca explotar recursos hídricos, sin importar el entorno demográfico, social y cultural, y sin considerar que se emplazan en territorios indígenas y que poseen protección especial”.

“La empresa noruega levantó autoridades falsas, dividió todo el tejido social de las comunidades y utilizó nuestro sitio ceremonial como moneda de cambio. Se la ofrecía a gente que tiene precio, a dirigentes funcionales a la empresa y el Estado”, dice la machi Millaray, quien apunta que “nosotros desde el año 2009 levantamos la defensa del río Pilmaiquen, del territorio, de la biodiversidad, de los espacios sagrados y de nuestra gente. Eso nos costó la cárcel política y la persecución de nuestras familias. Por eso tampoco nos extrañamos del contingente policial ante nuestra reivindicación, porque es una práctica permanente como el Estado ha resuelto el tema mapuche y contra el territorio. Se está llevando adelante una política anti mapuche y de fuerte discriminación racial”.

Ngen Mapu Kintuante

“En el estudio presentado por la empresa se desconoce la presencia, y para qué decir la importancia del complejo ceremonial religioso en el que habita el Ngen Kintuante, espíritu tutelar del río Pilmaiquen, y de las familias mapuche del sector, como también de las familias mapuche de Mantilhue, emplazada aguas arriba del río Pilmaiquen, e incluso de las comunidades de San Juan de la Costa, de la costa de Osorno, las que desde antaño acuden al espacio ceremonial a solicitar permiso para la realización del Lepún, el ngillatun williche, (…) constituyendo una de las manifestaciones rituales más importantes de la cultura mapuche”, puede leerse en el informe, incorporado en la causa judicial, que redactó el historiador Martín Correa.

Para el autor del libro “El Despojo”, la desaparición del Kintuante “constituiría un ataque abierto a la religiosidad del pueblo mapuche williche, un atentado a la continuidad de sus prácticas rituales y un daño al patrimonio cultural de dicho pueblo, contraviniendo abiertamente la Ley Indígena 19.253, en la que se estipula que ‘es deber de la sociedad en general y del Estado en particular, a través de sus instituciones respetar, proteger y promover el desarrollo de los indígenas y sus culturas, familias y comunidades’”.

“La gente está revitalizada con el mismo Ngen Mapu Kintuante porque al momento de defenderlo él nos entrega conocimiento, nos entrega sabiduría, bienestar, todo lo que tiene que estar en equilibrio para que estemos bien. Desde hace más de 13 años nos hemos dedicado a sembrar la reconstrucción de nuestro territorio, un territorio que ha sido colonizado mentalmente y en la práctica ha sido robado, saqueado. Vivimos en reducciones, tenemos muchas cosas adversas, pero la gente está retomando lo que es el mapuche rakiduam, lo que es el mapuche moien”, dice la machi Millaray.

Para el Seremi de Los Ríos, Víctor Godoi, se trata de “un tema muy sentido e importante en la comunidad regional, un conflicto de muchos años que lleva distintos momentos e incluso declaraciones de tribunales de Chile que explican que este proceso está avanzando”.

Sin embargo, respecto al conflicto que generó con las comunidades la llegada de Statkraft, el abogado Juan Cristobal Grünwald Novoa dice: “Sé que una represa generó revuelo. No tengo mayores detalles. Es algo genérico. Puedo estar de acuerdo o no. Cualquier proyecto de cualquier naturaleza, inmobiliario o turístico, requiere estudios de impacto ambiental y consulta a las comunidades”.

Para el representante de la Multigremial del Sur el foco de conflicto es que “se instaló gente más del norte, de La Araucanía. Viendo dónde puede haber acogida para levantar a las comunidades locales que siempre han convivido en paz. Estas organizaciones casi criminales presionan a las empresas porque eso les va a dar algún beneficio”.

Dos fallos de la Corte Suprema

A fines de enero de 2022 la Corte Suprema acogió un recurso de protección a favor de la machi Millaray Huichalaf y de dos comunidades y ordenó a la Conadi avanzar en el proceso de reivindicación territorial que las comunidades estaban tramitando desde el 2011 ante el organismo. Basándose en el derecho nacional e internacional, la Corte consideró que tiene que ser el Estado y no una empresa quien restituya las tierras. De esta manera excluyó a Statkraft “cuya estrategia para poder dividir a las comunidades o familias y enfrentarlas, ha sido prometerles parte del complejo ceremonial donde está la casa del Kintuante”.

Por otra parte, la Corte Suprema también acogió un recurso de protección a favor de la machi Millaray Huichalaf y las comunidades Koyam Ke Che y Leufu Pilmaiquen Maihue y ordenó al Consejo de Monumentos Nacionales que abra un proceso de consulta indígena -al que se negaba- en relación a los hallazgos arqueológicos durante la construcción de la central Los Lagos. El consejo aún no ha abierto ninguna consulta.

