Danilo Díaz y los Panamericanos: “Santiago no puede seguir funcionando como un villorrio”

“Solo lo sabremos ahí”. Así responde el destacado periodista deportivo y presidente del gremio, Danilo Díaz, cuando se le consulta si el país está o no preparado para ser sede de los próximos Juegos Panamericanos a realizarse entre el 20 de octubre y el 5 de noviembre.

En conversación con Manos Libres en El Desconcierto, el periodista analiza la serie de factores sociales, políticos, sanitarios y de gestión, durante los últimos años, que han perjudicado la adecuada organización de esta justa deportiva que va a convocar a cerca de 10 mil atletas y un universo total de asistentes que puede alcanzar las 40 mil personas.

Para Díaz, este importante hito deportivo de fin de año es “el mayor esfuerzo de Chile, en cualquier ámbito, desde el Mundial de 1962”. Pero una de las problemáticas radica en que en esta oportunidad la responsabilidad recae exclusivamente en el Estado, sin la participación de los sectores privados, a diferencia de lo que ocurrió, por ejemplo, con el certamen futbolístico.

“Chile tuvo el mérito de organizar ese mundial con el mayor terremoto de la historia entremedio, el de 1960. Eso implicó que, debido al estado en que se encontraba el país en ese momento, el Presidente Jorge Alessandri Rodríguez siguió con ese proyecto -que se había ganado en 1956 durante el mandato de Carlos Ibáñez del Campo-, pero de manera público-privada. De hecho, por ejemplo, en la sede de Rancagua el estadio era de la Braden Copper Company, que era la dueña del mineral de El Teniente, y en Arica participó la Junta de Adelanto, que era una organización de la vida civil de esa ciudad. Entonces, la diferencia es que ahora es el Estado es el que está fuertemente involucrado porque es el que pone la infraestructura”, indica.

“Seguimos parchando el Estado Nacional”

Más adelante, el también Premio Nacional de Periodismo Deportivo detalló las múltiples complejidades que se han dado en esta oportunidad para una óptima planificación de estos juegos.

“Esto se ganó bajo el gobierno de Bachelet 2 y se tuvo que trabajar en el gobierno de Piñera 2 y al que le toca la última etapa es al Presidente Boric. Entonces, son tres administraciones, y en la segunda hubo mucha demora en un inicio porque la ministra del Deporte de ese momento, Pauline Kantor, no tuvo una buena relación con Miguel Ángel Mujica, quien es hasta el día de hoy el presidente del Comité Olímpico de Chile y forma parte de la Corporación Santiago 2023. El punto de fondo fue que, a juicio de esa ministra, el Estado de Chile era el dueño de los juegos, pero la razón la tenía Mujica en el sentido de que estos JJ.PP. son de Panam Sport, que tiene un presidente chileno que es Neven Ilic”, señala.

En este contexto, subraya que a raíz de ese conflicto “se demoraron más de un año en la creación de la Corporación Santiago 2023, y el tiempo empezó a pasar. Y cuando comienza a trabajar la corporación en el 2019 llega el estallido social y se paralizó todo. Todos sabemos lo que pasó con la vida pública en ese momento, y a eso hay que sumar que en marzo del 2020 llega la pandemia, la que tuvo detenido al país hasta junio o julio del 2021 aproximadamente. Entonces, se produjo en desfase y un problema gigantesco en cuanto a las licitaciones, las adjudicaciones, incluso las definiciones. En todo este tiempo Santiago 2023 ha tenido tres presidentes ejecutivos, lo que implica que van cambiando las manos, llega nueva gente, etc”.

“Al final, la infraestructura pasó a depender mucho del Estado Nacional que es el gran recinto donde se van a desarrollar los juegos. Respecto a las demoras, va a haber que ver después políticamente a quién se le pasa la factura. Pero hoy, en términos objetivos, es que hubo un atraso sustantivo en la construcción de los recintos y hubo malas decisiones en relación a lo mismo. Por ejemplo, dónde se iba a realizar la gimnasia, que necesita una cierta altura, o el centro acuático, que requiere de una ingeniería de alto nivel, ha habido retrasos. Y recién ahora (en enero) se comienza a construir ese centro”, enumera.

Para Díaz, “el punto es que Chile no aprovechó como país la posibilidad de construir un nuevo gran recinto (deportivo) para Santiago, un recinto para 80 mil personas, todas sentadas, con toda la infraestructura, con las necesidades que tienen hoy día la televisión y las marcas para poner su branding y sus imágenes, en fin. Eso no se hizo y seguimos con el Estado Nacional que, en el fondo, solo se va parchando. El deporte, en rigor, siempre ha estado en segundo y tercer lugar en la agenda y las prioridades (del país)”, añade.

