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Sociólogo y golpe militar: “Trauma transgeneracional es inconsciente y heridas se traspasan”

Por: Mario Gutiérrez | Publicado: 30.08.2023
Sociólogo y golpe militar: “Trauma transgeneracional es inconsciente y heridas se traspasan” Julio César Carrasco. | Diseño El Desconcierto:
«Nos decíamos -cuando alguien se iba para la casa, `cuídate´ y ese ´cuídate´ es muy de ahí, de ese momento, reflexiona Julio César Carrasco, especialista en estrés postraumático, en entrevista para el programa Manos Libres. El mismo que sostiene que lo ocurrido el 11 de septiembre de 1973 “aún está tibio”. ¿Cómo enfrentarlo?: “vivir los duelos” de lado y lado con “respeto y dignidad”, dice como único camino para pensar el “Chile futuro”.

En medio del clima crispado y -altamente polarizado ante la próxima conmemoración de los llamados ´50 años´-, en el espacio Manos Libres junto a El Desconcierto quisimos abordar la fecha desde una perspectiva distinta.

Más allá de tener la opinión -bastante predecible a esta altura- de uno u otro sector político, recurrimos al sicólogo clínico y experto en estrés postraumático Julio César Carrasco para obtener una mirada más amplia y de corte profesional en torno a las repercusiones que ha arrastrado a lo largo de estas décadas ese momento de la historia del país y de cómo poder superarlas.

Al respecto, el especialista en Sicología Social profundizó en lo que se denomina el Trauma Transgeneracional y que, en este caso, ha transitado en la ciudadanía con consecuencias sociales, económicas y también emocionales de manera transversal sin tener a la vista soluciones para los segmentos etarios actuales. Aquí su análisis, diagnóstico, proyecciones y sugerencias.

Un antes y un después

“Veamos a Chile como una persona, eso es lo que hace la psicología social, que estudia los fenómenos de los grupos humanos. Y, en este sentido, el golpe de Estado de 1973 tiene consecuencias profundas respecto a la identidad nacional de nosotros, los chilenos, porque representa una ruptura histórica, política y social, genera una división un antes y un después entre partidarios y opositores al régimen militar que le deviene también el golpe de Estado. Implica una pérdida de valores democráticos que es como el gran corte».

«Antes había habido otras instancias, como 1891, pero este nivel de ruptura absoluta en la democracia no la conocíamos los chilenos por lo que nos dicen nuestros padres. Hasta ese momento éramos una democracia incólume en Sudamérica, una de las más antiguas de los nuevos tiempos modernos, y justamente es un cambio de época porque se acaban los 60 de alguna manera. Mayo del 68 fue la gran revolución ideológica del mundo, se hicieron los grandes cónclaves del pensamiento, la Escuela de Frankfurt, el pensamiento crítico, todo un molde, toda una dimensión, el psicoanálisis europeo, todo un existencialismo, Paul-Michel Foucault, mayo del 68, el Prohibido Prohibir, etc.”.

El “cuídate”

“Pasan un par de años, en que Chile era la Meca, teníamos un premio Nobel comunista. O sea, estábamos en el foco, éramos la gran bebé del primer país que había logrado el experimento en democracia de la revolución con vino tinto y empanada y ¡cambia esta cosa!»

«Entramos a los 70 con este golpe, con un cambio tan fuerte, una herida, un trauma de época que nos lleva también a otra forma de vernos. A una forma en que nos miramos los unos a los otros y nos distanciamos, no teníamos confianza».

«Nos decíamos -cuando alguien se iba para la casa, y todavía quedó mucho – ´cuídate´, cuando uno se despide en Chile uno dice ´cuídate´ y ese ´cuídate´ es muy de ahí, de ese momento, de ahí proviene digamos”.