Hallazgos arqueológicos

“Donde se está trabajando actualmente, río arriba, en la Central Los Lagos, en una zona de pocas hectáreas ya hay más de diez sitios arqueológicos identificados. Cada vez que se hacen trabajos e intervenciones en esa zona se encuentran restos, lo que demuestra que toda la ribera tiene ocupaciones antiguas”, explica Rodrigo Mera, uno de los arqueólogos que asesora a la comunidad. Y agrega: “Donde está la cancha de nguillatun, al lado del cementerio de Maihue, sobre el Ngen Kintuante y más abajo en una zona donde va la machi a buscar lawen también hay sitios arqueológicos, hemos encontrado restos cerámicos. Eso le da una profundidad temporal, este lugar a través del tiempo fue largamente ocupado. Y lo que está haciendo la machi y las comunidades que viven ahí cerca, al reivindicar este espacio es simplemente continuar con la tradición en la ocupación humana milenaria. Y eso va muy de la mano con esta defensa del territorio y esta recuperación del pasado, que apenas estamos empezando a conocer”

“La empresa los sacó del territorio y no sabemos a dónde los llevó. Incluso negó su existencia y luego de nuestra denuncia tuvo que reconocer que había encontrado restos. La empresa noruega dice que los restos no son relevantes, pero son los que demuestran la ocupación histórica de esas tierras. Son de los mismos lof que actualmente existen en la ribera del río Pilmaiquen y que fueron desplazados por el estado chileno”, dice la machi Millaray, quien reafirma que “acá existe una reivindicación legítima. Por eso nosotros estamos al interior del fundo, ejerciendo nuestro derecho de autonomía. Bajo el control territorial, independiente del Estado que esté, esta es una deuda histórica con las comunidades, y vamos a permanecer definitivamente”.

 


Versión de Statkraft Chile

Tras la publicación de este artículo, Statkraft Chile se comunicó con El Desconcierto para aclarar varias afirmaciones contenidas en la nota.

A continuación, se reproduce textual la respuesta de la empresa:

Hallazgos arqueológicos. La nota señala que Statkraft ha negado la existencia de hallazgos arqueológicos y que no se sabe dónde se encuentran. Esto no es correcto. Todo el proceso relativo al tratamiento de los hallazgos arqueológicos está claramente definido en la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) del proyecto Los Lagos. En la etapa de evaluación, consultores independientes especializados, analizaron más de 200 hectáreas y los 32 fragmentos de cerámica y piedra encontrados fueron entregados al Museo Histórico Juan Pablo II de Puerto Montt, conforme a lo que exige la licencia ambiental.

Todos los hallazgos encontrados durante la construcción de la central están en 17 sitios en el mismo terreno del proyecto; todos debidamente informados al CMN. Este material permanece en terreno y cuenta con el respectivo resguardo, señalización y prohibición de afectarlo con las obras, configurando áreas restringidas de intervención.

A esto se suma la implementación de un Plan de Monitoreo Participativo, abierto a toda la comunidad y las personas, para revisar y realizar seguimiento de los compromisos ambientales y sociales que se deben implementar durante la construcción del proyecto Los Lagos. El plan contempla tres paneles: Monitoreo de Calidad del Agua y Medio Ambiente; Monitoreo Socio Productivo Local y Monitoreo Arqueológico. Los participantes reciben capacitación que les permite manejar y evaluar la información de testeo y análisis.

La experiencia ha sido muy positiva, ya que permite entregar información directa a la comunidad del proyecto y de la forma en que se cumplen los compromisos ambientales definidos.

La empresa noruega levantó autoridades falsas, dividió todo el tejido social de las comunidades y utilizó nuestro sitio ceremonial como moneda de cambio. Statkraft Chile no ha realizado ninguna acción en el marco de esta afirmación.

La empresa reconoce la representación de todas las autoridades indígenas del territorio, sin distinción, ni predilección alguna, puesto que respeta las tradiciones y costumbres propias en términos de su dinámica, organización y autodeterminación para su elección y toma de decisiones.

Statkraft siempre ha buscado el diálogo abierto, genuino y transparente con todos los actores, en un marco de respeto para informar, consultar y buscar acuerdos y consensos que permitan una convivencia armónica en un territorio compartido, a este llamado y lógica de trabajo han respondido muchas personas, comunidades y organizaciones, por supuesto que algunas no están de acuerdo o no aceptan dialogar, lo que se reconoce y respeta como un legítimo derecho, pero frente a esta diversidad de posturas no es correcto afirmar que la empresa divide o daña el tejido social. Las diferencias o posturas entre comunidades, organizaciones y familias es algo natural que suele ocurrir y el mecanismo para resolver esas controversias es en la forma ancestral mapuche huilliche, sin injerencia alguna de Statkraft.

Tampoco es correcto afirmar que se ha utilizado el sitio de significación cultural del Señor Kintuante como moneda de cambio. Al contrario, Statkraft ha reconocido desde su llegada al territorio, el alto valor patrimonial e importancia para las comunidades por esa razón reconoce la existencia de este ser espiritual, su morada y el complejo religioso ceremonial donde se emplaza, por ello en 2016 decide detener y reevaluar el proyecto Osorno para no afectar de ninguna manera el sitio. Además, ha propuesto en repetidas ocasiones la restitución inmediata del terreno a las comunidades, sin condición alguna y bajo la forma jurídica y en los términos de administración que ellas decidan, sin embargo, estos llamados no tuvieron efecto y en enero de este año la Corte Suprema dictaminó que ese proceso debe desarrollarlo Conadi, sin participación de la empresa.