“¡Es una empresa gigante!”

En otro sentido, el periodista apuntó a un aspecto que provocó gran controversia con los canales de televisión y que fue recientemente zanjado.

“Hubo un autogol que cometió la corporación que al final lo resolvieron, con la adjudicación a dedo a TVN de los derechos de transmisión. Ahora se va a hacer una licitación y la idea es que puedan transmitir todos (los canales), pero además ahí hay una cuestión operativa, hay muchas pruebas que son en simultáneo y ¿cómo transmites tú eso a través una sola señal? Ahí tiene que haber un pool que debe estar organizado”, comenta.

Sin embargo, eso no es todo respecto a los atrasos en la organización, como lo indicó el profesional. “Aún se tiene que resolver qué agencia se va a encargar de la cobertura y de los contenidos de los juegos, desarrollar la página web, servicios fotográficos, etc. O sea, ¡es una empresa gigante! Es un evento al que van a venir al menos ocho mil atletas. Viene, por ejemplo, la delegación de Estados Unidos, la de México, Canadá, Cuba, etc., que son equipos muy grandes y, además, como se disputa en octubre y noviembre, son juegos que van a tener clasificación en muchas disciplinas para los Juegos Olímpicos de París 2024, por lo tanto (son juegos) que van a tener un muy alto nivel. Me contaba gente del Comité Olímpico que la delegación de Estados Unidos ya tiene reservado el Hotel Intercontinental un mes antes, en septiembre, para prepararse, así se preparan los gringos. Es decir, se trata de un evento muy grande”, sostiene.

La oportunidad de la reactivación

En relación a la fecha en que se van a inaugurar los Juegos Panamericanos, que va a coincidir con el tercer aniversario del estallido social, así como con el desarrollo del nuevo proceso constituyente y una eventual crispación en el clima nacional, Danilo Díaz advirtió que se trata de un tema que las autoridades deben tomar muy en serio.

“Es que ese va a ser un gran tema, el Estado va a tener que garantizar la seguridad, no solamente para los que vienen, sino que para todos. Porque, al final, un grupo de pelafustanes que se creen dueños de la ciudad y son los que definen lo que hay que hacer… para mí me resultó inaceptable que 200 a 300 tipos estuvieran prácticamente todos los viernes y se tomaran la zona de Plaza Italia y le cambiaron la vida a todo un barrio. En cualquier país del mundo te vas preso. Una cosa es la protesta legítima que nosotros, por nuestra edad, sabemos cómo fue en dictadura…pero en ese tiempo no se destruían monumentos, por eso tenía legitimidad. Ojalá (la violencia) no pase ahora”, asegura.

Junto con ello, el periodista mostró una visión optimista sobre el tema de la seguridad. “Va a haber mucha seguridad privada, muchos de estos guardias están un paso superior a los que conocemos tradicionalmente en los recitales, y va a haber mucho personal de Carabineros desde regiones”, añade.

En lo referente a la oportunidad de reactivación económica para algunos sectores del entretenimiento durante el desarrollo de los Juegos Panamericanos, Danilo Díaz sentenció que, para aprovechar esos eventuales beneficios, Santiago tendrá que adaptarse a las circunstancias.

“En cuanto a la hotelería, no va a haber camas disponibles para ese periodo, las reservas ya están más o menos tomadas. Por ejemplo, una cadena como TV Azteca o Televisa van a venir con 50 personas cada una, O Globo lo mismo, o las cadenas estadounidenses que siempre siguen a sus deportistas. Yo creo también que va a reactivar mucho al sector gastronómico”.

“Pero hay aquí otro detalle súper importante -acota. Santiago, para poder enfrentar una competencia como esta, no puede seguir funcionando como un villorrio. Es una ciudad donde a las 22:00 horas cierran las cocinas de los restaurantes, cosa que antes no ocurría…y no sé si solo por seguridad. Entre otras cosas porque hay menos transporte público, muchos lugares los sábados en la noche cierran más temprano porque si se pasan al domingo tienen que pagar doble remuneración y además tienen que darle un día más al personal, por lo tanto, a las once de la noche ya se van todos, eso ocurre en varios (restaurantes)”, indica.

“Entonces, yo creo que hay que adaptar otra vez la ciudad. Aquí tiene que haber un impulso para generar que los bares, los restaurantes, el transporte público opere mucho mejor. Por ejemplo, a la gente que trabaja con las aplicaciones, como Uber, etc., les va a ir muy bien, van a tener mucho trabajo, va a haber merchandising, en fin, ¡esto va a generar movimiento! Pero esto necesita una conducción”, finaliza.

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