Los que estaban

“Hay que separar dos cortes, los que vivieron el golpe y los que no lo vivieron, y se los contaron. Los que vivieron el golpe del 73, en general son generaciones que vivieron una memoria más personal porque ellos tienen un relato, una historia con relación a ese hecho. Yo dónde estaba, dónde estabas, esa es la gran conversación que hemos escuchado en todos nuestros hogares. Es una historia personal, no es algo de un libro, es una historia emocional y que te involucra de alguna manera, porque tú sabes que algunos amigos y conocidos eran de un bando, del otro o de ambos, que incluso dejaron de verse. Hay personas que dejaron de ver a sus seres queridos y nunca regresaron y así la ven esas generaciones que sí lo vivieron”.

Traumas heredados

“En cambio la generación del Presidente Boric, por ejemplo, tienen una memoria más distante, más racional e informada, ahí fue transgeneracional. En ese sentido, si para los que vivieron la experiencia esta fue violenta, agresiva y definitiva, claro que hay una experiencia transgeneracional. En este tipo de traumas, si yo me salvé de una circunstancia de peligro máximo, yo tengo que enseñar ese aprendizaje a las siguientes generaciones y si me salvé mediante el trauma de ese aprendizaje le voy a enseñar al otro que cuando pasen tales y tales cosas tema por su vida y corra, haga esto haga lo otro».

«El trauma se hereda de dos formas, se hereda de una manera epigenética a través de los de los genes. Esto está estudiado porque hay más estresores, hay neuronas que están más activas en la mamá embarazada, etc., pero también se hereda desde la historia, desde lo social, desde cómo me lo cuentan a la hora de almuerzo y todo lo demás, Y se va heredando, así como una enseñanza como un aprendizaje de supervivencia”.

Memoria colectiva

“La memoria colectiva es el conjunto de los recuerdos compartidos por un grupo social que le dan sentido de pertenencia y de identidad a ese grupo. Por ejemplo, cuando uno se junta con los compañeros de colegio y uno dice ´oye, el no sé cuantito…´ ´y te acuerdas del día en que la profesora dijo tal cosa´ y nos cagamos la risa. Bueno, esa es memoria colectiva, o el día que Colo Colo ganó la Copa Libertadores o la Sudamericana, por ejemplo. Todos nosotros nos emocionamos cuando cantaron por primera vez el Himno Nacional A Capela los chiquillos de La Roja».

«La memoria colectiva se forma a través de procesos sociales, culturales y políticos que seleccionamos que interpretamos y que transmitimos. Es dinámica, no es estática y se va transformando de acuerdo al contexto y las necesidades que el presente te va dando”.

Allende y los gay

“No es lo mismo para los millennials, como el Presidente y su generación, interpretar los hechos sucedidos hace 50 años en nuestro país que para alguien que no sea de esa generación porque tienen formas y contextos distintos. De hecho, ahora salió una publicación respecto a que había violencia de género en ciertos partidos de izquierda en ese tiempo y que también que el Partido Comunista era homofóbico, o que el mismo presidente Allende tenía una tesis para titularse, que era para sanar la homosexualidad. Entonces son conceptos que están hoy día desde la identidad de género que en ese tiempo no se habría visto jamás, no estaba en el mapa mental del contexto de esa memoria colectiva, por eso que es dinámica”.

El Golpe está tibio

“Nunca vamos a encontrar la síntesis de la historia, no vamos a encontrar nunca al historiador que nos deje tranquilo. De hecho, fue un gran problema poder ir escribiendo la historia de Chile, no se contaba entera, llegaba hasta cierta época, hasta cierto año y eso era algo que uno normalizaba de niño. Pero a medida que va pasando el tiempo esas cosas perdidas se van incorporando, y ojalá pudiéramos ver esto desde una gran distancia para ver cómo se va a evaluar, hoy día todavía (el tema del Golpe) está tibio. Entonces el trauma trance generacional, como les comentaba, se transmite de distintas formas de mecanismo biológico a través del ADN y también relacionados con la respuesta al estrés, y también psicológicamente a través de la influencia de las historias que me cuentan y los comportamientos de los padres a los hijos. Claro que nos afecta el trauma del 73 hoy día en el 2023 y sigue pasando».

«Yo puedo decir respetuosamente que, en clínica, pacientes todavía me refieren problemáticas por el 73, ¡pacientes que no vivieron ese año!, pero que lo siguen viendo transgeneracionalmente porque algo pasó con la historia de sus predecesores, y de ambos bandos”.

