Avisos Legales
Reportajes

Renata Juica y los 50 años del Golpe: “Me parece cobarde como lo están abordando”

Por: Claudio Pizarro | Publicado: 08.08.2023
Renata Juica y los 50 años del Golpe: “Me parece cobarde como lo están abordando” |
La abogada de Londres 38 es nieta de un detenido desaparecido y parte de una trama intergeneracional de víctimas históricamente invisibilizadas. Forma parte de una joven camada con formación en derechos humanos que ha aprendido a levantar la voz tal como sus madres y abuelas. «No ha existido ningún intento de un gobierno serio por terminar los pactos de silencio de las Fuerzas Armadas y los cómplices civiles», dice.

Ha cargado la foto de su abuelo en el pecho, Mario Juica Vega, y desde hace dos años también su apellido, que ahora ocupa en primer lugar.  Es una señal de gratitud hacia quien fuera  presidente de los obreros municipales de Renca, detenido el 9 de agosto de 1976. Un hombre que si bien no conoció, considera parte fundamental en su vida. “Todo lo que él representa sigue guiando mi camino”, dice.

Renata asegura que su abuelo no quiso irse al exilio, pese a la insistencia de su esposa y que esa decisión  terminó marcando el destino de su familia. El militante comunista fue detenido finalmente en las inmediaciones de la Plaza Ñuñoa y luego trasladado a Villa Grimaldi donde se le perdió la pista. 17 años después nació Renata.

-¿Cuándo empezaste a entender qué había pasado con tu abuelo?

No podría definir un momento en que me lo hayan contado, sino fue algo que siempre estuvo presente. Al contrario de otras mujeres que soportaban el tema diciendo que el papá había viajado, mi abuela siempre fue con la verdad por delante.  Obviamente, cuando era chica, me lo explicaban de otra forma: que lo habían matado por pensar diferente.  Además, siempre participé en los actos de la agrupación, en las romerías, en la calle. Siempre me llevaban a todos lados.

-Lo percibiste con ojos de niña, en el fondo.

Es que siempre fue muy natural. Yo creo que me percataba de lo chocante que podía ser cuando mi abuela se lo contaba a alguien que no era de nuestro círculo. “La triste historia”, como le llamamos nosotros con ironía. Cuando decía que se había quedado sola con cinco hijos y sin tener una profesión. Ahí yo empecé a darme cuenta de lo impactante que era todo.

-¿Eso influyó en tu elección profesional?

Antes de entrar a la universidad me pregunté cómo era posible que después de todos estos años, mi abuela no sepa nada sobre el destino final de mi abuelo. En el fondo fue darme cuenta de la injusticia vital que sigue viviendo hasta el día de hoy. Yo creo que esa impunidad motivó mi decisión. Porque, además, quería ser abogada de derechos humanos. Al final me terminé especializando en derecho penal, que igual está muy vinculado a los derechos humanos.

-¿Cómo se construye la imagen de un detenido desaparecido siendo una niña?

Bueno, lo que sí sabemos es que pasó por Villa Grimaldi. Yo estuve ahí siendo una niña, jugando con una prima donde encerraban a los prisioneros, era un lugar macabro pero yo lo veía con la naturalidad de una niña. Al principio, obviamente, la idea era encontrar a mi abuelo, pero desde que tengo conciencia siempre hubo certeza de que no estaba vivo. Y esos rituales que toda la gente tiene con sus muertos, nosotras los reemplazamos con ir a las manchas el 11 de septiembre. Siempre íbamos con mi mamá a ver el memorial y yo siempre buscaba su nombre. Creo que mi mamá y mi abuela, más que generar un proceso de búsqueda, se concentraron en buscar castigo para los culpables.

Renata Juica

Estrategias de sensibilización

– ¿Cuál es para ti la deuda histórica de los gobiernos democráticos en materia de derechos humanos?

A ver, ¿por dónde partir? Desde un punto de vista legal, el Estado tiene la obligación de establecer garantías de no repetición. Y eso es algo que ningún gobierno ha logrado cumplir. Ahora el avance del discurso negacionista y la apología de la dictadura, que no habría ocurrido si los gobiernos hubiesen establecido políticas de educación en materia de derechos humanos, sobre todo en este contexto de los 50 años. No se ve un real compromiso de llevar a cabo políticas serias que garanticen el «nunca más». Y lo que para mí es fundamental: no han existido intentos de ningún gobierno serio de terminar los pactos de silencio de las Fuerzas Armadas y los cómplices civiles.

-A propósito de esto mismo, Gaby Rivera aseguró que pese a las solicitudes realizadas a Maya Fernández, no se había juntado con la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos. ¿Cómo ves esta situación?

O sea, me parece inaceptable, increíble. No entiendo cómo siendo una ministra de izquierda, nieta de Allende, no se haya reunido con la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, sobre todo porque el ministerio de Defensa tiene un rol fundamental. Para nosotros, como familiares, ya ni siquiera llega a ser decepcionante.

-Es curioso que suceda, además, en el contexto de un Plan Nacional de Búsqueda…

He ido a las presentaciones que está haciendo el ministerio de Justicia del Plan Nacional de Búsqueda y reconozco que en esta instancia se ha visto un acercamiento con las agrupaciones de familiares. Se nota que los han intentado integrar, pero es cierto que por un lado hacen eso y, por el otro, las instituciones responsables de la dictadura y de las atrocidades cometidas aún están en silencio. Es verdad que Maya Fernández no los puede obligar a hablar, pero existen otras estrategias que se pueden intentar.

