Demanda por “malos tratos” a enfermera: Solicitan exhorto de Lucía Pinochet Hiriart a Miami

Tras varios intentos frustrados para notificarla en Chile, el 1º Juzgado del Trabajo de Santiago ofició al Departamento de Migraciones de la Policía de Investigaciones, con el objeto de saber cuántas veces Lucía Pinochet Hiriart entró y salió del país, a contar de septiembre del año pasado.

La PDI respondió mediante el oficio Nº 793 que la primogénita de Augusto Pinochet salió de territorio nacional el 22 de enero de 2022 y que según registros de migraciones aún no regresaba. Pero fue el Registro Civil, más de un año después, el que confirmó que residía en un barrio cercano al Aeropuerto Ejecutivo de la ciudad de Miami, en Florida, Estados Unidos.

Fue a esa dirección a la que se dirigió el exhorto internacional, presentado en mayo de este año por la Corte Suprema al Departamento de Justicia de Estados Unidos. Trámite de notificación que ha durado más de un año y que ha impedido que avance la denuncia por tutela laboral de la exenfermera de Lucía Hiriart, quien demandó a sus hijos por «malos tratos y humillaciones».

Agencia UNO/ Lucía Pinochet Hiriart

Silvia Jara Oliver entabló la acción judicial el 3 de mayo del 2022, luego de trabajar una década cuidando a la fundadora de Cema Chile, acusando graves vulneraciones a su «integridad física y psíquica» y exigiendo casi 60 millones por pagos adeudados y perjuicio moral. Sólo en deudas previsionales, la familia Pinochet Hiriart le debe a la enfermera alrededor de 20 millones de pesos.

Cláusula leonina

Todo habría comenzado tras la muerte de Lucía Hiriart, cuando Marco Antonio Pinochet exigió a Silvia Jara firmar un acuerdo de confidencialidad, antes de pagar su finiquito, que incluía una cláusula leonina de 2.000 UF en caso de romper el “pacto de silencio”. Jara no aceptó las condiciones y Marco Antonio le propuso entenderse a través de abogados.

La denuncia entablada por la enfermera tuvo el efecto contrario. El documento judicial detalla una serie episodios que dibujan, a partir de ritos domésticos, la intimidad del clan familiar respecto a los últimos días de su madre. Particularmente en el caso de Marco Antonio Pinochet, quien era el encargado de coordinar sus cuidados.

La enfermera cuenta que el hijo del dictador, acusado hace pocos días de haber realizado negocios con empresas ligadas al narcotráfico, la habría increpado por la desaparición de un anillo de diamantes de Lucía Hiriart, una de sus joyas más preciadas, comentándole ella misma que su madre se la había heredado en vida a Jacqueline, la hija menor del clan familiar. Hecho que confirmó llamando por teléfono a su hermana.

En otra oportunidad, cuenta que Marco Antonio Pinochet la acusó de ladrona, sinvergüenza y desleal, luego que otra cuidadora encontrara un sobre con dinero escondido. Silvia le dijo que eran ahorros que Lucía Hiriart guardaba para la boda de su nieta Sofía y él estalló en cólera diciendo que “no era posible que le ocultasen ninguna información”.

La demanda detalla que la jornada laboral se extendía en turnos de 48 y 72 horas y que Silvia debía preocuparse por la higiene, vestimentas, alimentación y administración de medicamentos, recibiendo quejas constantes de Marco Antonio por el uso (excesivo) de pañales y guantes quirúrgicos, al punto de recomendarle lavar estos últimos para luego reutilizarlos.

“Resulta humillante y paupérrimo pedir a sus cuidadoras lavarlos para ahorrar dinero», explicó la enfermera en tutela laboral.

A más de un año de la presentación de la denuncia, el exhorto parece atrasar aún más la causa. Situación que se explicaría, según fuentes ligadas al caso, por tratarse de una denuncia mediática que ha sido tratada con “pinzas” por los jueces, pero cuya dilatación siempre termina afectando a la parte trabajadora.