Herida se traspasa

“Este evento del 73 tenemos que declararlo psicológicamente como un evento traumático que afectó a miles de personas directa e indirectamente. Acá hubo violencia política ejercida por la dictadura militar y este trauma tuvo consecuencias físicas, psicológicas y sociales. Y cuando decimos física, lo decimos porque, aunque no te haya tocado a ti directamente, te tocó porque sentiste miedo porque sentiste que no podías salir de la casa, porque tenías que quedarte a resguardo. O sea, tu cuerpo te dijo ´quédate, cuida a los tuyos´».

«El trauma parte del cuerpo, sigue la emoción y después siguen los pensamientos, las ideas, y aquí fue provocado por esta causa y no sólo nos afecta como individuo, sino que también a los grupos sociales, a los barrios. Hay barrios que son insignias, por ejemplo, Villa Francia, donde hasta el día de hoy los chicos siguen protestando».

«Uno podría plantearse que protestan algunas veces (por algo de ellos), pero muchas veces también están actuando como lógica desde sus padres y abuelos. Se traspasa la herida y esto no es consciente».

«El trauma transgeneracional es inconsciente, ´yo me activo, me enseñaron de manera más pura, me lo pasaron en los genes o me lo traspasaron socialmente a través de los relatos de la tribu que venía el Mamut o que venía el diente de sable. O sea, yo sé que, si veo tales características, yo me activo y siento miedo, rabia, no sé por qué, pero lo hago”.

“Tiene que vivirse”

“Fue un cambio epocal brusco, muchas personas venían con un proyecto de vida, un proyecto de vida político ideológico, laboral, etc. Algunos estudiaban afuera, otros estaban en Chile, otros estaban en el campo, con la reforma agraria a otros les quitaron los terrenos, etc. Por lo tanto, cada uno también tuvo que hacer un duelo, un duelo material, un duelo físico, un duelo económico, un duelo laboral, en fin».

«Aquí se cerraron instituciones sociales importantísimas que dejaron de funcionar y que se abrieron muchos años después, pero también está el duelo emocional, y los duelos tienen que hacerse, ¡tienen que vivirse, tienen que experimentarse! Cuando no se pueden experimentar porque no me está permitido hacerlo porque me voy a exponer ese duelo, no se hizo, no se sanó”.

“¿En qué momento?”

“El gran psiquiatra Ricardo Capponi escribió -justamente a propósito del 73- que nos faltaba terminar de hacer el duelo y acá no se pudo hacer bien. ¿Y por qué no se pudo hacer?, por la ambigüedad. No tenías certeza de quién estaba al frente, no había confianzas, vivías en clandestinidad, tenías que subsistir. Por otra parte, ha estado la polarización, las personas se enfrentaban con ideas opuestas como pasó para el estallido social en que muchos dejaron de hacer amigos. Y también está el hecho de que se prolongó mucho en el tiempo ¡17 años! Entonces, ¿en qué momento?, ´ya no lo hice, me cambió la vida’,

Valor de la democracia

“Luego llegaron los locos años 80 con todo este cambio también que trajo el golpe militar, que era este neoliberalismo que no conocíamos en este país pobre… llegaron los Hyundai y la gente almorzaba con whisky, a 39 pesos estaba el dólar, en fin. Entonces ¡fue otro mundo! y para el duelo se requieren algunas características. Principalmente, hay que recuperar y perseverar la memoria histórica de las víctimas de los familiares, hay que reparar integralmente a esas víctimas, hay que promover el diálogo y el perdón entre los chilenos».

«Algo que nos falta mucho es respetar la diversidad de opiniones, no hay que encontrarse con una idea única, hay que respetar las divergencias y las opiniones que hacen un Chile, buscando puntos de encuentro. También fomentar la participación ciudadana y la educación cívica, algo en lo que estamos totalmente al debe, porque así entenderíamos el valor de la democracia y de ciertos valores que nos unen a todos y nos unen a nuestro país desde sus orígenes, así como condenar, pues por supuesto, siempre las violaciones a los Derechos Humanos cometidas en esta época y sancionar a los responsables”.