Los planes de generación de valor compartido y aporte local que se desarrollan en la zona han sido diseñados con la participación activa de las comunidades y bajo los ejes que ellos han definido.

Desconocer la presencia del complejo ceremonial en el que habita el Ngen Kintuante. La Morada del Señor Kintuante y el complejo religioso y ceremonial donde está inserto, es una de las demostraciones más viva de la espiritualidad Mapuche-Huilliche. Es ejemplo de la riqueza de un pueblo y al mismo tiempo, de la complejidad que representa para el mundo no mapuche poder entenderlo. El conocimiento adquirido por Statkraft Chile en los años de trabajo en la zona, la llevaron a reconocer el significativo valor cultural de la morada del Señor Kintuante.

Por lo anterior, la empresa comenzó en 2018 diversas gestiones para restituir el espacio territorial vinculado a la Morada del Señor Kintuante, puesto que esos terrenos eran parte de los activos adquiridos a la empresa anterior, definición que tiene como fundamento el reconocimiento de la existencia de un Ngen, así como la existencia de territorios y prácticas ancestrales. Actualmente, esta definición está en manos de Conadi, sin embargo, siempre ha sido el objetivo de Statkraft Chile la restitución con apego a los principios de apertura, indivisibilidad, intransferibilidad y sostenibilidad patrimonial, así lo hemos comunicado permanentemente a todas las comunidades de la zona, especialmente a las familias que mantiene viva la tradición del Lepun.

En la misma línea, la restitución de tierras, que ahora está en manos de la Conadi, debe ser un proceso en el que participen todas las comunidades que viven y que son originalmente de la zona, y no sólo a aquellas que se adjudican una representatividad que otras comunidades no le han otorgado.

Consulta Indígena. El 21 de noviembre de 2021, la Corte Suprema ordenó realizar una Consulta Indígena, proceso que está bajo la responsabilidad del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN). Cabe precisar que es necesario que el desarrollo de una Consulta Indígena, que aún no se ha iniciado, se realice involucrando a todas las comunidades que son parte del entorno del proyecto. Statkraft Chile espera que este proceso se desarrolle lo antes posible, con altos estándares, respetando e involucrando a todas las comunidades del territorio.

La nota señala que el permiso ambiental de dicho proyecto negaba la presencia ancestral de comunidades. Statkraft Chile ha reconocido la presencia de comunidades indígenas en el marco de los proyectos hidroeléctricos de pasada (no represas) Osorno y Los Lagos.

La Resolución de Calificación Ambiental de Los Lagos -RCA de 2009 anterior a la llegada de Statkraft-, puntualmente en la Adenda 1, amplía la caracterización, identificando comunidades Mapuche – Huilliche cercanas al área de influencia del proyecto.

Además, en el área de influencia del proyecto Los Lagos, Statkraft Chile ha identificado al menos ocho comunidades indígenas, y 25 comunidades en total considerando el área de influencia del proyecto Osorno (iniciativa que no está en construcción). Statkraft Chile mantiene relación directa y armónica con la mayoría de estas comunidades. Sólo dos comunidades -la Comunidad Indígena Koyam Ke Che (formada en 2015) y la Comunidad Indígena Leufu Pilmaiquén Maihue (formada en 2011), han seguido la vía judicial.

Cementerio mapuche y afectación de proyecto Osorno. No es efectivo que el diseño del proyecto hidroeléctrico Osorno haya tenido afectación sobre el cementerio de Maihue, que es parte del complejo religioso ceremonial. En 2016, Statkraft tomó la decisión de no continuar con el proyecto Osorno como estaba diseñado originalmente, porque la zona de embalse del proyecto afectaba la terraza adyacente al río Pilmaiquén al menos 30 metros más abajo de donde se sitúa la terraza que alberga la morada y el cementerio, donde se sitúa el sitio ceremonial del Señor Kintuante, de alto valor cultural para las comunidades Mapuche-Huilliche.

Statkraft inició sus operaciones comerciales en Chile en 2014, y no en la fecha que señala la publicación.

Prácticas y estrategias de una empresa que busca explotar recursos hídricos, sin importar el entorno demográfico, social y cultural. Esta afirmación también es incorrecta y sin fundamento. La política de Derechos Humanos y las directrices en materia de sostenibilidad determinan el accionar de Statkraft en materia de relacionamiento con las comunidades. Para abordar la relación con las comunidades, Statkraft conformó un equipo interdisciplinario de profesionales y con amplio conocimiento de la cultura local, lo que le ha permitido profundizar en aspectos antropológicos y socioculturales del territorio. Además, el equipo de relaciones comunitarias -que está en terreno de forma permanente- despliega, desde 2017, una serie de acciones de relacionamiento con las comunidades en ámbitos culturales, sociales y de formación.

 

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