-¿Cómo cuáles?

Estrategias de sensibilización y formación en derechos humanos dentro de las Fuerzas Armadas. Yo no digo que todos los militares sean genocidas, pero evidentemente hay una cuestión identitaria que se transmite a los nuevos miembros y que se conoce como lavado de cerebro. Entonces esta era la oportunidad de intentar cambiar esa mentalidad al interior de la institución. Y eso no se ha hecho porque no se atreven y existen poderes fácticos que probablemente están operando ahí.

-Pero sí se ha avanzado en el tema de los sitios de memoria en espacios militares…

No solo me parece bien que existan estos sitios, sino que es necesario que los integrantes de estas instituciones vean lo que se hizo en su interior. A eso me refiero con las estrategias de sensibilización, pero si el ministerio de Defensa no recibe a la agrupación, ¿entonces cómo?

-A propósito de esto, ¿cómo has percibido en tu calidad de abogada de derechos humanos, la conmemoración de los 50 años del Golpe?

Me parece muy torpe y cobarde como lo están abordando. Cobarde en el sentido de querer dejar atrás el pasado y buscar prácticamente la reconciliación. Ese es el relato que estaba instalando Patricio Fernández y que el Presidente quiere mantener. Me parece que es una burla a los familiares, a la izquierda, a los compromisos políticos de este gobierno, a su discurso, a su relato, a todo. Lo mínimo que podrían haber hecho es hacer esto bien y haber incluido desde un principio a las agrupaciones de familiares o al menos una persona vinculada. Un nombre que generara confianza.

-¿Te pareció inapropiada la llegada de Fernández?

Totalmente, cómo es posible que para el Presidente sea más importante poner a su amigo personal que el respeto a las agrupaciones de familiares; sobre todo en una fecha tan importante como esta.

-No ha sido el único con discrepancias al respecto, Frei comentó que no va haber una verdad oficial, invitando a mirar hacia el futuro.

Me parece un comentario totalmente fuera de perspectiva, porque sus palabras como expresidente son más relevantes que las de cualquier personero político. Me parece brutal lo que dijo, porque su sector también sufrió los embates de la dictadura. Nosotros lo único que queremos es poder mirar adelante, pero cómo lo vamos a hacer si todavía no sabemos qué pasó. Todavía los culpables caminan por las calles. No solo los militares sino también civiles.

-Warnken, otro civil influyente, habló de cerrar el duelo.

Es bastante similar a lo que dijo Frei y demuestra una desidia total con el dolor de las víctimas de la dictadura ¿Cómo vamos a cerrar un duelo si ni siquiera sabemos si los lanzaron al mar, murieron torturados o los tiraron al desierto? Cualquier persona que vive un duelo, tiene la posibilidad de ir al cementerio a recordar a su ser querido. Nosotros no tenemos nada de eso.

-Pero una cosa es tener una opinión al respecto y otra cosa es negar los hechos, ¿qué piensas de esta oleada de negacionismo de la derecha más dura, quienes incluso han justificado el golpe militar?

Me parece muy grave, pero no es un fenómeno que ocurre solo en Chile. Hay un nuevo auge de los pensamientos totalitarios, pero lo atribuyo a la falta de compromiso y voluntad política de establecer garantías de no repetición. Y para evitar este tipo de discursos se usa la educación, no la censura. En países como Alemania el discurso negacionista está penalizado y acá no hay voluntad política de avanzar hacia una legislación así. El avance de estos discursos es brutal y muy decepcionante.

-¿Tienes esperanza en el Plan Nacional de Búsqueda anunciado por Boric?

Si bien es cierto este año se ha avanzado en resolver causas que estaban estancadas desde hace tiempo, aún hay muchos jueces que tienen una actitud que no corresponde con los crímenes de lesa humanidad y en cómo deberían ser investigados, porque todavía los siguen investigando como delitos comunes.

-Tal como sucedió hace pocos días con la sentencia de tu abuelo.

Sí, la condena de la Corte Suprema salió el viernes y fue concebida como secuestro calificado. Como familia estamos bastante choqueadas con la sentencia, porque se rebajaron condena de algunos criminales de 20 a 15 años. Eso nos parece tremendamente revictimizante y de una impunidad que nos sigue atacando. Todo es parte de una desidia institucional totalmente arraigada en el país. Entonces, si el Plan de Búsqueda no incluye eso de manera seria y decidida, enfrentando a la Corte Suprema incluso, es difícil. A mí el tema del presupuesto del plan también me genera cierta inquietud, porque sí hubo sectores de ultraderecha que intentaron quitarle financiamiento a los sitios de memoria, no me sorprendería que este año pase algo similar con el Plan de Búsqueda.

-¿Es mejor no tener esperanza?

O sea, no sé si tanto. Suena demasiado triste. Creo que hay que luchar hasta el final siempre. Pero, evidentemente, no se puede evitar cierto escepticismo.

Déjanos tus comentarios
La sección de comentarios está abierta a la reflexión y el intercambio de opiniones las cuales no representan precisamente la línea editorial del diario ElDesconcierto.cl.