Decadencia, tontería y sanación

“Vivimos en esta decadencia que tenemos hoy donde lamentablemente la política está en esta pelea chica, que no tiene esta mirada de altura. Esa mirada que sí la tuvo Nelson Mandela en Sudáfrica o la que tuvo Alemania cuando se unió y dijo ´bueno, aquí hay que entrar realmente a trabajar en nosotros´. ¡Lo ha hecho tres veces Alemania y miren dónde está! Hay otros ejemplos, España también lo ha hecho más o menos bien. Creo que a nosotros nos falta, la verdad, bajar un poquito la tontería y trabajar en el largo aliento, trabajar seriamente en sanar”.

Drenar en familia

“Cuando se habla de dar vuelta la página, la respuesta mía es no darla vuelta. Yo creo que es incorporar la página en el libro. Yo creo que eso es algo que tenemos que terminar de hacer e incorporar la página, no olvidándola, sino recordando con respeto y dignidad a las víctimas y construir una sociedad más democrática, solidaria y pacífica. Dependiendo donde te encuentres, pero da lo mismo donde estés, porque en el fondo, son valores compartidos, y si logramos hacer eso, creo que podemos contribuir desde nuestras casas a avanzar, a ir soltando de una manera distinta. No olvidar, sino recordando con respeto y dignidad los sucesos que ocurrieron, cómo los vivimos en esta familia de una forma en que no se vaya generando otro trauma transgeneracional».

«Dialogar con nuestra familia, con nuestros amigos y vecinos sobre el tema creo que siempre es válido, es bueno abrir estos espacios de confianza, compartir experiencias, opiniones y sentimientos. Es un poco drenar cosas que estaban ahí ocultas y guardadas que a veces deben salir. También participar en actividades culturales, educativas, sociales que conmemoren -desde donde yo me encuentro- pero que tengan altura de mira, sino con respeto. Nos juntamos los que estábamos ese día (11 de septiembre de 1973), o los que queremos juntarnos, apoyar a organizaciones de Derechos Humanos, tener una visión pro DD.HH. y valorar y respetar el pensamiento y la creencia de identidad que existe en nuestra sociedad, y en que acá hay un Chile de futuro”.

Chile 2050: jóvenes sanos

“Por ahí anda dando vuelta una idea bien revolucionaria, me gusta esto, en que se juntaron estos dos caballeros (Joaquín Lavín y Alberto Mayol), de distintos bandos, mayores, pero pensando en el Chile 2050. Yo he tenido la oportunidad de viajar por otros países y siempre he visto algo que he admirado, he tenido amigos politólogos también y me dicen: “China, Inglaterra, Estados Unidos, Francia son países que se piensan a 20, 30, 50 o 100 años ´ ¿dónde queremos estar? ´».

«China hace unos años dijo ´nosotros queremos ser el 2022 el peak de la cumbre tecnológica´ ¡y lo lograron! Inglaterra también se puso ciertas metas y las logró.  Por lo tanto, hay que mirar hacia adelante, hay que ver este nuevo Chile, tenemos que ir para allá y pensar en estas nuevas generaciones que ojalá crezcan lo más sanas, sin traumas como nosotros y nuestros padres, que sean jóvenes más sanos y que no estén defendiendo temáticas que -a lo mejor, de un bando y de otro-ya no corren en este siglo ni en esta época, es otro mundo, es otra vida y es otro Chile”.

Sin tele ni celular

“Falta apagar también los dispositivos electrónicos y la tele un rato, porque son cámaras de resonancia de dos bandos bipolarizados y, al final, terminamos asociándonos con uno de ellos porque la psicología social hace que tú tengas que decidir ´bueno, allá o acá ´y uno termina diciendo ´acá, poh´. Entonces si esto lo conversáramos en la casa, en frío, con los teléfonos apagados y la televisión apagada, les juro que creo que pensaríamos muy distinto, ¡no nos dejemos manipular por estos medios!, ¡nos estamos viendo loco en todas partes!”.

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